Los británicos afrontan este jueves, 5 de noviembre, una de las más extrañas ediciones de la conocida como Noche de Guy Fawkes debido a las restricciones que el país sufre por la pandemia de coronavirus.
La tradición, condicionada este año por la crisis sanitaria, implica normalmente el encendido de hogueras y el lanzamiento de fuegos artificiales para conmemorar el fracaso de la Conspiración de la Pólvora que en 1605 trató de atentar contra el Parlamento de Westminster y contra el rey Jacobo I.
La fiesta también recibe los nombres de Noche de las Hogueras (Bonfire Night) o Noche de los Fuegos Artificiales (Fireworks Night), aunque el más utilizado es el de Noche de Guy Fawkes por ser éste uno de sus principales protagonistas, cuyo rostro inspiró la famosa máscara utilizada en la película 'V de Vendetta' y que emplea actualmente el grupo ciberactivista 'Anonymous'.
Dicha celebración --que también festejan algunas antiguas colonias británicas-- fue impuesta por la corona inglesa después de que fracasara la Conspiración de la Pólvora, a fin de celebrar la salvación del rey y mostrar la adhesión al monarca de sus súbditos. En aquellos orígenes, era costumbre quemar en las hogueras efigies de Guy Fawkes, un católico inglés que, según parece, en 1603 viajó a Valladolid para solicitar el apoyo de España a su complot.
Hijastro de un católico recusante --aquellos que violaban la ley que obligaba a todos los ingleses a adoptar los preceptos de la Iglesia de Inglaterra--, Fawkes se convirtió también al catolicismo y abandonó Gran Bretaña para alistase en los tercios españoles, dentro de los cuales combatió a los protestantes de los Países Bajos.
Tras convertirse en alférez y ser recomendado para un ascenso a capitán, el inglés viajó en el verano de 1603 a la península ibérica con la intención de lograr el apoyo de la monarquía de Felipe III para promover una rebelión católica en Inglaterra.
Visita a Valladolid
Por aquel entonces la corte se encontraba en Valladolid desde que el valido real, el duque de Lerma, promoviera su traslado desde Madrid en 1601, para regresar a la villa del Manzanares cinco años más tarde. Además, desde 1590 albergaba Valladolid el Colegio de San Albano para formar sacerdotes católicos ingleses. Durante este viaje, Fawkes decidió latinizar su nombre de pila, Guy, para convertirlo en Guido.
Aunque al parecer la corona trató con cortesía al visitante, la monarquía hispánica no mostró interés por colaborar en la conjura, ya que la política internacional del duque de Lerma era favorable a lograr la paz con los ingleses ante la situación de agotamiento que ambos estados presentaban tras 18 años de contienda. De hecho, dos años más tardes se firmaría el fin de las hostilidades en Londres.
Ante este fracaso, Guido Fawkes regresó a Inglaterra y se unió a otros conspiradores como Robert Catesby, Thomas Winter o John Wright. En total, una docena de conjurados planificó un atentado contra el rey en las casas del Parlamento, para lo que alquilaron una dependencia en los sótanos donde acumularon hasta 36 barriles de pólvora. Tras el asesinato del monarca, sus responsables pretendían secuestrar a sus herederos y asegurarse la tutela y ascenso al trono de un nuevo rey leal a la Iglesia de Roma.
La apertura del Parlamento, prevista para octubre, se hubo de retrasar hasta el 5 de noviembre debido a una epidemia de peste. Sin embargo, el día 4 Fawkes fue descubierto mientras ultimaba los preparativos para la explosión, por lo que fue detenido, torturado y ejecutado frente a Westmister, misma suerte que corrieron muchos de los conspiradores, si bien otros fueron asesinados sin juicio o murieron en prisión.
A consecuencia de este episodio, aún hoy la Guardia del Parlamento acostumbra a registrar todas las dependencias del palacio el día antes de que la reina acuda a inaugurar formalmente el curso parlamentario.