De todas las personalidades que Vox podía elegir para liderar una de las tres carteras que se adjudicó en virtud del pacto de Gobierno con el PP en Castilla y León, la designación de Gonzalo Santonja como titular de Cultura, Turismo y Deporte fue una sorpresa mayúscula, máxime teniendo en cuenta su pasado político, en las antípodas de los de Abascal. Represaliado por el franquismo y exiliado durante algún tiempo en Roma, el escritor e intelectual bejarano nunca ha ocultado que fue procesado por el Tribunal de Orden Público, ni sus estrechos lazos por aquel entonces con el Partido Comunista, o su amistad incondicional con Rafael Alberti y José Bergamín.
Pero si lo que Vox buscaba era lucir al frente de la consejería a un intelectual, académico, literato e investigador de prestigio, Gonzalo Santonja cumple con todos los requisitos, y más. Siempre a la vanguardia de los movimientos culturales, el escritor salmantino ha entregado su vida a la literatura, alcanzando las cotas más altas de reconocimiento: en 1995 obtuvo el Premio Nacional de Ensayo y en 1997 el de Castilla y León de las Letras. Tiene a sus espaldas 36 años -o “seis sexenios”, como a él le gusta decir- de labor investigadora, en la Universidad Complutense de Madrid, donde es catedrático y doctor en filología hispánica. Además, es el impulsor desde 1991 y hasta hoy del prestigioso premio de poesía Gil de Biedma, y de su mano nació el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, del que en 2020 salió muy airado tras profundas discrepancias con la gente de Ciudadanos que dirigía la Consejería de Cultura. Ironías de la vida, hoy Gonzalo Santonja dirige la misma consejería.
El español y el toro han acaparado gran parte de su obra literaria, y cultiva grandes amistades con la flor y nata del toreo, pasado y actual; muchos señalan precisamente esa convencida defensa del mundo del toro como uno de los aspectos que habría decantado la elección de Vox. Una impronta que, por de pronto, ya quedará patente en la próxima edición de los Premios Castilla y León, en la que habrá una nueva modalidad dedicada a la tauromaquia.
Gonzalo Santonja está especialmente preocupado del potencial del inconmensurable patrimonio histórico que atesora Castilla y León. Una bendición que, no obstante, lleva su penitencia, por lo inabarcable de su conservación y el ingente esfuerzo que implica su puesta en valor.
Nacido en Béjar en 1952, no desaprovecha nunca la ocasión de referirse a su tierra, de la que hace gala en sus referencias de infancia y en el vestir, con trajes del buen paño fabricado por las textiles bejaranas de más solera y renombre. Tampoco de Segovia, donde tiene su residencia desde hace muchos años, ni de Burgos, donde desarrolló gran parte de su trayectoria al frente del Instituto de la Lengua, con grandes aportaciones al descubrimiento de los orígenes del castellano.
En sus años de juventud practicaba la espeleología, sin temor a la oscuridad que acecha en los laberintos horadados en la montaña, ni a la claustrofobia, pero hoy confiesa que solo pensarlo le produce pesadillas.
¿Cómo llega a la Consejería de Cultura Gonzalo Santonja, un intelectual que a día de hoy no tenía ninguna vinculación expresa con ningún partido político?
Es muy sencillo: sintiéndome muy honrado, he asumido un compromiso al que soy y seré leal. Yo tengo mi vida profesional hecha, no debo explicaciones a nadie, soy dueño de mis decisiones y las adopto, no por conveniencia, sino por sentido de la responsabilidad y también por patriotismo, así de claro.
¿Buscaba Vox a una persona con acreditada solvencia en el ámbito de la cultura para así profesionalizar la Consejería?
Hay tres cosas muy evidentes: que yo tengo mi vida hecha, que yo pierdo dinero donde estoy y, tercero, que soy una persona que tiene una vocación patriótica, a mí me interesa que este país vaya bien. Y no puedo hacerlo si hablamos de petróleo, de pesca o de industria, pero sí puedo hacerlo en el terreno de la cultura, conozco bien el patrimonio y las circunstancias de Castilla y León. Ahí están las razones.
Hasta la fecha la Consejería de Cultura no ha ocupado un espacio troncal dentro del Gobierno de la Junta. Sin embargo, la cultura tiene recursos suficientes en esta Comunidad para generar un gran volumen de negocio y de crecimiento, ¿no es así?
