Perfiles. Emprendedores de éxito en el siglo XXI
Entrevista a Raúl Berdonés
Raúl Berdonés: "El empresario debe devolver a la sociedad lo que la sociedad le ha dado"
El fundador de grupo Secuoya recibió el Premio Nacional al Joven Empresario por su trayectoria en el sector audiovisual.
Hace 25 años, en el barrio granadino de La Chana, un niño de 13 años descubría su pasión entre cables y cámaras: la televisión. Actualmente, ese niño tiene 38 años, ha fundado el grupo Secuoya (2008) y acaba de recibir el Premio Nacional al Joven Empresario por su "excelente trayectoria".
Ha pasado por todos los puestos: ayudante de cámara, cámara, productor, jefe de producción, director general, consejero delegado y, al final, fundador del grupo Secuoya.
Comunicar, contar historias, llegar a la gente o el poder de influenciar decantaron la balanza en su vida. Con solo 17 años abandonó los estudios y se marchó a Madrid en busca de un futuro profesional.
Desde que creó su compañía Raúl Berdonés ha hecho suyo el dicho de que quien la sigue la consigue. Aunque no es fácil. Trabaja 18 horas al día. De lunes a domingo. Sin descanso. Sin vacaciones. En su paso de ayudante de cámara a fundador ha conseguido conocer las entrañas del negocio audiovisual.
¿Cuál ha sido su clave del éxito?
Mi pasión por lo que hago. Los emprendedores deben tener pasión por lo que hacen para que no les cueste trabajo. Es un camino largo y duro, y eso la gente tiene que saberlo. Sin duda, para que salga bien, hay que tener pasión por lo que haces y dedicarle mucho tiempo.
Secuoya surgió con la pretensión de ser algo novedoso. En la página web mencionan que han conseguido entender un nuevo modelo productivo, ¿qué es lo que han entendido exactamente?
Fue en 2008 cuando detectamos que había una posibilidad de hacer algo diferente. Era un sector muy concentrado en diez grandes, entre televisiones y productoras. De ahí nadie se movía.
Y, sin duda, lo más importante eran las oleadas de profesionales con una mentalidad natural digital que se incorporaban al mercado laboral. Eso te permitía optimizar los recursos, es decir, utilizar menos eslabones en la cadena de producción, abaratando los costes, elevando la calidad, y, por supuesto, acortando los tiempos. Si antes se producía una serie a 700.000 euros por capítulo, nosotros hicimos una serie, Vive cantando (Antena 3), por 350.000 euros el capítulo, casi la mitad.
Otra cosa diferenciadora en Secuoya es que integramos todos los eslabones de la cadena. Hemos sabido reducir todos los márgenes de todas las áreas y juntarlas. Con lo cual, acabamos siendo casi un player completo en todo el valor del contenido. Es algo que Secuoya innovó.
Se nota que ha trabajado como cámara, y como director. Cuando nos disponemos a grabarle, aconseja sobre la mejor iluminación, cómo colocar las sillas en la sala para que no aparezcan en plano, se coloca él solo el micrófono… Se mueve como pez en el agua. Hay quien sueña con playa y cerveza. Raúl Berdonés siente pasión por los cables y las cámaras.
De lo que me he sentido más orgulloso fue de la adquisición de 7tv de la Región de Murcia
Ahora que es el fundador de un grupo de comunicación, ¿qué tres consejos le daría al chiquillo de 13 años que empezó como ayudante de cámara?
Los tres consejos que le doy a cualquier emprendedor. Primero, que crea en lo que hace, que tenga claro que su profesión es su pasión porque esto es imprescindible.
Lo segundo, que sea permeable, que escuche a los que le rodean, porque, sin duda, eso enriquece los proyectos. Tercero, que sea humilde, para escuchar a los demás y para saber que está haciendo las cosas bien.
Empezó con 13 años en una pequeña productora de su barrio de La Chana (Granada) como ayudante de cámara. En ella contaban la información del vecindario: la cabalgata de reyes, las fiestas del lugar… La cámara, los micrófonos y los cables pasaron a ser sus juguetes de infancia.
¿Qué tres valores debería tener todo buen empresario para conseguir el éxito?
Deben tener los valores que son imprescindibles para una persona, como saber devolver a la sociedad lo que la sociedad te ha dado a ti. Segundo, ser consciente de que tienes un proyecto entre manos y que tienen que confiar en ti para que la financiación fluya. Es importante darle credibilidad a los bancos, a las instituciones financieras y, por supuesto, a los inversores que creen en ti. Por último, sin duda, intentar ser el mejor, entender el contexto del que te rodeas, valorar todos tus competidores y hacer la mejor estrategia.
En 2014 ya recibió el premio al joven empresario de Granada, y luego de Andalucía. Ahora, con este premio a nivel nacional, ¿cómo se siente?
Haber recibido este premio al joven empresario del año en Granada, es una doble satisfacción. Lo primero, es un orgullo y una satisfacción que te valoren tus compañeros, emprendedores y empresarios, que son los que han otorgado este premio. Pero es doble cuando se entrega en Granada, mi ciudad natal a la que me siento arraigado al 100% y abandero en cualquier punto del mundo a donde voy. Sin duda, es un balón de oxígeno que te ayuda a seguir caminando y trabajando duro.
