La sexta ola de COVID-19 pierde fuelle, y ahora toca doblegar otras curvas, entre ellas la salud emocional. Dos años de pandemia han servido para hacer mella: Una de cada tres personas de Castilla y León considera que su estado emocional ha empeorado y su valoración apenas supera el 6,5. En España, la situación el algo mejor, pero también se queda en un bien, con 6,7 puntos.
El IV Estudio Salud y Vida publicado por AEGON y el Consejo General de Psicología de España, se centra en la percepción del estado de salud, estilo de vida, hábitos y conductas relacionados con el bienestar emocional y social de la población en el último año. Precisa que el 36,5 por ciento de la población de Castilla y León ve que su salud mental ha empeorado, frente a un nueve por ciento que considera que está mejor.
Añade que los datos no permiten explicar las diferencias entre autonomías, pero sí sugiere que en aquellas comunidades más azotadas por el COVID y por sus efectos colaterales -muerte, enfermedad e inestabilidad económica, entre otros- la valoración es peor. Es el caso, además de Castilla y León, de comunidades como Navarra, donde casi la mitad de la población reconoce sentirse peor, el 49,8 por ciento; Madrid (48 por ciento) y Cantabria (39,2 por ciento).
Depresión, ansiedad y suicidio
El estudio precisa que el 23,5 por ciento de la población de Castilla y León presenta síntomas compatibles con un posible caso de depresión o, al menos, sintomatología depresiva moderada, por encima del 20,6 por ciento de la media del país. Es decir, que una que de cada cinco personas podrían presentar dificultades emocionales de tipo depresión. El 28,9 por ciento muestra, por encima del 25 por ciento de España, síntomas compatibles con un trastorno de ansiedad.
Además, hasta un 14,3 por ciento tiene ideación suicida, en este caso por debajo del 15,5 por ciento del país, donde el estudio precisa que el dato sube a un 25,7 por ciento en la población de entre 18 y 25 años y a un19,4 entre los de 26 a 40.
Tanto en los casos probables de ansiedad como de depresión, la mayoría indica que estos síntomas interfieren en su vida cotidiana (53,7 por ciento) y el 14,7 por ciento, que lo hacen mucho. En cuanto al riesgo de ansiedad, el 57,1 por ciento considera que los síntomas interfieren algo en su vida, y en el de depresión, la probabilidad supera el 50 por ciento.
A pesar de estos datos, tres de cada cuatro personas sienten que ahora hay cosas en sus vidas que valoran más que antes, lo que podría apuntar a un indicador de crecimiento postraumático. Más de la mitad indica que no hace nada para mejorar su bienestar psicológico o emocional, pero un 46,1 por ciento sí lo ha hecho. De ellos, un 8,3 por ciento ha recurrido a un profesional; un 27 por ciento ha cambiado rutinas y hábitos, por ejemplo, duerme más, y el 15 por ciento practica actividades enfocadas a mejorar personalmente, como leer libros de autoayuda o ejercicios de respiración y relajación. La medicación o los suplementos los utiliza el 12,9 por ciento.
Grado de satisfacción con la vida
La población de Castilla y León se siente, en general, satisfecha con su vida. En concreto, le dan un 7,22. En España es de un 7,1. En este Caso, la mayor puntuación se observa en Murcia, que supera el 7,57 y Asturias, con un 7,52.
El grado de felicidad percibido también varía por autonomías. En Castilla y León el 80,1 por ciento dice sentirse feliz o muy feliz, superada sólo por Asturias (89 por ciento) y Galicia (83,4 por ciento). Mientras, el dato es de un 68 por ciento en Castilla-La Mancha. La media del país está en el 76 por ciento.
En el caso concreto de la Comunidad, si se compara con el año anterior, se observa que sólo un 19 por ciento considera que ha empeorado, frente a un 30,78 que ve que ha mejorado. El 49,5 por ciento, dice que no ha variado.
El estudio de campo se realizó durante el mes de julio, a partir de 1.6000 entrevistas a mayores de edad de ambos sexos, con un nivel de confianza del 95,5 por ciento, y con un peso en la muestra de cada comunidad ajustado al peso de su población.