Yo entiendo que desde que entro en un cargo no debo hablar del pasado, yo he escrito mucho en periódicos y cuando yo era un señor que opinaba, podía opinar; pero ahora tengo que desarrollar una gestión y admitir las opiniones de los demás, y en esa función estoy. Ciertamente cuando yo llegué aquí me encontré cosas que pensaba que estaban hechas pero no era así, como el inventario de los monasterios y conventos de Castilla y León, que para mí ha sido muy sorprendente descubrir que no existía. Pongo otro ejemplo: he estado en Ambrona (Soria), un yacimiento que yo conocía de los años 80 y finales de los 90, cuando lo excavó mi hermano. No había vuelto desde entonces. En las Cortes se planteó, desde el lado socialista, la mala situación en la que está, y fui a verlo. No soy persona de despachos, me gusta ver las cosas en directo. Y francamente está en una situación vergonzosa, no tiene agua y no tiene luz. Por ejemplo, en la sala de trabajo de los arqueólogos, adjunta a la sala de exposiciones, entré con esta libreta y no es posible leer y tomar notas sin encender la linternilla que siempre llevo a mano. A partir de ahí hay que dejar las cosas claras: que ese museo es del Estado, no de la Junta de Castilla y León, que lo que tiene es la gestión. Y esto conviene tenerlo en cuenta. De manera que desde la cordialidad se van a hacer las gestiones oportunas desde Patrimonio, y si hay que colaborar en la financiación de esas obras estamos dispuestos a que la Consejería de Cultura colabore. Pero Ambrona, que es un yacimiento de primer nivel, no puede seguir así. Es una excavación que fue pionera y no tiene ni luz ni agua. Desde el 2008 ni se le han pedido cuentas al Ministerio ni el Ministerio las ha dado cuando se le pidieron. Estoy hablando de 2008, no de ahora. La mayoría de los convenios han caducado en los distintos museos de los que tenemos la gestión.
El patrimonio de Castilla y León es inmenso y en muchos casos mal conservado. ¿Qué medidas piensa adoptar?
El patrimonio de Castilla y León supera las posibilidades de cualquier presupuesto, pero tenemos al director general de Patrimonio. La Consejería es muy solvente, y todas las personas que la forman tienen un bagaje importante, aquí nadie está nombrado por presiones políticas o por ser amigo mío. Juan Carlos Prieto Vielba es el señor que cogió una asociación de amigos en Aguilar de Campoo y la convirtió en lo que ahora se ha convertido. Y Juan Carlos y nosotros lo tenemos muy claro: hay que buscar un modelo de gestión nuevo. No se pueden restaurar edificios que cinco años después se encuentran en la misma situación. Por ejemplo, el Palacio del Bosque de mi ciudad, de Béjar, donde se han invertido cantidades altas, y cuyo mantenimiento anual es muy alto. Hay que encontrarle alguna rentabilidad, porque no se puede estar arreglándolo cada cinco años.
¿Y cuál es la solución?
Gestión y gestión. Hay que establecer una asociación de asociaciones locales; por ejemplo en Siega Verde lo tenemos muy claro, con todos los ayuntamientos, e ir a un modelo de gestión compartida público-privado. Pero antes de invertir en un sitio hay que tener un plan de viabilidad y de futuro.
¿Puede operar el patrimonio como motor económico de la España Vaciada para frenar la despoblación?
Es algo que funciona. Cuando nosotros llegamos aquí había una exposición muy buena en Alba de Tormes: ‘Santa Teresa, mujer doctora y santa’, que estaba dejada de la mano de Dios, porque la Junta se supone que había prometido unos apoyos pero nada más que eso. Palabras, palabras y palabras. Nosotros nos hemos incorporado a esa exposición memorable y la presentamos, junto con la de Aliste y la de Palencia en el Museo Reina Sofía. Es algo histórico que tres exposiciones de arte religioso tradicional se presentan en el templo mayor de la modernidad, algo que no se había hecho jamás. Y el viernes pasado, cuando presentamos la campaña de turismo, volvimos con la exposición Renacer y la de Santa Teresa, y ahí están los resultados. En Palencia van ya por más de 60.000 visitantes, y en Alba de Tormes, más de 50.000. Están superando el número máximo diario de previsión de visitas. Y esa gente que las visita come, duerme, sube y baja en la localidad. Es evidente que el patrimonio bien gestionado genera una serie de recursos, de la misma manera que los libros son muy importantes, pero hay que venderlos, no dejarlos en los almacenes. Hay que revisar la gestión.
