El periodista Fernando Rueda presenta su libro en León: "Destrucción masiva”
El periodista y escritor Fernando Rueda presentará el próximo martes 18 de febrero en León su último libro “Destrucción masiva”, una novela que gira en torno a la trama que rodeó al asesinato de ocho agentes del CNI en Irak a finales de 2003 tras la invasión de Estados Unidos. Dicha presentación está organizada por la Asociación de Periodistas de León (APL) y tendrá lugar a partir de las 20:00 horas en el salón de los Reyes del Ayuntamiento de León (Plaza San Marcelo, 1), siendo la entrada libre hasta completar aforo.
Fernando Rueda es el mayor experto en los servicios de inteligencia españoles y ha publicado 15 libros, la mayor parte sobre el funcionamiento interno del CNI –el último, el best seller “Yo Confieso”, las memorias de Mikel Lejarza El Lobo-, pero ahora salta a otra parte del planeta para contarnos, con nombres y apellidos, las circunstancias que terminaron con la muerte de siete espías en una carretera iraquí y de un octavo que, un mes antes, fue acribillado en solitario.
El autor es tan consciente de que aquellos hechos están pendientes de un esclarecimiento que divide la novela en dos partes: en la primera, reconstruye los acontecimientos tal y como sucedieron, y en la segunda imagina un final para esa mancha negra en el expediente bélico nacional.
“Destrucción Masiva” arranca con la llegada del agente secreto Alberto Martínez a Irak a mediados del 2000. Osama bin Laden todavía no había ordenado que se derrocaran las Torres Gemelas, George Bush aún no había acusado a Sadam Hussein de fabricar armas de destrucción masiva, José María Aznar no se imaginaba que algún día pondría los pies sobre la mesa del presidente estadounidense. Pero estos tres acontecimientos –sin duda definitorios para comprender la política internacional que guiaría este milenio- no tardarían en ocurrir y el protagonista de esta historia se verá obligado a hacer frente a sus consecuencias desde el mismísimo corazón del infierno.
Fernando Rueda reconstruye la vida de Alberto Martínez y José Antonio Bernal, así como de sus compañeros del CNI, y nos muestra a los colaboradores y confidentes con los que contaron en Irak. Uno de ellos delató a los espías españoles y, por tanto, fue el responsable último de sus muertes. Entre ellos destaca la figura de Flayeh Al Mayali, profesor del departamento de español de la Universidad de Bagdad, que colaboraba con Martínez, el principal sospechoso según el CNI. También pasan por las páginas de la historia otros sospechosos: miembros de los servicios de inteligencia iraquíes, la temible Mujabarat; clérigos chiitas relacionados con grupos terroristas volcados primero en derrocar a Sadam Husein y después en acabar con los invasores occidentales; y funcionarios del gobierno local decididos a traicionar al dictador.
Al margen de esos individuos, Fernando Rueda introduce como personajes secundarios –o lejanos- a todos los políticos y militares tanto españoles como extranjeros cuyas decisiones repercutieron en la vida –y en la muerte- de los ocho agentes, siendo especialmente destacables las figuras de José María Aznar, Federico Trillo, George Bush y Tony Blair. El modo en que los dos primeros no hicieron caso a la información de los agentes españoles sobre las inexistentes armas de destrucción masiva, que contradecía sus valoraciones públicas, merece no pocas insinuaciones por parte del autor.