D.R. / ICAL .- “Sacar a la gente de las cunetas”, exhortó el 2 de junio de 2017, en el 11 Congreso de CCOO-Castilla y León celebrado en Valladolid, Ángel Hernández, en su despedida al frente del sindicato, y el entonces presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, “cogió el testigo”, y el 12 de abril de 2018 vio la luz el Decreto de la Memoria Histórica de Castilla y León.
La irrupción de Vox en el panorama político tras las últimas elecciones autonómicas como partido llave para conformar gobierno y su exigencia de derogar el texto legal, hace saltar a la palestra al presidente del Consejo Asesor de la Memoria Histórica, quien advierte a los partidos de la oposición, y en concreto al PSOE, como fuerza hegemónica de la izquierda, de que “se están equivocando” y les pide que faciliten a Alfonso Fernández Mañueco gobernar con un acuerdo parlamentario para “aislar a la derecha extrema”. “Hay que estar loco, es jugar con fuego” dejar que pacten PP y Vox, sentencia. Hernández insiste además en pedir a Mañueco, al que remitió una carta el pasado 1 de marzo en defensa de la hoja de ruta de la memoria histórica, que elija la vía parlamentaria y recomponga el Diálogo Social, como el segundo “frente de aislamiento” contra la “derecha extrema”.
La derogación del decreto de memoria histórica es uno de los requisitos marcados por Vox para apoyar a Alfonso Fernández Mañueco en su investidura. La formación de Santiago Abascal critica el revanchismo y habla de concordia….
Son mandangas. Vox puede plantearlo como le dé la gana, pero el objetivo final es cortar cualquier tipo de financiación y actividad desde el Gobierno de la Junta. Habrá que ver ahora con la nueva ley estatal si va a haber un nuevo decreto para adaptarlo. Me imagino que no se atreverán a derogar el decreto, otra cosa es que lo vacíen en la práctica. En última opción, para no cabrearles, Mañueco puede hacer como Rajoy, que no derogó la ley de Zapatero pero no puso ni un solo céntimo para no hacer nada.
Cualquier acuerdo que venga acompañado de Vox, dentro o fuera del Gobierno, le llevará a dimitir...
No puedo estar sentado en una mesa con unos señores de estos y tampoco si hay un juego sucio por debajo de lo que no está escrito. Además, cuando se configure el nuevo gobierno, pondré mi cargo a disposición y deberá decidir el Consejo, junto a mi opción personal, si considero que voy a continuar. No estoy en disposición de estar en las instituciones para hacer guerra de guerrilla, aunque tengo una pequeña deuda con este proyecto, que surge porque en un momento determinado hice un planteamiento en la despedida del Congreso de CCOO, cuando emplacé a Herrera y al resto de responsables políticos, y el Gobierno de Herrera cogió el testigo.
¿Qué supondría eliminar el decreto de memoria histórica?
Hemos tardado desde 1977 hasta 2018 para que un gobierno en Castilla y León tomara cartas en el asunto. Además, el único dirigente del PP de España que en su momento tomó la decisión de iniciar contactos con asociaciones de la memoria y los dos sindicatos más representativos fue Herrera, y el decreto fue consensuado. Envié una carta a Mañueco para que defienda lo que aprobó su partido.
Juan Vicente Herrera impulsó el decreto de memoria histórica, pero Mañueco no es Herrera.
Mañueco no es Herrera, aunque habría que ver a Herrera en esta situación.
¿Por qué cree que quieren eliminar el decreto de memoria histórica?
Porque llevan sobre sus espaldas la mala conciencia de quienes políticamente, y en algunos casos familiarmente, dieron un golpe de estado en este país, y aniquilaron a gente en la retaguardia. Que los asesinos hablen de revanchismo es de risa. Las barbaridades que afectaron a los golpistas se han reparado durante 40 años, pero si hay una familia o una asociación que nos pide localizar a una persona asesinada por los republicanos del bando nacional, tendríamos que actuar con el decreto en la mano, pero es que nadie ha pedido eso.
¿Qué balance hace de estos tres años al frente del Consejo?
No es fácil poner en marcha un consejo por primera vez y cuando cogió cierto ritmo, la pandemia nos paralizó más de un año. Por primera vez en la historia, las asociaciones han recibido dinero público de la Comunidad, para hacer los trabajos que hacían con otros recursos antes. Hay convenios con las cuatro universidades, y la UBU está a punto de sacar el mapa de fosas. Cuando se publique, el consejero de la Presidencia lo presentará al Consejo y cuando se esté de acuerdo tras las alegaciones, se publicará, a ver qué dicen los negacionistas entonces. Poner al frente de esta consejería a alguien de Vox, sería como poner al zorro a cuidar las gallinas. La Junta firmó un convenio con la Secretaría de Estado para la memoria histórica, para participar en el plan cuatrienal, y los fondos de 2021, llegaron íntegramente de la Administración central, para las actuaciones consensuadas. La última decisión del Consejo se tomó el 26 de enero, cuando aprobamos una hoja de ruta de la memoria histórica y democrática, una guía de trabajo en el futuro que debería atender el próximo gobierno. Estoy muy contento y satisfecho, es muy importante, habrá que hacer un censo de víctimas, que marca la ley nacional, y un mapa de lugares de la memoria, no sólo fosas, sino también donde se torturó o fusiló. Son trabajos que tendrán que desarrollar las universidades en el marco de su convenio, con participación de asociaciones.
¿Qué se deja en el tintero?