Turistas que acuden de todas partes de Castilla y León y, fundamentalmente, de Madrid...
Los datos que tenemos son tremendos, el 40% de las visitas viene de Madrid. Aunque no podemos desatender otros puntos -me niego a decir mercados- evidentemente, como dice Antonio Machado, “Madrid, rompeolas de todas las Españas”. Y lo tenemos aquí al lado. Nosotros siempre hemos sido la tradición, pero ahora somos también la modernidad, porque toda esa tradición está junto a Madrid, y ahora tenemos medios de transporte…
¿Hay respaldo suficiente, con Renfe, por ejemplo, para dar cobertura a ese flujo creciente de turistas?
Las cosas siempre se pueden hacer mejor, yo no me instalo en la autosatisfacción, pero se están haciendo muchas cosas. Esta semana se aprobó nuestro plan territorial de turismo en la Conferencia Sectorial de Turismo en el Ministerio. Se aprobaron 51,6 millones en 14 planes. Y de ellos hay 5,3 para nuestra plataforma digital de cohesión inteligente de destinos urbanos, una plataforma absolutamente pionera.
¿Cuáles son las bazas más atractivas para ‘vender’ Castilla y León fuera de Castilla y León?
Tenemos nueve rutas del vino, ahora diez con la de Prieto Picudo; ocho bienes declarados Patrimonio de la Humanidad; tres yacimientos arqueológicos. Es que todo el mundo tiene que saber que si quiere conocer la cara del primer hombre europeo tiene que ir a Atapuerca. Y eso hay que decírselo a la gente, hay que hacer un esfuerzo de difusión. Siega Verde es el yacimiento de arte paleolítico al aire libre más grande de Europa. Hasta Siega Verde se pensaba que el arte paleolítico era el arte de cavernas. Y resulta que no, y que ha cambiado la historia del paleolítico. Y las Médulas es la mina de oro más grande del Imperio, donde hay una red de canales impresionante que vamos a declarar BIC. Tres ciudades enteras Patrimonio de la Humanidad: Ávila, Salamanca y Segovia. Un conjunto catedralicio, el de Burgos, y el Camino de Santiago, que son unos centenares de kilómetros. Si comparamos, la Toscana tiene seis elementos patrimoniales, Andalucía tiene siete. No es cualquier cosa, pero estoy seguro de que vas a hablar con un señor de Jaén, de Albacete, de Murcia y no lo saben. Y por eso hay que hacer un esfuerzo complementario. Y que esa persona cuando venga tenga un lugar para comer, para dormir confortablemente. En Atapuerca eso ya existe, y en los pueblos de alrededor no hay ni casas abandonadas ni pueblos vacíos.
El español es uno de los recursos pujantes de la educación y la cultura de Castilla y León. Usted es un gran estudioso de los orígenes del castellano y como director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua puso el valor que el Cartulario de Cardeña, los Becerros Gótico y Galicano de Valpuesta y la conocida como ‘Nodicia de Kesos’ son en este momento los documentos más antiguos del castellano naciente. ¿Cómo puede explotar la Junta esta oportunidad?
