La Fraternidad Internacional del Camino de Santiago (FICS), integrada por peregrinos y especialistas de diferentes países que reflejan la universalidad y dimensión internacional del fenómeno jacobeo, ha iniciado una solicitud para que la “acogida tradicional jacobea”, es decir, la hospitalidad que “solo se ejerce en los Caminos a Santiago”, sea Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El presidente de FICS y de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Astorga y Comarca, Juan Carlos Pérez Cabezas, explica a Ical que con esta distinción se pretende “proteger como a un monumento” a aquellos albergues en los que se practica este tipo de acogida, que “forma parte de las esencias del propio Camino de Santiago”. “No estamos diciendo que otras situaciones dentro de la ruta sean peores”, señaló en referencia a hoteles, alojamientos rurales y hostales, entre otros, pero prosiguió que “esta forma es necesario protegerla para que los peregrinos sigan caminando a Santiago”.
En este sentido, sostiene Pérez Cabezas, la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago es la más idónea para lanzar esta petición, pues tiene como misión defender y divulgar los valores del Camino, “elemento fundamental del patrimonio cultural europeo, para garantizar su conservación y transmisión en las mejores condiciones a futuras generaciones”. Los miembros de la FICS comparten sus “conocimientos y esfuerzos, con generosidad y altruismo para, conjuntamente, poner en marcha un proyecto solidario y fraterno de protección del Camino de Santiago y sus valores patrimoniales”.
Y es en este contexto en el que entra la hospitalidad “desde el punto de vista practicado por voluntarios, en los albergues donde se lleva a cabo sin ánimo de lucro”. “Queremos que esos establecimientos tengan unas ideas claras de cómo hacerlo. Y que no desaparezcan, porque sería el fin del Camino”, advierte Pérez Cabezas, presidente también de la única asociación, la de Amigos del Camino de Santiago de Astorga y Comarca, que gestiona un albergue en propiedad.
Hospitalidad como fin
De momento, el “primer paso” ya se ha dado, que es presentar un informe al Ministerio de Cultura para que incluya la hospitalidad en un listado de bienes inmateriales del Estado. A partir de ahí hay que dar el salto, para el que se requiere el apoyo de países europeos y otros del mundo, para que la Unesco lo declare como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad: “Es un bien único y un tipo de acogida que solo se da en el Camino de Santiago. En el resto de itinerarios de peregrinaje en el mundo el fin es lo fundamental; sin embargo, aquí, el fin, siendo muy importante llegar a Santiago, es la hospitalidad como experiencia vital y los días que pasas hasta que llegas”.
A partir de ahora la agilidad que existe para esta declaración depende ya de cuestiones burocráticas. Pérez Cabezas, que confía en que esta distinción no se demora mucho en el tiempo, considera que “al fin y al cabo”, el Camino de Santiago es un fenómeno milenario y “la acogida supone coger el testigo de la que se practicaba ya en la Edad Media por cofradías en distintas poblaciones”.