Las Comunidades de Regantes de la Cuenca del Duero (Ferduero) manifiestan su oposición al desembalse de agua de algunos pantanos destinados al regadío y otros usos para cumplir con el Convenio de Albufeira.
Señalan que "desde el 18 de julio de 2022, se están produciendo desembalses de diversos pantanos de nuestra cuenca para cumplir con el Convenio de Albufeira (Convenio sobre Cooperación para la Protección y el Aprovechamiento Sostenible de las Aguas de las Cuencas Hidrográficas Hispano-Portuguesas), firmado por España y Portugal el 30 de noviembre de 1998 para la administración y uso hídrico de las cinco cuencas hidrográficas que comparten, entre ellas la del Duero. Los primeros perjudicados fueron los regantes de Salamanca, con los desembalses extraordinarios de Santa Teresa, Águeda e Irueña y ahora les ha tocado sufrir las consecuencias a Comunidades de Regantes de León, con las sueltas de agua a mayores que desde el pasado viernes 9 de septiembre se están produciendo en los embalses de Riaño y Porma, en el Sistema Esla-Valderaduey". Desde la Asociación Ferduero, "nos oponemos a estas medidas decretadas unilateralmente por el Ministerio de Transición Ecológica, sin ningún tipo de diálogo y acuerdo con los usuarios afectados".
En los últimos años, "se nos viene acusando injustamente de ser cómplices de los efectos causados por el cambio climático y sus consecuencias, principalmente reflejados en un descenso de aportaciones, así como en la inestabilidad climática, alternando períodos de abundantes precipitaciones con otros de fuertes sequías. Por este motivo, en el transcurso de la grave sequía de 2017 preguntamos en las Comisiones Extraordinarias de Desembalse celebradas, por el cumplimiento del citado Convenio y si no contemplaba excepciones en caso de disminución de aportaciones", sostienen. "La respuesta fue que sí se contemplaban, pero que no se daban las circunstancias para aplicar reducciones del agua a trasvasar a Portugal por no haber bajado en el período del 1 de octubre de 2016 al 1 de junio de 2017 del 65% de la precipitación media acumulada de la cuenca en dicho período (apartado 3 del artículo 3 del Protocolo Adicional del citado Convenio)", añaden.
Ante esta respuesta y considerando que esto se podía producir de forma periódica en el futuro motivado por el citado cambio climático, "solicitamos que se trasladase al Ministerio del que depende la gestión del agua la revisión del Convenio de Albufeira, modificando los indicadores que permiten dicha excepcionalidad, para adaptarlos a la realidad climática que estábamos viviendo. Ante la falta de respuesta, hemos reiterado nuestra demanda en todas las alegaciones presentadas desde junio de 2020 a los diferentes documentos que conforman la revisión del Plan Hidrológico de la Parte Española de la Demarcación Hidrográfica del Duero, pero todo ha caído en saco roto, no se ha hecho nada al respecto y ahora sufrimos las consecuencias, razón por la que exigimos que el Gobierno de España se siente con su homólogo de Portugal para formalizar un nuevo Acuerdo que no perjudique los intereses de los usuarios a los que representamos como lo hace el Convenio en vigor", manifiesta la asociación Ferduero.
Además, apuntan que "nuestros Sistemas de Explotación están regulados por embalses de cabecera, todos ellos en funcionamiento con anterioridad a la firma del Convenio y que todos los usuarios han amortizado al 100% y cuyos gastos de explotación siguen abonando en idéntico porcentaje a través de los Cánones de Regulación. Sin embargo, ahora el Gobierno hace uso de ellos para otros fines a los que siempre han estado destinados, con la consiguiente pérdida de recursos para poder satisfacer las necesidades de los diferentes usos (principalmente el regadío). La situación se agrava si tenemos en cuenta que el Duero es la cuenca menos regulada de las grandes cuencas de España, muy por debajo de las restantes y todos nuestros embalses tienen un carácter anual y aún en las mejores condiciones de reserva, no nos pueden garantizar las necesidades de demanda de dos campañas seguidas y siempre dependemos de las circunstancias climáticas que se produzcan en cada año hidrológico".
Desde el año 2000 las Comunidades de Regantes se han involucrado en un frenético proceso de modernización con el fin de conseguir un ahorro y una mejor gestión del recurso agua, "con una inversión económica desorbitada, que se puede ir al traste si no contamos con las dotaciones adecuadas para sacar adelante unas producciones óptimas, cosa que van a agravar circunstancias como las que estamos denunciando".
Con el fin de ahorrar agua y dejar toda la posible en los embalses para ayudar a garantizar la siguiente campaña, "llevamos muchos años funcionando con dotaciones máximas y cupos por Comunidades que se respetan escrupulosamente y la prueba palpable de esto es que en el año actual hemos podido satisfacer las demandas de los cultivos en la mayoría de los Sistemas de Explotación a pesar de la grave sequía padecida, gracias a los ahorros producidos en la campaña anterior, muy por encima de los aprobados por las Juntas de Explotación y la Comisión de Desembalse. Y ahora tenemos que contemplar con impotencia como los ahorros de la campaña actual son saqueados de nuestros embalses por una decisión unilateral del Gobierno, sin ningún tipo de diálogo ni consenso".
Ferduero continúa: "Y la pregunta que uno se hace es ¿quién se beneficia realmente de todo esto? ¿quién saca partido de estos desembalses cuando la campaña de riegos está prácticamente rematada en España y Portugal y los usos prioritarios garantizados? La respuesta parece evidente: toda esta agua va a ser turbinada en los diferentes saltos hidroeléctricos existentes en la cola de la parte española de la demarcación, cuya explotación está compartida por España y Portugal en los más de 100 km del Duero internacional. Aunque embalses como Ricobayo o la Almendra también suelten agua para este fin, a esos caudales les van a sacar la producción oportuna, mientras que la nuestra la perdemos sin ningún provecho y solo ellos se benefician. Parece que estamos completamente a su merced, porque a este hecho habría que añadir lo que estamos padeciendo con el coste de la energía, que está poniendo en riesgo la viabilidad de nuestras explotaciones".
Por todos estos motivos, "denunciamos este expolio que se está produciendo de manera unilateral y sin ningún tipo de diálogo, algo muy propio del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, que continuamente le da la espalda al regadío y al mundo rural en su conjunto. Desde Ferduero damos nuestro apoyo total y sin fisuras a los regantes afectados, a sus demandas y movilizaciones y exigimos que se pare este sin sentido y se dejen de despilfarrar los ahorros generados por las Comunidades de Regantes, fruto de la continua mejora en la gestión de sus regadíos. Igualmente denunciamos la pasividad del Gobierno de España que permite mantener un Convenio obsoleto y totalmente perjudicial para los intereses del regadío de nuestra Demarcación".