Hubo un conato de discusión en el que se me intentó implicar para que todo el dinero que se dedica al español vaya a Salamanca. Pero eso se da de bruces con la realidad de que el español es un patrimonio común. Nadie discute la capitalidad mundial de Salamanca para la enseñanza del español, y que la tenemos que potenciar. Peor en Burgos está Valpuesta, que es el primer obispado de Castilla Vétula, y están Cardeña y Covarrubias. Cuando entran los moros en los siglos VI y VII, la gente que se refugia en el norte charla romance, pero bastante hace con sobrevivir. Y cuando empiezan a respirar, la iglesia crea las primeras instituciones sólidas, y los curas lo apuntan todo. Porque si tú eres conde y tienes una finca no le tienes que dar cuentas a nadie, pero un señor, que es el abad, el cillero, de un monasterio, le va a pedir cuentas el párroco, o el abad, al abad el canónigo o el obispo, y todo lo van anotando. Así es como queda constancia del escrito de un reparto de quesos, el conocido como ‘Nodicia de kesos’, el primero en castellano que conservamos: “Nodicia de / kesos que / espisit frater / Semeno: jn Labore …”. ¿Y dónde van a estar esos documentos? Pues no pueden estar en La Rioja, porque en ese momento está todavía en poder de los moros, tienen que estar donde están los obispados más viejos de la Castilla Vétula. Por tanto, si Burgos tiene ese tesoro, habrá que desarrollarlo, con un Instituto de la Lengua centrado en los orígenes del español. La ventaja que tenemos es Valpuesta, ahí está la colegiata, que tiene el último retablo de Bigarni que es excepcional, y los eremitorios, y las torres medievales, y la naturaleza extraordinaria, y desde ahí te puedes ir andando a Omnia y luego bajar a Cardeña. El español es un patrimonio común, está muy bien Salamanca como capital de la enseñanza del español y Burgos como centro de los orígenes. Con las posibilidades que tiene esto, porque también son los orígenes del hombre europeo. Burgos, tierra de orígenes. Y no le perjudica nada a Salamanca, sino al contrario.
¿Qué proyecto hay para Siega Verde?
Se va a seguir el modelo de Las Médulas, es decir, una fundación con los ayuntamientos propietarios de Siega Verde, Ciudad Rodrigo y Fuentes de Oñoro, la Diputación de Salamanca y queremos que entre la Universidad. El modelo siempre es Atapuerca y Las Médulas, destino turístico internacional y centro de investigación. Y hemos metido un plan de promoción turística. Si vas a Atapuerca, y te ponen delante de un panel, no se ve nada, pero tiene unos guías muy buenos que te lo explican con emoción, y la gente sale de allí emocionada. Explicar un cuadro de El Prado es muy fácil, pero explicar un yacimiento arqueológico no lo es tanto. Y eso lo hacen muy bien en Atapuerca, por lo que habrá que llevar a esos guías para que se formen con ellos, y aplicar los modelos que funcionan. Y acabar con las ocurrencias.
Otro de los grandes proyectos que durante décadas ha abanderado Castilla y León son Las Edades del Hombre, un modelo que ya parecía agotado pero al que ahora quieren dar un giro. ¿Nos puede explicar cómo?
Las Edades del Hombre son nuestro patrimonio, pero no se puede hacer continuamente lo mismo. Hay que repensarlo y en eso estamos la Consejería y La Fundación Las Edades. Cuando Las Edades se fueron a Plasencia yo censuré mucho que no fuesen a Plasencia y Béjar, o a Plasencia y El Barco de Ávila, porque, ¿qué es eso del barroco extremeño o el barroco castellano? Es el barroco español con manifestaciones en Extremadura, en Salamanca, en Valladolid, en Cuenca, en Tomelloso. Lo que hay que hacer es establecer puentes. Con el Camino de Santiago entraban las ideas europeas, pero también salía a Europa el arte español, y es que los caminos no son solo de entrar, también de salir. Bien es verdad que una vez que se ha celebrado en todas las catedrales, en las ciudades más grandes es más difícil llevar a la gente a Sahagún o a Carrión de las Condes que a Burgos. Por eso hay que tener unas expectativas reales, y no comparar una cosa con otra. ¿Por qué no podemos hacer unas Edades del Hombre entre una capital gallega y Villafranca del Bierzo? ¿O entre una capital portuguesa y Benavente, por ejemplo? Sería muy fructífero. Y además es una idea que acaba con algo que a mí nunca me ha gustado, que es la de las autonomías como compartimentos estancos. Las autonomías son divisiones administrativas, pero no demos un paso más allá.
¿Hay novedades sobre la esperada Fundación Miguel Delibes para Valladolid?
El asunto lleva doce años sin resolver. Le prometían una sede, pero no se concretaba nunca. Me he encontrado muchos problemas con los que no contaba, pero en esta legislatura tendrá su sede, porque depende de nosotros y de los hijos de Miguel Delibes, y por eso tengo la seguridad de que esto saldrá adelante.
De todos es conocida su pasión y conocimiento de la tauromaquia, y además es usted un enamorado de la fiesta. ¿Pretende convertir a Castilla y León en referencia del renacer del mundo toro en España?
