La televisión en 2020 nos ha dejado grandes momentos que pasarán a la historia, nuevos formatos de entretenimiento y algunas de las mejores series de nuestra ficción. Pero no todo ha sido de color de rosa en la pequeña pantalla durante estos 12 meses.

La crisis sanitaria y el confinamiento también trajo a la televisión una crisis muy importante: de publicidad. Por ello, a lo largo de los estos meses, sobre todo durante los meses previos al verano, fue habitual que las cadenas rescataran del cajón algunas series y programas e idearan programas de bajo presupuesto con lo que afrontar la crisis. 

Algunos de estos programas, como La última cena, han conseguido colarse entre lo mejor del año, pero otros no han corrido la misma suerte. Y en ficción, en el gran año de las series españolas, los desaciertos también han estado presentes. Esto ha sido lo peor de la televisión española en 2020:

Los tropiezos en ficción

Ha sido un gran año para la ficción española. Series como Veneno, Patria o Antidisturbios han sido celebradas por la crítica, otras como Élite o La Casa de Papel han continuado con su meteórica carrera internacional, mientras que otras como Señoras del (h)ampa o 30 monedas también han generado ruido en redes sociales.

Pero ahora toca mirar hacia el otro lado de la moneda, porque no todas las nuevas series que han llegado a cadenas y plataformas han pasado el examen de la crítica. Valeria, estrenada en mayo en Netflix, no convencía ni a críticos ni a fans de la novela en la que se basaba, con una historia entretenida, pero llena de clichés y unos personajes muy estereotipados.

Otra apuesta de Netflix que no ha convencido en este 2020 ha sido Alguien tiene que morir. La miniserie de Manolo Caro, autor de otras como La casa de las flores, nunca llegaba a saber realmente lo que pretendía contar, más allá de mostrar los problemas de ser homosexual en época de Franco. Además, desperdició el magnetismo de actrices como Carmen Maura o Cecilia Suárez.

Tampoco HBO se ha librado este año del tropezón. La compañía se lanzaba a producir su segunda serie original española tras Foodie Love, y la propuesta no terminó de funcionar. Hablamos de Por H o por B, que a pesar de las expectativas terminó siendo una comedia a medio gas a cuya historia le faltaba fuerza e incluso un humor más gamberro. 

'La Casa Fuerte'

No hay dudas de que Telecinco es la cadena reina del reality show. Junto a Gran Hermano, su versión VIP, y Supervivientes, que este año ha vuelto a emitirse con un éxito atronador de audiencias, La isla de las Tentaciones ha sido el último gran acierto de este género para la cadena, y una de las gratas sorpresas de 2020.

No se puede decir lo mismo de La Casa Fuerte. El reality producido por Bulldog llegaba en verano, en medio aún de la pandemia, con un fuerte componente low-cost, que se apreciaba ya hasta en sus promociones. 

Pero dejando a un lado su bajo presupuesto, La Casa Fuerte fallaba en su propia concepción. Un concurso de convivencia sin una mecánica clara, que parecía improvisada sobre la marcha, que dejaba una sensación en el espectador un tanto extraña, y un casting de famosos muy poco atrayente. Tampoco las pruebas, comandadas por Nuria Marín, eran excesivamente imaginativas.

El resultado, sin embargo, no fue del todo malo teniendo en cuenta la época estival en la que se emitió: 19% de media y 1.905.000 espectadores. Por ello, en octubre el formato volvía con una clara mejoría, pero aún con demasiadas cosas por pulir en su mecánica, con galas aún muy tediosas. Esta vez, ya en temporada alta, el público acogía peor el reality, marcando durante sus 15 galas un 17,2% y 1.699.000 espectadores de media.

'Juegos sin fronteras'

En el marco del confinamiento total que todos los españoles sufrimos entre marzo y mayo, la televisión trató de dar lo mejor de sí misma para, con unos recursos limitados y una crisis publicitaria absoluta, sacar adelantes los programas incluso con sus presentadores en casa, sus redacciones vacías o sus platós sin público.

