Ha sido el tema de la semana: un rótulo que decía 'Leonor se va de España, como su abuelo' provocaba la enésima bronca política con RTVE como protagonista y terminaba con un guionista despedido y una editora relevada.
Un triste episodio que ha vuelto a convertir a la radiotelevisión pública en un saco de boxeo y que ha demostrado la nula autonomía del resto de poderes del Estado con la que cuenta.
Pero, además, este incidente que tendría que haberse quedado en una mera anécdota por la que simplemente tenía que haberse pedido perdón, al estilo del emérito, ha sacado a relucir realmente las vergüenzas de la Corporación.
Por una parte, el hecho de que La Hora de La 1 no contase con un coordinador de guionistas que supervisara lo que saldría en pantalla porque el anterior responsable había abandonado hace poco su puesto por desavenencias económicas, viene a manifestar la irresponsabilidad de dejar en manos de una productora externa algo tan sensible como la información.
"La Dirección de RTVE, y en particular Enric Hernández, responsable de Información y Actualidad, decidió subcontratar parte de la producción y redacción de este programa que la Corporación califica de "infoentretenimiento" y que este Consejo siempre ha considerado un programa informativo", denunciaba este jueves el Consejo de Informativos de RTVE.
Es una de las prácticas que ha implantado Hernández, el administrador en la sombra, durante los últimos tiempos en la Corporación pública ante la indignación y desconsuelo de sus profesionales. Y todo ello a pesar de que la ley de radio y televisión de titularidad estatal, "la Corporación RTVE no podrá ceder a terceros la producción y edición de los programas informativos".
Sin embargo, Hernández se ha sacado de la manga el concepto infoentretenimiento para justificar que se puedan externalizar producciones al ser programas donde "coexisten información y entretenimiento, con preponderancia de esta última”.
No obstante, sólo hace falta echar un vistazo a Las cosas claras, el programa de Jesús Cintora, para darse cuenta de que este programa no es sino un debate político al estilo de Al rojo vivo.
El clan catalán
Pero, por otra parte, la polémica del rótulo ha venido a confirmar lo que ya advertimos en BLUPER el pasado octubre: el apuntalamiento del clan catalán en RTVE tras el aterrizaje de Hernández en septiembre de 2019.
Desde entonces, el periodista se dedicó a realizar cambios en la radiotelevisión pública nombrando a personas de su máxima confianza para así tener un control completo de la información política en los programas.
Una de esas personas de su máxima confianza es precisamente Mónica López, a quién decidió poner al frente de La Hora de La 1 a pesar de su nula experiencia en la información política. Física de carrera, hasta entonces había sido máxima responsable del área Meteorológica del ente.
Para el programa también decidió fichar a Iolanda Mármol, quién hasta entonces había sido su mano derecha en El Periódico de Cataluña, para ponerse al frente de la parte política del programa.
Por último, desde principios de este año, Hernández decidió nombrar como subdirector del programa a Lluís Guilera, a quién ya había premiado previamente en septiembre con el fallido y también externalizado debate La Pr1mera Pregunta.
Informativos y deportes
Asimismo, Hernández nombró en julio de 2020 a Pep Vilar como director de informativos de TVE tras la marcha de Begoña Alegría y el renuncio de Almudena Ariza. Director de informativos en Cataluña entre 2004 y 2007 y consejero de TV3 a propuesta del PSC.
El clan catalán lo completaría Arsenio Cañada, máximo responsable desde enero de 2020 de coordinar de forma transversal toda la información deportiva de RTVE, y sustituto de Sergio Sauca en el Telediario 2.
Junto a Cañada fue nombrado como director adjunto de Deportes y director de Teledeporte, Javier Grima, quién fue incorporado como directivo contratado habiendo estado desde 2015 en excedencia de RTVE y trabajando para Telefónica (MotoGP) y DAZN.
Como ya revelamos en BLUPER, este directivo estuvo entre el equipo responsable de la compra de los grandes premios de MotoGP de Estiria y Aragón a DAZN, a pesar de que había estado trabajando para esta empresa hasta sólo unos meses antes de volver a RTVE.
El directivo ya había abandonado la Corporación en el pasado para fichar por Telefónica justo después de que RTVE perdiera los derechos de Moto GP en favor de la teleco española. Un movimiento que entonces no gustó nada en la casa.
"La persona que gestionaba los derechos (Javier Grima Guallart) se ha ido a la competencia conociendo la capacidad de negociación y de puja económica que tiene la Corporación RTVE, por lo que dispondrá de ventaja a la hora de ofertar por los distintos derechos deportivos", criticó entonces el presidente de RTVE, Leopoldo López Echenique.