Muchas veces se frivoliza en estas cuestiones. Mi padre era médico, y ayudaba al cirujano de la plaza de toros de Béjar. Una de las primeras veces que me llevó a la plaza, me sentó detrás de él en la barrera, y cuando empezó aquello me dijo: “Tú mira y en casa me preguntas”. Fue la primera vez, como niño, que alguien me dijo que yo me formase mi idea y que luego habláramos de ella. Y es algo que yo tengo muy en cuenta en el mundo del toro, porque van muchos chavalines jóvenes y me gusta mucho que se les deja formarse su opinión, no se les dice cómo tienen que verlo. Yo estaba muy pendiente de mi padre -un niño con nueve o diez años- y él había veces que estaba feliz y contento, y otras que lo pasaba mal. Porque mi padre veía el peligro, era médico y por aquel entonces ni había enfermerías ni había nada. Y eso me pasa a mí al ver los toros. A mí es muy difícil verme en los toros comiéndome un bocadillo, o bebiéndome un vino. Por ejemplo, cuando el último sábado de agosto Manuel Diosleguarde me brindó el toro, que casi lo mata, yo lo recibí con mucha tensión, porque era consciente del peligro. Y ya cuando le coge el toro y me vino el mozo de espadas a decirme “Manuel se puede morir” lo pasé muy mal. Con esto quiero decir que los toros hay muchas maneras de verlos, y yo los veo de esta manera. Me gusta mucho el toro como animal y estoy muy pendiente del toro, y admiro mucho el valor, que para mí es una virtud. Pero lo veo desde esa complejidad y desde ese respeto a lo que significa el toro y lo que significa el toreo.
¿Qué le diría a quienes están en contra de las corridas del toro, porque consideran que es una fiesta muy bárbara donde se maltrata al animal? Hay mucha gente, especialmente gente joven, en contra.
Hay muchas cosas que yo desconozco, y por desconocerlas no las condeno. Decía Antonio Machado “desprecias cuando ignoras”. Hay muchas cosas de las que no tengo opinión, pero no pido que se prohíban ni me pongo a ellas. Antes de oponerme a una cosa, primero la conocería. Entonces, cualquier actitud de condena tiene que estar basada en el conocimiento, desde la ignorancia no se debe opinar. Esa es mi opinión.
¿Es el universo del toro es más que la plaza de toros, es la dehesa, el ecosistema que rodea la vida del animal en el campo?
Uno de los peores momentos que he vivido fue cuando un amigo ganadero tuvo que reducir la camada debido al Covid, porque no se hacían corridas de toros, y tuvo que enviar al matadero una junta de vacas. Y yo me fui a las 5 de la mañana a su finca. Para empezar, los vaqueros y el mayoral dijeron que preferían no embarcar las vacas, porque ellos no criaban toros bravos para el matadero, y lo hicieron personas que no tenían ese manejo, por lo que ya aquello ya fue violentísimo. Porque como se lleva el ganado bravo al camión para ir a la plaza es una cosa de mucha tranquilidad, de mucho sosiego y mucha calma. Eran vacas atanasias, que son muy independientes y cada una está a cuarenta metros de la otra. Unos kilómetros antes de llegar al matadero empezaron todos aquellos animales a mugir, y cuando las bajaron en el patio, se pusieron todas juntas en el centro apoyadas unas en las otras. Estaban ya literalmente muertas. Estarían horas y horas esperando el momento de ser sacrificadas. Yo no he visto nada con esa dureza nunca. No tiene nada que ver lo que sucede en las plazas de toros con lo que sucede en los mataderos.
Sin duda es dramática la situación que han atravesado muchas ganaderías debido a la situación sobrevenida con la pandemia. ¿Cómo han conseguido sobrevivir?