No hemos logrado poner de acuerdo a la Junta con las asociaciones en torno a las unidades didácticas. Es un garbanzo negro. Aunque está en la hoja de ruta, la única solución que tiene este tema, para que esté en los libros de texto a nivel nacional, es que sea el ministerio el que lo meta de forma obligatoria en el currículo, igual que se habla del Cid campeador. Muchos de nuestros jóvenes no han oído hablar de esto y algunos votan a Vox.
¿Cuál cree que es el origen de la encrucijada política a la que se enfrenta Mañueco?
La convocatoria electoral, que era completamente innecesaria. Los hechos lo han demostrado, incluso se han cargado al presidente del PP.
¿Cree que habrá acuerdo con Vox?
Se abstendrán y firmarán porque si no habrá elecciones y una parte del electorado les puede castigar, y se puede movilizar la izquierda, que bajó en cinco puntos los votos a PSOE y el conglomerado de la esquina. No le interesaría esa jugada. Si se baja de la burra, lo explicará con algún vericueto apelando al mal menor para que no lleguen las izquierdas y firmará un documento con el PP, que será el cuento de Heidi. Después, el PP deberá hacer lo que dicen los de Vox por debajo, por mucho que diga Mañueco, en cuanto le dejen en minoría cuatro veces en el Parlamento.
¿Entiende entonces que no se repetirán las elecciones?
Al primero que no le interesa es al PP, porque igual los cinco puntos de electores de izquierdas que se quedaron en casas se preguntan si tienen que hacer algo. No sé si a Vox le interesa forzar tanto la máquina, igual sí para quemar también a Feijóo, que tendrá que revelar cuál es su política de pactos, y no es lo mismo gobernar en Galicia.
¿La situación nacional del PP marcará la solución final en la Comunidad?
Creo que Mañueco tendrá que tomar una decisión coordinada con la dirección de su partido. No tendría ningún sentido que tomara aquí la decisión de algún tipo de acuerdo con Vox y en un mes Feijóo diga que con Vox, nada, porque tendría que hacer algo, salvo que nos quieran tomar el pelo. Mañueco deberá tomar una decisión con el futuro presidente de su partido.
Sin embargo, en la situación actual, pocas opciones tiene Mañueco para seguir gobernando.
O se lo da sin cargas y sin hipotecas a Vox o debería hacer todo lo posible para que el PSOE llegara a algún tipo de acuerdo con todo el bloque que no es Vox, pactar una reglas de juego democrático en el Parlamento, de negociación para la legislatura, y reactivar y regenerar todo lo que se hizo con el Diálogo Social.
La segunda opción no parece muy viable hoy en día, tras los fallidos contactos con PSOE y Unidas Podemos, que da por cerrados Mañueco.
El PSOE y el conjunto de la oposición se están confundiendo, porque los cordones democráticos no son cosa de uno, son cosa de todos. El PSOE tenía que haber dicho el primer día: ‘Por nosotros no habrá problema de gobernabilidad para la lista más votada para frenar la entrada de la extrema derecha’. Esto de cerrar el paso a la extrema derecha no es cosa solo del PP, porque no va a renunciar a gobernar. La izquierda es la que debe decirlo, les vamos a arrinconar toda la legislatura, y que Mañueco elija entre vida parlamentaria democrática y pactar con la oposición para cerrar el paso a estos tipos o pacta usted con ellos. Si elige pactar con la mayoría de la oposición y el gobierno reabre y reconstituye el roto que ha hecho Francisco Igea en el Diálogo Social; entonces hay dos frentes de aislamiento de la extrema derecha: las políticas laborales y sociales en el Diálogo Social y el de la política parlamentaria. Que elija.
Los números son los que son y sin los socialistas no salen las cuentas….
El PSOE es el que debe tomar la decisión, y tirar del resto. Es el partido hegemónico de la izquierda. El cordón se lo deben hacer todos los partidos que se consideran democráticos. El cordón democrático es ese, no dejarles que entren en las instituciones, y cuando gane el PSOE, el PP deberá apoyar a los socialistas para que gobiernen, eso es la democracia.
Sin embargo, la izquierda ya ha mostrado su distanciamiento ante esa opción
Igual están jugando a algo muy peligroso, a que pacten PP y Vox y cantar que viene la extrema derecha para que se movilice el electorado de izquierdas. Eso es jugar con fuego. PSOE y Unidas Podemos quieren meter munición de que vienen y no pasarán, y han pasado siempre y nos han machacado siempre. ¿Va a dejar la oposición que pacte los presupuestos con Vox y que arrample con todo, o dejarle las consejerías de Educación, del Diálogo Social y la de memoria histórica? El secretario general de CCOO ya ha dicho que no se sentará en el Diálogo Social para blanquear a Vox. Hay que estar locos.
Vox logró más de 200.000 votos en la Comunidad….
Les votará quien quiera, pero no vamos a permitir que el 15 por ciento imponga sus políticas reaccionarias al 50 por ciento de la población. Esa es la situación. Quieren cargarse las autonomías; echar a los inmigrantes y consideran que eso de pegar a las mujeres es una pijada y la memoria histórica, reabrir herida. ¡Se reabren fosas para sacar a los que asesinasteis! Como va a estar esta gente en las instituciones, no son fascistas, son unos cafres.
Sin embargo, dirigentes políticos como la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, entienden que es mejor pactar con Vox que con Bildu o ERC.
Bildu y ERC juegan hoy en el sistema democrático, aunque quieran independizarse. Vox no es lo mismo, son de la trayectoria fascista, y los fascistas y la extrema derecha no creen en las instituciones y la democracia, solo creen en sus ideas que llevan a la dictadura. Vox son Fuerza Nueva y sus parientes, y viene a cargarse el Estado democrático, los otros se quieren ir. Ahora los socialistas y comunistas son los anticonstitucionales, cuando fueron quienes parieron la Constitución y la sometieron a votación.