Cruz Roja ya ha atendido en Castilla y León a 1.608 ucranianos desplazados desde el inicio de la invasión rusa, de los que que 458 están alojados, en la actualidad, en albergues, residencias y hoteles de la Comunidad. El mayor número de personas que ocupan alojamientos de emergencias atendidos por la ONG está compuesto por mujeres y menores de edad. No en vano, solo el 18 por ciento de los alojados es hombre, lo que demuestra que se han quedado en su país para luchar en la guerra. Por el contrario, el 47 por ciento es mujer y un 34 por ciento, niños y adolescentes.
El informe de Cruz Roja, recogido por la Agencia Ical, con datos entre el 15 de marzo y el pasado martes 24 de mayo, recoge que la organización cuenta con 682 plazas operativas de alojamientos de emergencia, de las que 458 ya están ocupadas. Segovia es la provincia que acoge más ucranianos refugiados (196), seguidos de los 72 de Zamora, los 64 de Salamanca, los 59 de Ávila y los 49 de Burgos. El número de alojados por dispositivos gestionados por Cruz Roja es inferior en provincias como Palencia (12) y Valladolid (seis), a los que habría que sumar los 14 que llegaron el pasado miércoles a Soria y que no están recogidos en las estadísticas facilitadas por la entidad. Por lo tanto, León es el único territorio donde Cruz Roja no ha facilitado el alojamiento a los ucranianos, pese a contar con 43 plazas.
Se trata de albergues de ayuntamientos, residencias públicas de administraciones o de órdenes religiosas e incluso plazas de hoteles, básicamente en capitales de provincia y ciudades de mayor tamaño, que cuenten con todo tipo de servicios públicos. La coordinadora autonómica de Cruz Roja, Eva Fernández, aseguró que al llegar en una situación muy traumática se ha optado por prestar a los ucranianos una primera atención en este tipo de recursos para ser “más eficientes”. Es por ello que, de momento, se ha descartado un alojamiento en pisos. “Se facilita la interacción de los equipos de trabajo con ellos y cuestiones como la manutención y la atención de sus necesidades. Y Luego, en una segunda fase, llegará la segunda fase de acogida para dar el paso a las viviendas”, precisó.
Los ucranianos que han llegado a Castilla y León gracias a la mediación de la entidad proceden, básicamente, del centro de atención a refugiados de Barcelona, ubicado en la Feria de Muestras de la capital catalana. Los alojamientos de emergencia que son los recursos que se han puesto a disposición para personas de Ucrania han acogido a 682, aunque ahora solo están ocupadas 458 plazas. Y es que Fernández señaló que algunos han decidido abandonar estos lugares para vivir con familiares y ubicados en otros lugares de España. “A lo largo de estos dos últimos meses, se han ido abriendo plazas de emergencia y hay margen para crecer por lo que se podrían poner a disposición más alojamientos, en función de las necesidades”, señaló.
La ONG en Castilla y León ha llevado a cabo con los ucranianos un total de 570 acciones de orientación e información jurídica y social, además de ayudas de emergencia. Fernández subrayó la importancia del apoyo psicológico, ya que las que han decidido viajar son mujeres con hijos, por lo que han dejado en Ucrania, sin olvidar los cursos de español o visitas del entorno donde residen.
Por otro lado, se han gestionado 248 traslados, además de la atención de un centenar de personas en la estación de trenes de Valladolid que estaba en tránsito y se vio obligada a realizar un trasbordo hasta coger otro convoy para llegar a su lugar de destino de España o Portugal. Par todo ello, Cruz Roja dispone de más de medio millar de voluntarios para la atención a los refugiados de Ucrania, de los que 147 están en activo. Su labor sirve para realizar acompañamientos y atender las necesidades de este colectivo.
A 24 de mayo, un 94 por ciento de los ucranianos atendidos por Cruz Roja ha tramitado su solicitud de protección temporal, gracias a la cooperación con las comisarías provinciales de Policía. También, se ha trabajado para facilitarles las tarjetas sanitarias y la escolarización de los menores, además de abordar temas de empleo y tejer redes de apoyo.