Raúl Berdonés suele aparecer con el outfit de un empresario dandy: tirantes que combinan con la corbata ancha, un traje que no puede dejar de acompañar a un buen par de zapatos... Pero lo aristócrata queda solo en apariencia, ya que trabaja de sol a sol, interesándose por todos los proyectos del grupo Secuoya.
En 2008 detectamos que había una posibilidad de hacer algo diferente en el mundo de la televisión .
Los emprendedores deben tener pasión por lo que hacen para que no les cueste trabajo.
Hay muchos tipos de empresario: algunos son más despegados, otros respiran en la nuca de sus trabajadores revisando todo... ¿Cuál es usted?
Me implico muchísimo, creo que lo sabe el equipo. Estoy rodeado de grandísimos profesionales, entonces, suelo delegar a cada uno su responsabilidad. Soy un apasionado de mis proyectos.
Mis trabajadores agradecen mucho que me meta en el día a día: suelo preguntar mucho, marear mucho. Soy una persona muy perfeccionista. Me pongo en el lado del consumidor, del espectador. Eso, creo, da una visión a veces bastante realista de lo que la gente al final ve y le gusta.
La parte editorial de los contenidos es donde menos me meto. Hay que dejar a los especialistas y a los que más saben para que transmitan su opinión y su sabiduría al producto.
Posee la mirada de quien desea expresar muchas ideas al mismo tiempo, pero es consciente, a su vez, de que tal afluencia de conceptos podría abrumar a su oyente. Por eso en su discurso lento, y con cierto acento granadino, marca cada palabra y gesticula para tratar de expresar aquello que calla. Habla de su proyecto como quien habla de un hijo, con el mismo orgullo y la preocupación por su futuro.
Al final, con tantos proyectos sobre la mesa, ¿los quiere a todos por igual o tiene alguno favorito?
De lo que me he sentido más orgulloso fue de la 7tv de la región de Murcia. En el montaje, en el diseño de la televisión, en cómo hacer una televisión cercana al ciudadano, una televisión que esté interactuando con el sector. Es un proyecto muy personal, que va conmigo, y que marcó la línea troncal del grupo.
Si nos vamos a contenidos, te diré que de los programas que he tenido mi favorito siempre fue Dragons Den, un programa que hicimos para TVE que trataba sobre emprendedores.
De Españoles por el mundo también me siento muy orgulloso, se trata de un formato muy reconocido en el mercado español. A nivel de contenidos son los que siempre han despertado mayor pasión.
El adolescente de 13 años que cargaba la cámara para grabar la cabalgata de reyes ahora posee un grupo de comunicación que se dedica a la producción de contenidos, a la realización audiovisual y que es propietario de dos canales (TEN y la regional murciana 7tv).
Dentro de este nuevo modelo, ¿qué papel juegan las televisiones regionales?
Yo creo que las cadenas de televisión tenían estructuras muy grandes. Te pongo un ejemplo: el 100% de la televisión de Murcia la estamos haciendo con 90 personas. En Extremadura o Castilla La Mancha tienen televisiones con más del triple de personal.
Tenemos una una visión clara de que el paradigma de la televisión ha cambiado: la producción de contenidos y, sin duda, el consumo de estos materiales, de cómo se ven y de cómo se entienden, y lo que se exige al contenido.
La entrevista se hace rápida, sin descanso, porque está a punto de irse a Latinoamérica, uno de los principales mercados del mundo y en el que el grupo Secuoya ha conseguido expandirse. Han empezado a adentrarse en países como Chile y Perú, en los cuales lo español parece estar teniendo buena acogida. Raúl Berdonés no se conforma, no descansa. Ahora, uno de sus objetivo es construir y fortalecer el puente cultural entre España y Iberoamérica.
¿Cuáles son los principales retos del sector audiovisual?
Sin duda, el mayor reto que tenemos los productores de contenidos es la monetización en el mundo digital. No hay ningún modelo hasta ahora que haya sido rentable en el mundo digital en cuanto a la producción de contenido.
El segundo reto es entender cuál es el consumo adecuado que quiere el espectador. Es decir, darle la vuelta a las fórmulas de contenido, la duración exacta que debe tener, cómo se debe consumir, y qué plataforma debe tener. Yo creo que no está todavía definido al 100%.
Lo tercero, es conectar las culturas, sobre todo en el mundo de lo hispano. Es una meta que falta por conseguir, y que espero que Secuoya ponga un granito de arena con esos puentes que estamos teniendo con Perú, con Chile.
Raúl Berdonés habla con naturalidad de inversiones millonarias y de expansiones en América Latina. El niño de 13 años que empezaba como ayudante de cámara ahora es reconocido en toda España como el director de un grupo de comunicación relevante en el sector audiovisual. Ha cambiado el pequeño estudio de barrio local por instalaciones de hasta 1.500 metros cuadrados, y las cintas VHS por la última tecnología digital . No obstante, es un hombre de 38 años que sigue trasteando con sus juguetes de infancia: la cámara, el micrófono y los cables.
Mis trabajadores agradecen mucho que me meta en el día a día: suelo preguntar mucho, marear mucho.