A mediados del mes de octubre, Amazon Prime Video estrenó en exclusiva la primera parte de la segunda temporada de Señoras del (h)AMPA, la serie de Mediaset que narra cómo unas madres (y una abuela) de familia se meten por accidente en una trama de mafiosos para terminar convirtiéndose en unas heroínas.
¡Atención, este artículo contiene spoilers sobre la segunda temporada de la serie!
En estos nuevos capítulos, la serie creada por Abril Zamora y Carlos del Hoyo parte de un punto diferente al de la primera temporada. Nuestras chicas Lourdes Sanguino (Malena Alterio), Mayte Soldevilla (Toni Acosta), Virginia Torres (Nuria Herrero) y la maravillosa Amparo Peláez (Mamen García) son ahora unas justicieras que se comprometen a ayudar a aquella mujer que lo necesite, ya sea una madre cuyo hijo ha sido secuestrado, una monja incomunicada en un convento perdido o una niña enferma que necesita dinero.
La serie sigue en muy buena forma, y le ha sentado bien tener episodios de una duración algo menor, y ha sabido jugar con inteligencia la repetición de algunos clichés que funcionaron en la primera etapa añadiendo un contenido y desarrollo completamente novedoso.
Así, por ejemplo, destaca la figura de la reportera sin escrúpulos Belinda Chamorro (Pilar Castro), que tiene un papel similar al de Anabel (Ainhoa Santamaría) en la anterior temporada. Anabel, sin embargo, ahora es una aliada, una señora del (h)AMPA más, y además está aprendiendo a soltarse la melena y vivir su sexualidad tal y como la siente.
Carmona (Gloria Muñoz) encerrada en su celda
Una delicia para los cinéfilos
Uno de los puntos más interesantes de Señoras del (h)AMPA es cómo juega, a través del diálogo y las situaciones, con la cultura pop y la entrelaza con las referencias cinematográficas. Así, resulta delirante ver a la pérfida Carmona (la enorme Gloria Muñoz) convertida en una sosias de Hannibal Lecter, pintando cuadros en su celda, y que tras decir el mítico "quid pro quo" cita Aramís Fuster con el mítico “idiomas, querida”, aclarando que es latín. La prisión en la que está encerrada bebe tanto de El silencio de los corderos que hasta una reclusa dice aquello de "desde aquí huelo tu coño", al igual que se decía en la cinta de Jonathan Demme.
De hecho, el inicio de esta segunda temporada es ya toda una declaración de intenciones. La muerte de Juani Zaldívar (Maite Sandoval) es una réplica cañí de la primera secuencia de Scream: Vigila quien llama. Y no solo por las llamadas amenazadoras que recibe la víctima antes de morir; es que Juani le quita la capucha al asesino en un plano que recrea al que hizo Wes Craven con Drew Barrimore desenmascarando a su agresor, el mismo que le dijo eso de “sé lo que hicisteis el último verano”. Siguiendo con Scream, no hay duda que la citada Belinda Chamorro es deudora y/o heredera de la Gale Weathers que interpretó Courtney Cox en las películas de Wes Craven, y hasta va con un cámara grandullón y torpe a su lado, como en la Scream original.
Estos nuevos episodios incluyen guiños evidentes al cine familiar como Sister Act y también a títulos de culto como Showgirls de Paul Verhoeven o incluso Tenebre, con esa mano enguantada quemando un libro en una chimenea, como en el inicio de la película de 1982 de Dario Argento. De hecho, el asesino viste de cuero negro de los pies a la cabeza, como en tantos títulos del giallo, un subgénero cinematográfico surgido en Italia a medio camino entre el thriller y el policiaco.
Igualmente destaca el personaje de la madre castradora a la que da vida Verónica Forqué, que bebe y mucho de Psicosis de Alfred Hitchcock (incluso muere en la bañera), pero también hay sombras en ella de la cinta Angustia de Bigas Luna, o incluso de la película Carrie de Brian de Palma, donde Piper Laurie dio vida a una fanática religiosa de armas tomar.
Se nota que Abril Zamora, Carlos del Hoyo y el resto del equipo de guionistas de la serie ama el cine de terror y de misterio, y que están dándole salida a ese cariño cariño cinéfilo (¿o cinéfago?) con una serie que nunca pierde de vista su aire cañí e ibérico.
Y es que los más crueles asesinatos se pueden compaginar con monjas seguidoras del grupo Camela, señoras que compiten para ser la que más colabora en la iglesia o vigilias para pedir que liberen a un niño secuestrado de nombre Miguel en la que se hace una coreografía urbana al son de “qué le estará pasando al pobre Miguel, que hace mucho tiempo que no sale”. Sin perder de vista las referencias a Telecinco como parte de la cultura pop de este país. Las monjas del (h)AMPA disfrutan viendo la mítica serie Hermanas, aquella que protagonizaron en los años 90 Pilar Bardem, Ángela Molina o Anabel Alonso. Y sin olvidarnos del personaje de Elisa Matilla, que muere justo cuando la llaman desde Sálvame dentro de su concurso en el que había que responder "Otoño mágico en Telecinco".