El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas, ha participado esta mañana en León en la clausura del XV Congreso Nacional de Regantes. Allí ha manifestado la firme apuesta de la Junta por la modernización de zonas regables y la transformación de otras zonas en nuevos regadíos, como instrumento principal para proporcionar mayor riqueza en las zonas rurales mediante la generación de actividad directa y también por su vinculación con la industria agroalimentaria.
Para el consejero, “el papel de los regadíos y de los regantes es clave para garantizar el abastecimiento de alimentos a la población, tanto en cantidad como calidad suficiente, y por tanto su contribución adquiere especial importancia en la coyuntura actual. Actualmente al sector se le demandan esfuerzos adicionales siendo necesario incrementar las producciones para garantizar el alimento en una población creciente y a su vez buscando la sostenibilidad de la actividad, a través de la reducción de costes, la optimización de recursos e insumos, la tecnología y la eficiencia energética”.
“La creación de nuevos regadíos o la modernización de los mismos son tradicionalmente una de las medidas más eficaces en la mejora de la competitividad de las explotaciones y por lo tanto del desarrollo rural”, ha continuado Gerardo Dueñas.
A tal efecto, en esta legislatura se han comprometido actuaciones en regadío en unas 30.000 hectáreas y se seguirá trabajando en la modernización de futuras zonas en una superficie próxima a las 51.000 hectáreas, así como la implantación de sistemas de riego eficientes mediante la implantación de energías alternativas en más de 60.000 hectáreas. En este sentido es imprescindible, para el correcto desarrollo de estas inversiones, que no se dilaten los procedimientos ambientales, que pueden llegar a poner en riesgo la ejecución de los fondos presupuestarios. Sobre esta petición de agilización administrativa, la Consejería está expectante a la reforma normativa anunciada por el Ministerio y espera que sea en la línea de la simplificación de los procedimientos.
Para la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural es necesario potenciar las actuaciones de regadío por lo que se demanda al Gobierno central una planificación hidrológica acorde con las necesidades de la Comunidad en especial en lo que se refiere a la capacidad de regulación. En este sentido, y como ya se ha reiterado en otras ocasiones, la cuenca del Duero es la que presenta peores ratios en España.
La colaboración en materia de regadíos de la Comunidad con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, especialmente a través de SEIASA, ha sido siempre ejemplar y modelo de referencia. Por eso, el consejero ha reclamado algo que considera proporcionado y de justicia, como es que Castilla y León tenga la aportación que le corresponde en el uso de los fondos de recuperación y resiliencia en materia de modernización acorde a su participación actual. El objetivo no es otro distinto que aprovechar esta financiación adicional para impulsar y dar mayor velocidad a las actuaciones en las que se está trabajando en este momento y que están pendientes de asignación de financiación.
Para la Consejería el uso racional del agua de riego es uno de los objetivos más importantes a conseguir mediante el desarrollo de modernas infraestructuras tal y como como se ha puesto de manifiesto en este congreso, donde se ha hablado de la aplicación de las nuevas tecnologías para fomentar una intensificación sostenible, de la digitalización y monitorización de las parcelas mediante la aplicación de técnicas de teledetección, de la aplicación de riegos de baja presión o del uso de energías renovables, ofreciendo al mercado mejores productos, más diversos, sanos y sostenibles.
Por último, el consejero no ha querido olvidar el papel trascendental que tienen las comunidades de regantes y sus federaciones en el futuro del regadío y de la agricultura y el mundo rural en su conjunto. Así, ha valorado positivamente la oportunidad de la celebración de este congreso en estos momentos, sirviendo de escaparate ante la sociedad y permitiendo demostrar las mejoras realizadas en el uso del agua y el compromiso con la sociedad de continuar realizando adaptaciones a las exigencias necesarias, que cada vez son mayores. De este modo, el objetivo es satisfacer las necesidades principales que la sociedad demanda: garantizar la producción de alimentos de forma sostenible, eficaz, moderna y atractiva para el establecimiento de un tejido productivo en el medio rural.