La concienciación por parte de los castellanos y leoneses sobre el impacto de su alimentación en el medio ambiente cada vez va ganando más peso. Así lo recoge un estudio elaborado por la marca de alternativas veganas al queso, Violife, del cual se desprende que casi el 70% de los ciudadanos de Castilla y León están preocupados por el impacto de la producción de alimentos en el planeta.
El estudio revela que "hay una concienciación real por el cambio", con un 61% de los encuestados que admite que es más probable que compren alimentos con una baja huella de carbono, y más de la mitad se siente culpable por comer alimentos que producen demasiadas emisiones.
Sin embargo, si bien muchas personas muestran interés en el impacto de la producción de los alimentos en el medio ambiente, solo el 6% admite entender completamente cómo se vinculan las emisiones de gases de efecto invernadero y los productos que come. En este sentido, el 64% de castellanos y leoneses está de acuerdo con que los alimentos estén etiquetados incluyendo sus huellas de carbono. De esta forma, "se facilitaría a los consumidores poder tomar decisiones informadas y responsables".
Según una investigación realizada por el Foro Económico Mundial, "el queso lácteo es uno de los mayores generadores de gases de efecto invernadero detrás de la carne de vacuno y cordero, colocándolo por delante de la carne de cerdo, pollo y los huevos", aunque solo el 18% de los encuestados lo clasificaron como uno de los alimentos más intensivos en emisiones de carbono.
Una evaluación del ciclo de vida del queso lácteo en comparación con su alternativa vegetal, en la que se ha analizado el impacto ambiental y climático y el uso de la tierra, señala que "si las personas se cambiasen al queso de origen vegetal podrían reducir su impacto climático en al menos un 50%".
También se sostiene que "las variedades más populares de queso lácteo como manchego, cheddar, mozzarella, feta y parmesano producen entre 6,4 y 13,3 kg de dióxido de carbono (eq) por kilo durante su ciclo de vida, según el estudio de la consultora de sostenibilidad Quantis. En comparación, los impactos climáticos de las alternativas veganas son sustancialmente más bajos y generan como mínimo 3,8 kg menos de carbono 11 por kilo, el equivalente a conducir un automóvil 11 km".
El estudio demostró también que el 46% de los adultos de Castilla y León comen queso lácteo tres o cuatro veces por semana, y el 16% lo hace cinco o más veces. Es destacable que solo el 14% de los encuestados afirma que siempre que compran queso se aseguran de que sea de origen sostenible y responsable. En cuanto a las alternativas veganas al queso, más del 73% de los castellanos y leoneses nunca las ha probado, aunque entre aquellos que sí que lo han probado, el 77% lo recomendaría.