Los orígenes del teatro se remontan a los antiguos ritos de origen prehistórico, en los que el ser humano empezó a valorar y a comprender la importancia que tenía la comunicación para establecer unas buenas relaciones sociales. El hecho de llevar a cabo esta actividad fortalecía la relación entre los miembros de los diferentes pueblos.

Posteriormente fue en Grecia donde nació como arte dramático y donde se comenzó a apreciar la belleza de una disciplina que pone de relieve el Festival de Teatro Clásico de Olmedo, que ha llegado este jueves a su máximo apogeo con la representación de ‘La hija del aire’, de la Compañía Nacional de Teatro de México, con versión y dirección de los españoles José Gabriel López Antuñano e Ignacio García, que han enlazado dos culturas en torno a Calderón de la Barca.

El público esperaba con mucha expectación la obra y ha abarrotado la Corrala del Palacio del Caballero con mirada atónita desde el inicio y expectante para ver una representación trepidante en la que Semíramis, reina de Asiria y fundadora de Babilonia, era la protagonista, con las luchas fratricidas y las traiciones por el asalto al poder como principales ejes de la narración.

La reina se enfrenta, en una puesta en escena espectacular al dilema que todos seres humanos tenemos a la hora de obrar frente a la emergencia ante esa usurpación de poder, o el secuestro de la soberanía popular. La obra de Calderón de la Barca pasa por ser un drama político y mitológico que ha hecho pensar y reflexionar a todos los espectadores que contemplaban la función en un día perfecto.

Y lo ha hecho porque esta leyenda de Semíramis y su corte puede asemejarse a cualquier reino totalitario o personalista en el que la suma de poderes conduce a la sociedad hasta su destrucción o puede llevar a un individuo también a caer en males mayores.

Una obra bien llevada y elegida que ha hecho las delicias de todos en la villa olmedana y que no ha dejado indiferente a nadie en unos días en los que el Teatro Clásico toma las calles de Olmedo haciendo que todo el mundo disfrute de esta bella manifestación cultural.

Satisfacción en la organización

Desde la organización, y a tres días vista para que concluya el festival aseguran que “la afluencia de público está siendo muy buena” y esto es así porque este año se ha conseguido cerrar una “programación muy completa” disfrutando de obras de cortes muy diferentes.

De cara a este fin de semana, las expectativas son también muy buenas “con ocupación al completo” y con obras como la del domingo de ‘El Brujo’ y que lleva por nombre ‘La luz oscura de la fe’, que lleva con el cartel de no hay billetes desde que se pusieron a la venta las entradas.

Olmedo remata más de una semana de teatro de calidad con otro gran éxito en torno a una forma de cultura que cada vez gana más adeptos.