Han sobrevivido porque los ganaderos son gente que quiere a los animales. Ellos han vivido mucha incertidumbre y han puesto su patrimonio en peligro. La masa de alcornoques, de quejigos y de robles que hay en Salamanca es la mayor de Europa, y eso, ¿quién lo sostiene? El mundo del toro. ¿O es que piensan los supuestos animalistas que si eso se extinguiese esas dehesas iban a seguir como están? Pue serían campos de golf, urbanizaciones, o campos de cultivo. Lo que sostiene el toro es impresionante. Recientemente hemos aprobado la subvención para renovar la plaza de toros de Villafranca de la Sierra, y dentro de poco para la de Béjar. Villafranca tiene menos de 200 habitantes, pero en verano llegan a 3.000, y en los pueblos de los alrededores ocurre lo mismo. Pues no tienen un sitio donde hacer un festival. Aquí se ha perdido el sentido de todo. Antes los toros se hacían en las plazas mayores, donde también se celebraban las ferias y cualquier tipo de acontecimiento. En un sitio como Villafranca o como Béjar no tiene sentido hacer un palacio de congresos, porque además las cosas se hacen en verano, y esa función la cumplen las plazas de toros, que históricamente han sido siempre un lugar de encuentro. Evidentemente, se van a hacer allí toros, pero también otras muchas cosas.
Recientemente se ha constituido la comisión para la simplificación administrativa y reducción de trabas burocráticas que se ha estrenado con medidas para las agencias de viajes a través de la Consejería de Cultura.
Eso es básico, hay que simplificar toda esa cantidad de trabas y de controles que se han creado, que hacen la vida imposible a cualquiera. Esa comisión es muy necesaria, el gobierno de coalición PP-Vox está haciendo cosas muy necesarias, y esta es una de ellas. Al ciudadano no se le puede complicar la relación con la administración, hay que simplificársela, y esto no es lo que sucede ahora.
La gran polémica con la que se estrenó su mandato fue cuestionar la utilidad del Festival Internacional de las Artes y de la Cultura de Castilla y León, el Facyl, que se celebra en Salamanca y en el que hasta la fecha se han gastado 20,8 millones de euros, lo que hace una media de 60 euros por asistente.
-60 euros por asistente en los últimos años, antes la media era más alta. Y más que por asistente, es por señor que pasa por la plaza. Porque es abierto y nadie paga entrada. Pero la pregunta es: ¿qué ha dejado en Salamanca el Facyl? A nosotros no nos parece mal un festival de arte contemporáneo, lo que decimos es que hay que replantearlo. Atapuerca ha costado mucho dinero, pero mira lo que ha dejado y lo que es Atapuerca. Con el Festival de Teatro de Ciudad Rodrigo, verás una ciudad volcada con los niños, con los jóvenes, formados en una tradición teatral. No es una decisión contra el Facyl, porque con las Edades del Hombre hemos hecho lo mismo, y están encantados. Aparte de que el Facyl este año ya no se podía hacer. Salió la convocatoria de director antes de que llegáramos nosotros y quedó desierta. En la situación actual, ¿cómo es posible que nadie haya optado a esta plaza? Porque resuelven la convocatoria en junio para organizar un festival que se va a celebrar en octubre. En el mundo de la cultura todos vivimos del prestigio, y nadie se va a meter ahí para estrellarse, porque le va a costar muy caro. Todo hay que replanteárselo cuando ves que tiene un bajón o que sencillamente no ha dejado nada, y tendrá que ser con tranquilidad.
El deporte es otra competencia de su Consejería, pero hasta la fecha la que menos ha salido a la palestra. ¿En qué se está trabajado?
El director general, Enrique Sánchez-Guijo es un crack, tiene muy claras las necesidades del mundo del deporte. Por ejemplo, estaba muy preocupado porque las atletas embarazadas se les mantiene la beca, pero que un año o dos años después la pierden. Hablamos durante un par de semanas con deportistas que han sido madres, y te cuentan que una vez que dan a luz no pueden entrenar, porque los niños dan mucho trabajo y no pueden compatibilizar y pierden la beca. Así pues, decidimos poner un cuidador durante las tres horas del entrenamiento, que no supone mucho dinero pero ayuda mucho. Me han llamado chicas de Andalucía que están pensando en venirse. Entonces no es solo cuestión de dinero, sino de ideas. Por otro lado, la Vuelta Ciclista a Castilla y León. Este año, haya dos o tres etapas, el comienzo o final de las salidas queremos que sean Atapuerca, Siega Verde, Las Médulas. Es distinto. Uniremos el deporte y el patrimonio.
¿Está satisfecho con la asignación económica que tiene la Consejería para 2023?
-No, no puedo estar satisfecho, porque miras el presupuesto y el patrimonio que tenemos y te das cuenta de que no, pero hay que ser realista.