Perfiles. Emprendedores de éxito en el siglo XXI
Entrevista a Esther Anzola CEO de Neolife
Esther Anzola: “Esto no es estética, es medicina pura”
Insisten en que no tiene nada que ver con la estética, aunque luego acaben teniendo cierta relación. Al menos, en que los resultados sí se ven por fuera. Las paredes de la clínica Neolife, en la milla de oro madrileña, son toda una declaración de intenciones: “No podemos decidir cuántos años cumplimos, pero sí cómo lo hacemos”, reza uno de los mensajes que reciben a los clientes.
Quienes cruzan el umbral de la puerta de esta clínica especializada en medicina preventiva antiedad (Age Management Medicine) están convencidos de sus beneficios. Se trata, en definitiva, de controlar clínicamente el envejecimiento, con un exhaustivo examen de nuestros biomarcadores. De esa forma, y según apuntan estos expertos, se pueden prevenir enfermedades relacionadas con la edad y aumentar la calidad de vida. Clientes tan diversos como Fernando Sánchez Dragó, Jorge Javier Vázquez o Isabel Sartorius están entre los pacientes habituales de un centro que es pionero en España en esta especialización.
La directora general de Neolife y una de sus socias fundadoras, Esther Anzola, recibe a EL ESPAÑOL en la primera sede de la compañía, tres años después de su apertura
¿Cómo acaba una ingeniera industrial abriendo una clínica de medicina?
Cuando acabé la carrera me metí en consultoría estratégica, y me empezó a gustar el tema de la empresa. Me iba bien, tenía un buen puesto, pero en 2011 un amigo mío empresario empezó a mirar si había algo en este mundo para desarrollar un negocio. Cumplió 50 años y quería sentirse bien. Así que empezamos a indagar si había algo clínico, algo médico para tratar el envejecimiento. Encontramos una subespecialidad médica en EEUU, Age Management Medicine. Porque hemos incrementado el número de años que vivimos, pero no la calidad de vida.
En común, los dos amigos tenían la vida sana y el deporte. Ahora, una empresa. Empujada además por el deseo de poder evitar en otros la enfermedad que sufría su padre, el alzheimer, Anzola dejó la consultoría y comenzó a hacer el plan de negocio de Neolife. Su intención: que las personas pudieran prevenir el desarrollo de enfermedades de este tipo.
La “medicina preventiva antiedad” era un concepto desconocido en España, ¿cómo se superan esas barreras?
Vimos que aquí había mucho mercado, que era interesante y una gran oportunidad. Y sí, estábamos por delante del tiempo en España, aunque en EEUU llevaban 10 años trabajando en este concepto. En España, en cambio, vamos al médico cuando estamos enfermos, no para prevenir. Y no entendemos que al médico hay que pagarle. Aquí todo es gratis excepto la estética. Pero esto no es estética, es medicina pura. Así que decidimos abrir la clínica para poder aprovechar el time to market. No había ni un solo médico español o europeo que se dedicara a esto.
Queremos prevenir enfermedades relacionadas con la edad, degenerativas, cardiovasculares, cáncer, osteoporosis…
Aun así, decidisteis inaugurar Neolife, ¿cuáles fueron los primeros pasos?
Como aquí todavía no había ninguno, trajimos un médico especializado en este tipo de medicina y abrimos la clínica. Tuvimos que cambiar los protocolos, porque la experiencia del cliente en España tiene que ser muy diferente, hay que darle mucho valor y entregarle calidad. El cliente español quiere que le hagas la vida fácil. Quizá en EEUU a esto le dan menos importancia, pero nosotros cuidamos al cliente en cada detalle.
La Age Management Medicine es una subespecialidad médica cuya formación no está disponible en España. Por eso, Neolife contrata a médicos internistas a quienes luego forma durante un año en EEUU. Es, dicen, un cambio de mentalidad. “Los médicos en España a veces son escépticos, pero tenemos evidencia científica de todo lo que implantamos en la clínica”, asegura Anzola.
¿Cuál es el perfil del cliente que acude a la clínica?
Entre nuestros clientes,la mitad son hombres y la otra mitad mujeres. Al principio la edad media era más alta, de unos 50 años, pero ahora la gente se está dando cuenta de que se tiene que cuidar y que necesita una guía, un especialista que aúne todo y le dé el servicio.