Por ello, fue el momento propicio para abrir el cajón y rescatar de ahí salieron algunos programas que estaban cogiendo polvo, como Juegos sin fronteras. Esta nueva versión del mítico programa de los 90 emitido por TVE se grababa en 2019, para de forma sorprendente ser estrenado directamente en Mitele PLUS. Meses más tarde, en el contexto del confinamiento, Telecinco le intentaba dar una oportunidad en abierto.

La espera, en este caso, no valió la pena. El programa se despidió tras seis emisiones con un 8,5% de cuota de pantalla media y poco más que 1,5 millones de seguidores para un programa carente de la emoción de la versión de antaño y con unas pruebas muy poco inspiradas. Lo mejor, sus conductores, Lara Álvarez y Joaquín Prat

'Improvisando'

Otro caso de programa rescatado del cajón fue Improvisando, de Antena 3. En este caso, se trataba de un programa en el que los colaboradores e invitados ponían a prueba su rapidez, ingenio y sentido del humor a través de juegos de improvisación articulados dentro un escenario giratorio, con gran participación del público.

Las grabaciones de este programa arrancaron en abril de 2018, pero no fue hasta este último verano cuando la de Atresmedia se animaba a estrenarlo. El resultado no convenció a la audiencia, que veían en Improvisando una versión de Me resbala mucho menos inspirada y divertida. El concurso promedio en sus seis programas un triste 5,9% de cuota media y 726.000 espectadores. 

'La Pr1mera Pregunta'

Queremos ser una alternativa. Ya existen debates políticos. Queremos que haya debate, pero creemos que podemos debatir de muchos asuntos sin caer en lo político”. Con esta premisa nacía La Pr1mera Pregunta, la nueva oferta de La 1 para la noche de los sábados comandada por Lluís Guilera.

Un programa que trató de mezcla el debate político con los debates de otros asuntos más distendidos, mezclado con entrevistas a personajes famosos y hasta actuaciones en directo. Un extraño batiburrillo de géneros que, naturalmente, no funcionó y tras tres emisiones y una nefasta media de audiencia (4,5% de cuota y 561.000 espectadores) el espacio era cancelado.

Además, el programa nacía con polémica por la adjudicación de su producción a Visiona TV. Tal y como indica la legislación, la Corporación RTVE no puede ceder a terceros la producción y edición de los programas informativos y aquellos que expresamente determine el mandato marco. Por ello, desde el ente público se trabajó para evitar que los medios de comunicación hablen de este nuevo espacio como un debate político.

'Animales Nocturnos'

2020 ha sido el año en el que Telecinco ha querido probar suerte de nuevo con el late night. Para ello contó con una de las grandes reinas de este género, Cristina Tárrega, pero la poca ambición detrás de la propuesta terminó haciendo de este Animales Nocturnos uno de los fracasos del año. 

Las prisas, y el más que previsible poco presupuesto, se dejaban notar en este late night desdibujado, que quería ser muchas cosas pero que no conseguía atinar en casi nada, con la salvedad del consultorio de llamadas que dejó algún que otro divertido momento. Un programa que parecía más propio de la televisión de los años 90 que del 2020, y más cercano a una televisión autonómica que a una nacional como Telecinco.

Su trayectoria, por tanto, fue muy corta y el programa no conseguía la renovación tras emitir las seis entregas previstas y obtener una media del 7,8% de cuota y 328.000 espectadores.

La televisión low-cost de pandemia

A parte de estos formatos que por A o por B han fracasado, han nacido con muy bajo presupuesto o han sido rescatados del cajón hay que hablar de otras prácticas que durante los peores meses de la pandemia dejaron una sensación de televisión low-cost.

Por ejemplo, durante el mes de julio, 6 de las 7 noches de la semana Antena 3 emitió cine. A modo de ahorro, la cadena de Atresmedia tiró completamente la toalla y, a excepción de los lunes que ofrecía Improvisando, su oferta de entretenimiento fue nula. 

Está claro que la pandemia nos ha trastocado a todos durante este 2020. A las televisiones, también. Por ello, es de justicia indicar que esta tele de bajo presupuesto que hemos tenido a lo largo de este año tiene una razón de ser: la crisis publicitaria. Y a pesar de todo, las cadenas nos han regalado grandes momentos, programas y series a lo largo de estos 12 meses. Esperemos que en 2021 absolutamente todo vuelva a la normalidad, también en la pequeña pantalla.