La historia audiovisual que mantiene viva la memoria de tesoros archivados

La historia audiovisual que mantiene viva la memoria de tesoros archivados David Arranz / ICAL

Cultura

La historia audiovisual que mantiene viva la memoria de tesoros archivados

La Filmoteca de Castilla y León trabaja en labores didácticas para dar a conocer las enseñanzas que ha transmitido el cine a lo largo de la historia

27 febrero, 2022 11:42

Alba Familiar / ICAL
Las imágenes y los vídeos han sido, a lo largo de la historia, fuente del fiel reflejo de la memoria colectiva. Elementos con un doble poder: el de transmitir legados de generación en generación, y de fascinar a través de técnicas que, durante siglos, han servido para recoger instantes fundamentales en la historia. Una manera de echar la vista al pasado, pero de, a su vez, concienciar al futuro de lo que no deben olvidar, e incorporar una visión más amplia a todos los recursos que hoy en día existen a golpe de clic.

La labor didáctica de enseñar lo que a lo largo de los años el cine ha transmitido para incorporarlo hoy en día es una de las misiones en torno a la que gira el trabajo de la Filmoteca de Castilla y León. En palabras de su directora, Maite Conesa, “es muy difícil hacer una separación entre el pasado y el futuro. Lo importante es traer aquí al foco actual, a la cultura actual, a la perplejidad o impresión que produce la imagen, pero sobre todo fascinación”.

Y fascinación es la esencia de este centro, ubicado en el edificio conventual de Casas Viejas, en Salamanca, donde, nada más entrar, artilugios evocan al pasado y a una manera de vivir la cultura audiovisual echando la vista atrás. Más de 10.000 visitantes y espectadores conocieron a lo largo de 2021 la labor de esta entidad, dependiente a la Dirección General de Políticas Culturales de la Consejería de Cultura y Turismo, y concebida como el archivo de fotografía, cine y vídeo de Castilla y León desde su creación en 1991.

La Filmoteca custodia así más de 37.000 registros de cine y video, y alrededor de cinco millones de imágenes fotográficas, en un archivo donde mirar hacia la historia viva de las ciudades de Castilla y León. Entre sus fondos fotográficos destacan autores como Venancio Gombau, cuyo apellido ha ilustrado casi un siglo de imágenes en la ciudad y la provincia de Salamanca y en su colección se encuentran 62 retratos de Miguel de Unamuno. Pedro Gutiérrez Somoza refleja la vida zamorana entre 1920 y 1950, y la memoria colectiva de León está recogida en las instantáneas de Francisco Lorenzo, dueño de La Gafa de Oro, un lugar indispensable para la fotografía en la ciudad del siglo XX.

Nombres como Manuel Fernández Gullón y sus desfiles procesionales de las cofradías de Zamora, los acontecimientos gráficos de la Guerra Civil en Salamanca de la mano de Ángel Laso o el World Press Photo de la década de los setenta, el abulense Antonio Mayoral, son solo algunas de las figuras históricas de la comunidad cuya memoria fotográfica guarda la Filmoteca. Imágenes cobijadas en este archivo junto a cintas pioneras de la animación de la década de los años 30 como las del director ruso Ladislav Starevich, ‘El león envejecido’ o ‘Fetiche’, o títulos del director salmantino Basilio Martín Patino, cuya colección ‘Artilugios para fascinar’ conforma la exposición permanente que acerca a los visitantes aparatos e imágenes anteriores a la aparición del cinematógrafo.

El archivo como foco de nuevas historias

La Filmoteca de Castilla y León lleva a cabo de esta manera una labor de recuperación, conservación y archivo de imágenes fijas y en movimiento que ponen a disposición de cualquier persona. Un trabajo multidisciplinar elaborado por un equipo de 8 personas que, en las mejores condiciones, puede ascender hasta 25 miembros. Pero, dentro de la función de estos archivos, la oferta es muy amplia y va más allá de la pura consulta. “Los usuarios presenciales son muy pocos”, reconoce Maite Conesa. “Antes cualquiera que necesitaba ver algo de cine tenía que pasar por aquí […] El día que sea abrían las reservas había colas y colas… Esto ya ha desaparecido desde hace aproximadamente 10 años, nadie quiere ver un archivo excepto si son personas muy especializadas. Toda la calidad que ofrece una consulta ‘in situ’ se ha acabado”.

