Una parte de nuestra historia podría desaparecer. Más de tres centenares de elementos del patrimonio cultural de Castilla y León se encuentra en estado de abandono, de notable deterioro o de ruinas. Las causas de ello obedecen a las nulas tareas de conservación, al urbanismo o a la pérdida de utilidad de algunos edificios con el paso de los años, porque no solo se trata de antiguas iglesias en municipios despoblados, sino también de construcciones en pleno centro de algunas capitales o de los restos del pasado industrial castellano y leonés.
Entre los diferentes elementos de nuestro patrimonio que podrían perderse se encuentran antiguas fábricas o viviendas, iglesias, conventos, castillos, palacios o escudos. Algunos de ellos están declarados como Bien de Interés Cultural (BIC), sin que ello haya supuesto mejoras en su conservación. La asociación Hispania Nostra se encarga de valorar el estado de todas estas construcciones históricas y catalogarlas en sus listas roja, negra y verde. En lo que llevamos de año, más de una treintena han sido incorporados a la lista roja por encontrarse en peligro. Salamanca, con nueve; y Burgos, con ocho, son las provincias que más elementos han incluido a lo largo de este 2022. Le siguen León (seis) y Palencia (cuatro), mientras que Soria, Segovia, Zamora y Ávila únicamente han aumentado en uno la cifra de edificios en peligro de desaparecer para siempre. Valladolid, por su parte, no ha incrementado su lista a lo largo de este año.
En Salamanca, desde principios de año, Hispania Nostra ha incluido en su lista roja iglesias como la de Aldehuela de la Bóveda, del siglo XVI, afectada por un incendio hace años; y la de Santibáñez del Río (Doñinos), del siglo XII, así como otros elementos del patrimonio religioso, como el Convento de Nuestra Señora de los Ángeles, situado en Cerralbo, y el Convento Franciscano de Tejeda, ambos del siglo XVI.
Dentro del patrimonio militar, se han unido a la lista roja el Torreón de Santibáñez de Béjar, erigido entre finales del siglo XII y principios del XIII; y el Castillo de Tamames, que data del siglo X.
En plena capital salmantina, se ubica el caserón neobarroco de la Avenida de Italia, 36, una vivienda construida en 1926, única en el entorno donde se encuentra, pero en progresivo deterioro. En Ciudad Rodrigo, se encuentra en estado similar la casa del licenciado Andrés López de Talavera, del siglo XVI. Y de vuelta a la ciudad de Salamanca, la lista roja no se olvida de los escudos del Palacio del Duque de la Roca, de los siglos XV y XVI, visibles en el actual Campo de Tiro y Deportes de la ciudad, pero en un visible estado de degradación, más de 60 años después de que el palacio fuera derribado.
En Burgos, una de las últimas incorporaciones a la lista roja de Hispania Nostra ha sido el Castillo de Coruña del Conde, que data del siglo X y algunas de sus piedras fueron utilizadas para construcciones campesinas. Ahora se considera que se encuentra en "estado de completa ruina". Otro castillo, el de Rojas, del siglo XIV, también se ha unido a la lista.
Del patrimonio religioso burgalés, también se han considerado en peligro, desde principios del año, el Monasterio de San Francisco de Castrojeriz, construido en el siglo XIV; y la Iglesia de El Salvador, en Cubillo del Butrón, del siglo XII, de la que hoy solo se conserva la cabecera. También se ha incluido en la lista roja la Espadaña de Torremoronta, cuyo origen se remonta a los siglos XI y XIII.
En lo que respecta al patrimonio civil, Burgos solo ha aumentado en uno los edificios en peligro, con el Palacio de los Isla, en Villalaín, construido entre los siglos XIII y XIV.
Restos de un pasado industrial
Del pasado siderúrgico burgalés, también nos queda el horno de fundición de Huerta de Abajo, de 1877, hoy en peligro de desaparición. Lo mismo sucede con otros elementos del patrimonio industrial en otras provincias, como León. Casi 200 años después de su construcción, la ferrería de A Portela de Valcarce se encuentra hoy en ruinas. También están en estado de deterioro el conjunto minero-industrial de los lavaderos de La Recuelga, en Santa Cruz del Sil; y el lavadero cargue de Victoriano González, en el mismo municipio.
Pero en León también hay otro tipo de edificios en peligro, como la Cueva de San Martín, en Villamoros de las Regueras, perteneciente a la única iglesia excavada durante la Edad Media y que data del siglo X; o la Ermita de San Roque, en Valdavido, del siglo XVI; o en este mismo municipio, la Iglesia de San Martín, del siglo XVIII.
Palencia no se salva de las ruinas en los edificios históricos, como la Ermita Románica del Cementerio Viejo, en Cubillas de Cerrato, construida entre los siglos XI y XII. El resto de las construcciones incluidas este año en la lista roja en esta provincia son, de nuevo, relativas a su pasado industrial, como la azucarera de Villamuriel de Cerrato, o en la propia capital palentina, la alcoholera y el Molino de las Once Paradas.
En Segovia, las casas de esquileo de Trescasas, que un día sirvieron a los pastores para esquilar a sus ovejas, están hoy en estado de ruinas. En Soria, este año se ha incluido en la lista roja el Castillo de Castillejo de Robledo, datado entre los siglos XII y XV; y otro castillo, el de Torralba, en Cisla (Ávila), también se ha incorporado a la lista de elementos patrimoniales en peligro. De igual manera, Zamora ha añadido las ruinas de la Iglesia de San Salvador, en Abezames, del siglo XIV.
Los que se salvaron y los que ya no están
De la misma manera que la asociación Hispania Nostra cataloga los elementos de nuestro patrimonio en peligro, también se encarga de sacarlos de su lista roja cuando ya no hay riesgo para su conservación y cuando las tareas para ello resultan eficaces. Este año, han pasado de esta lista roja a la lista verde el Palacio de los Reinoso de Autillo de Campos y el yacimiento de Monte Cildá de Olleros de Pisuerga, ambos en la provincia de Palencia.
También se salvaron la Atalaya de Nograles y las Murallas y Castillo de Rello, en Soria; o el palomar de Carrascal del Duero, en Zamora; así como el jardín histórico El Bosque, en Béjar (Salamanca).
Otros edificios, sin embargo, han desaparecido para siempre o su desaparición es inminente. Para ellos, Hispania Nostra también tiene su lista, la lista negra. A lo largo del 2022, han entrado a formar parte de esta el Monasterio-hospital de Santa María de la Tiendas y la central térmica de Velilla, los dos en Palencia.
Si bien Valladolid se salva de la lista roja, no sucede lo mismo con la negra. Este año, se ha incluido en ella la casa mayorazgo de Juan de Zúñiga Avellaneda, en Cogeces de Íscar. Y aunque pueda llamar la atención, también se ha incorporado el entorno exterior de las Murallas de Ávila, pues tal como indica Hispania Nostra, "ha sido destrozado mediante múltiples construcciones inmediatas al monumento".