La proporción de parados de larga duración sobre el total de desempleados crece en Castilla y León, según Adecco Group Institute. La región es una de las siete autonomías en donde se han reducido ambos grupos de desocupados, pero los de corta duración lo han hecho con más fuerza. Se cuenta ahora en la Comunidad con un total de 114.300 desocupados, de los cuales 32.200 están en tal situación desde hace al menos dos años (27,6%, +0,8 puntos porcentuales interanuales que suponen el crecimiento más débil de todo el conjunto autonómico junto con el de Castilla-La Mancha).
Para Javier Blasco, director del Adecco Group Institute, el paro de larga duración es un fenómeno que “responde normalmente, bien a colectivos de todas las edades y con escasa cualificación y por ello difícil inserción, bien a prejuicios sobre el potencial del candidato senior, independientemente de su cualificación, o bien a territorios con bajas tasas de desempleo donde existen bolsas de paro “estructural”, que incluso pueden ser ajenos a la búsqueda activa de empleo”.
Castilla y León se cuenta entre las regiones donde la cobertura por desempleo ha aumentado, concretamente 5,2 puntos porcentuales, que ha llevado a esta variable hasta el 73,1%. En otras palabras, más de siete de cada diez personas en paro en la autonomía castellanoleonesa están cubiertos por una prestación por desempleo.
En relación a la siniestralidad laboral, al igual que en el conjunto nacional, en Castilla y León también está creciendo esta, aunque de forma más moderada que la media española. Se han contado en la autonomía castellanoleonesa 63 siniestros cada 10.000 ocupados (+4,8% interanual). Pese al incremento, es el cuarto mejor dato del conjunto de autonomías.
Si nos centramos en los datos de conflictividad laboral, en Castilla y León, el número de huelgas ha aumentado un 17,8% interanual, llegando a 11,1 conflictos cada 100.000 empresas.
También ha crecido el número de participantes en huelgas, concretamente un 84,7% -el tercer mayor aumento autonómico-, que ha llevado esta variable a 23,8 huelguistas cada 10.000 ocupados. Al haber aumentado marcadamente más el número de huelguistas que el de conflictos, se deduce que, en Castilla y León, cada huelga ha tenido, de media, un seguimiento mayor.