Los principales usuarios del archivo en la actualidad son directores de cine como Gabriel Velázquez o Eduardo Margareto, quienes revisan los fondos para “poner otra vez en el foco público una cantidad de lecturas nuevas”, según indica Conesa. “Todos estos chicos tienen la necesidad de establecer esa conexión entre sitios como el nuestro y lo que ellos quieren que se vean desde esa perspectiva y desde el trabajo y de la creatividad en una pantalla de cine”, insiste.

“Hay una necesidad de volver a reinterpretar todas esas cosas. Hay cantidad de documentales porque además España es una fuente inagotable y muy potente de cine documental, y cada vez más”, refleja positivamente Maite Conesa, quien hace foco en la gran cantidad de temas presentes en la actualidad como las migraciones o los derechos humanos que están dando contenido a los creadores audiovisuales y desde donde los archivos pueden dar apoyo para el reflejo de estas historias.

Difusión didáctica de la cultura audiovisual

Más allá del propio archivo, desde la Filmoteca trabajan en difundir la cultura audiovisual entre jóvenes y niños, a través de talleres, formaciones e iniciativas que trasladen “las cosas de siempre que el cine nos ha estado trasmitiendo”, según afirma su directora. “Me resulta muy atractivo y muy llamativo que a niños que están acostumbradísimos a lenguaje audiovisual elaborado con móviles o tabletas las sombras chinas, los caleidoscopios, o proyecciones de linterna mágica que no dejan de ser proyecciones del siglo XIX les dejen con los ojos abiertos”. Una labor que la entidad trabaja para transmitir el conocimiento audiovisual entre los más jóvenes.

Y es este trabajo el que les ha llevado a potenciar nuevas iniciativas considerando que “la cultura audiovisual es un modo de expresión fundamental”. Entre sus próximos proyectos destaca ‘CineLab Salamanca’, una escuela de cine para jóvenes de entre 7 y 16 años, que implantarán en los próximos meses en colaboración con el Ayuntamiento de Salamanca, para dar la oportunidad a las nuevas generaciones de ir más allá de un taller y ser ellos mismos quienes graben sus propias imágenes. “Nuestro mundo es de herramientas para los jóvenes y los pequeños”, reconoce Conesa, inspirada por transmitir todos estos conocimientos y ayudar a que la cultura audiovisual continúe siendo una parte indispensable en el desarrollo de las personas.

En su labor educativa, la Filmoteca de Castilla y León también trabaja en la formación de futuros profesionales del mundo audiovisual, a través de programas de prácticas en sus instalaciones, o talleres con estudiantes. Esther Sánchez, profesora del ciclo de formación profesional de Iluminación, Captación y Tratamiento de la Imagen del CEIP Rodríguez Fabrés, afirma que este tipo de iniciativas “forman parte de integrarles en un hilo conductor que viene de muy lejos, y si no se montan aquí, no van a llegar a subirse nunca”. Así, reconoce que los jóvenes “pueden conceptualizar de manera pragmática cómo les ayuda de la imagen fija a la imagen en movimiento y cómo es ese resultado, que es muchas veces sorprendente”.

Consulta online

Después de más de treinta años de trabajo, la Filmoteca de Castilla y León continúa reinventándose en la manera de difundir el gran catálogo audiovisual que posee gracias a los propietarios que depositan en ella sus archivos. El avance tecnológico la sitúa en un punto de inflexión, en el que trabajan en la digitalización de estos archivos para dar al usuario la posibilidad de acceder a ellos de manera online.

El centro ha incorporado a su web el servicio de la Film Commission de Castilla y León, un proyecto encaminado a facilitar a profesionales del cine localizaciones para rodar en la comunidad. Una iniciativa más que forma parte de la Filmoteca para transmitir la cultura audiovisual desde un lugar repleto de historia, con el convencimiento de que el pasado esté presente en el futuro y la memoria no se pierda entre tesoros archivados.