En cuanto a los hombres que atendemos, suelen ser empresarios y directivos que saben son un activo muy caro para la empresa y que ahora rinden menos. Les cuesta más, sienten cansancio... son síntomas del envejecimiento que les afectan. Y se dan cuenta de que necesitan un plus de energía, también para la parte mental. Queremos prevenir enfermedades relacionadas con la edad, cardiovasculares, degenerativas, cáncer, osteoporosis… Las mujeres también son empresarias y tienen más conciencia saludable. Nosotros recomendamos que venga la pareja, porque si no se descompensa. Cuando uno empieza a prevenir se va dando cuenta de que empieza a tener un extra de vitalidad que antes no tenía. Incluso para tratar el tema sexual vienen muchos clientes porque también mejoran.
El cliente español quiere que le hagas la vida fácil. Quizá en EEUU a esto le dan menos importancia, pero nosotros cuidamos al cliente en cada detalle.
Los médicos en España a veces son escépticos, pero tenemos evidencia científica de todo lo que implantamos en la clínica”, asegura Anzola
Insistís en que no es estética sino medicina, ¿cómo transmitís ese mensaje?
Con la edad, el organismo se va desequilibrando. Ya no tienes el equilibro celular interno de una persona de 20 o 30 años. Eso es el envejecimiento, decaen los biomarcadores. Vas teniendo más probabilidades de tener enfermedades que empeoran la calidad de vida. Cuando consigues medir todos los biomarcadores, ponerlos en el sitio que debían estar, consigues que el individuo esté mejor y se sienta mejor. Eso a la vez repercute en la piel, estética, físico, postura… un proceso en el que todo mejora. No vas a sentirte como si tuvieras 18 años, pero sí sentirte bien.
¿En qué consiste el primer contacto?
Es todo personalizado, nunca vendemos nada si no vienes antes a una consulta con el doctor. Consiste en un chequeo y sobre sus resultados realizamos un tratamiento totalmente personalizado. Ofrecemos cinco chequeos que son bloques de pruebas. El médico te prescribe y te dice lo que él se haría en tu caso. Es mejor hacer algo que no hacer nada. Económicamente la gente también se lo piensa. Puedes ir incrementando el número de pruebas diagnósticas, no hace falta que hagas al principio todo el desembolso. Ser atendido con esta medicina es algo que tienes que hacer de por vida, porque envejeces de por vida.
Aunque desde Neolife hablan de “popularizar” sus tratamientos, el poder adquisitivo de sus clientes es desde el principio medio-alto. Ahora, quieren que cualquiera que se preocupe por su salud y pueda pagar un gimnasio también vea útil acudir a la clínica.
¿Cuál es el rango de precios y qué implica el chequeo más básico?
El chequeo más básico es de 500 euros, el más completo son 6.500. El primero es una analítica muy completa, analizamos muchos biomarcadores. En una analítica se ve mucho de lo que te pasa. El resto de chequeos van evolucionando a focalizarse más en la prevención de enfermedades. Pretendemos buscar la enfermedad subclínica, cuándo se va gestando. A lo mejor estás 10 años gestando un cáncer.
Desde el principio, el cliente tiene más vitalidad, más ánimo, sexualmente está mejor, en la cara tiene otra luminosidad… notan la mejoría y por eso vuelven, ya que si no vieran un cambio se cansarían de hacerlo, porque es un acto de fe en la medicina.
Neolife tiene ya una clínica en Madrid y acaba de abrir en Marbella, ¿qué es lo siguiente?
Entre este año y el que viene, queremos abrir 4 o 5 clínicas más en España. El principio ya lo superamos, que era la definición de protocolos. Queremos abrir en Valencia, Barcelona, San Sebastián o Bilbao, Palma de Mallorca... y ver si hay otra ciudad en la que tenga cabida esta medicina. Lugares clave en España. Y cuando esté consolidado, nos gustaría movernos a Latinoamérica. Tenemos como clientes a muchos empresarios que vienen de allí. Ellos lo entienden muy bien porque saben que su cuerpo es lo más importante. Cuanto antes lo hagamos, antes seremos los pioneros y tendremos una ventaja competitiva sobre los demás, que entendemos que van a venir.