Castilla y León presume de un sistema educativo con alumnos que obtienen los mejores resultados de España en Matemáticas, Lectura y Ciencia y entre los más destacados a nivel mundial, tal y como destacó la última evaluación internacional de PISA. Una realidad que está vinculada al alto nivel de estudiantes repetidores, ya que la Comunidad tiene la tasa más alta de alumnos repetidores en Bachillerato y la tercera más elevada en Primaria mientras en que en el caso de Secundaria está en la media nacional.
Las estadísticas del Ministerio de Educación y Formación Profesional sobre el último curso disponible, 2022-2023, recogidas por la Agencia Ical, destacan que Castilla y León está a la cabeza en el número de repetidores en Bachillerato. Se situó en el 9,5 por ciento, frente al 5,9 por ciento de España. Además, la Comunidad está muy por delante de otras comunidades, puesto que el segundo territorio con el porcentaje más alto es Baleares, a 2,4 puntos, con un 7,7 por ciento. Les siguen Murcia (6,8) y Andalucía (6,6 por ciento). Y eso que la tasa autonómica ha bajado más de dos puntos con respecto al curso 2021-2022, cuando estaba en el 11,6 por ciento.
La bajada del porcentaje de repetidores en Bachillerato ha sido constante en los últimos, ya que en los cursos anteriores a la pandemia rondaba el 14 por ciento e incluso llegó a alcanzar el 16,8 por ciento en 2007 y el 15,9 en 2008. Mención aparte es el curso 2020-2021 del COVID, que estuvo marcado por soluciones “improvisadas” tras el cierre de los centros educativos, lo que obligó a que los profesores impartieran clases ‘on line’ o prepararan material para que los alumnos trabajasen en sus casas. Por lo tanto, la exigencia académica cayó de forma notable.
En el caso de Primaria, la tasa de alumnado repetidor fue del 2,2 por ciento el curso pasado, un punto menos que el año anterior, y supone el doble que en el conjunto de España (1,1 por ciento). Un porcentaje que sitúa a los estudiantes de la Comunidad con el tercer porcentaje más alto del país, solo por detrás de Castilla-La Mancha (2,8 por ciento) y Murcia (2,5 por ciento). Por el contrario, las cifras más bajas están en Cataluña (0,4 por ciento), Asturias (0,6 por ciento) y Baleares y Galicia (0,7 por ciento, en cada caso).
La tasa de alumnado repetidor en Primaria ha bajado a lo largo de los años, motivado, por las medidas de refuerzo personalizado pero principalmente, por las nuevas reglas de la nueva ley educativa. No en vano, la LomLOE recoge que el alumnado solo podrá repetir una vez durante cada etapa y deja claro que debe ser de “manera excepcional”. Además, los estudiantes de Secundaria y Bachillerato con hasta dos asignaturas suspensas podrán promocionar de curso. A nivel nacional, el porcentaje ha pasado del 2,8 por ciento en los cursos 2007 y 2008 y del tres por ciento en el 2015-2016 a solo 1,1 por ciento. Es decir, casi tres veces menos.
En el caso de Castilla y León, también es aún más destacable puesto que en el curso 2007-2008, el porcentaje de repetidores en Primaria se situaba en el cinco por ciento o el 4,6 por ciento un año después mientras que se alcanzó el 4,3 por ciento en 2012 y 2015. El curso marcado por la pandemia del COVID es, hasta la fecha en la serie histórica, el que ha tenido la tasa más baja, con el 2,1 por ciento.
En cuanto al momento de la repetición, el mayor porcentaje se produce en el último curso de la etapa (sexto), justo antes de titular, hasta una tasa del 3,7 por ciento. A la vista de las estadísticas de los datos, los cursos pares son los más exigentes y queda demostrado en la tasa de alumnado repetidor, ya que en segundo es del 3,2 por ciento y en cuarto, del 3,1 por ciento. Todos ellos, por encima de la media autonómica del 2,2 por ciento.
También hay diferencias por el tipo de centro, ya que la tasa de repetidores en la escuela pública fue del 2,5 por ciento en Primaria en el curso pasado frente al 1,7 por ciento en la concertada. Es decir, son ocho décimas menos.
En Educación Secundaria Obligatoria (ESO), que es la que evalúa PISA al someterse a las pruebas los alumnos de 15 años que están a punto de acabar esta etapa, la tasa de repetidores en Castilla y León fue en el curso 2022-2023 del 6,9 por ciento, solo una décima por debajo de la de España. En este apartado, la Comunidad se sitúa en el octavo puesto con el porcentaje más alto. Una clasificación que lideran Castilla-La Mancha y Murcia (9,3 por ciento, en cada caso), seguidas de Andalucía (9,2 por ciento) y Valencia (9,1 por ciento).
Aquí, también, ha habido una gran disminución, ya que ese porcentaje entre los alumnos de la Comunidad se situó en el 15,3 por ciento el curso 2007-2008 y diez años antes era del 11,5 por ciento. Además, sorprende el año de la pandemia, cuando se desplomó hasta el 4,3 por ciento.
Fuentes de la Consejería de Educación destacaron a Ical que los claustros de profesores son los que deciden si un alumno debe repetir. “Los docentes buscan siempre lo mejor para el alumnado. De nada sirve pasar de curso, si no ha adquirido bien los conocimientos”, precisaron. Además, reiteraron que la educación de calidad es una “prioridad” para la Junta de Castilla y León, algo que se queda patente en los primeros puestos de los informes internacionales.
En cuanto a la reducción de la tasa de repetición en Bachillerato que, por ejemplo, ha pasado del 14,2 por ciento en 2018 al 5,6 por ciento en 2022, la Junta lo relacionó con los refuerzos que se han puesto en marcha. “No por correr más se llega más lejos. Estamos en el camino de la excelencia y eso es lo que queremos para nuestros alumnos, para ellos y su futuro”, añadió.
El Informe del Coste Económico del Fracaso Escolar, elaborado por dide.org, una compañía internacional de tecnología educativa, recoge que la repetición de cursos en Primaria, ESO y Bachillerato ascendió en España a 1.410 millones de euros. Según sus datos, correspondientes a 2022, un total de 49.064 alumnos de Educación Primaria, 125.265 de Secundaria y 38.642 de Bachillerato repitieron de curso. A estas cifras, añade las correspondientes al fracaso escolar en ESO (180.693 alumnos que salen del ciclo sin el título) y al abandono temprano en Bachillerato (64.018 alumnos) y en grado, grado medio y grado superior de FP (201.830 alumnos).
La CEO de Dide.org, Elena Betés, aseguró que el sobrecoste económico es sólo la “punta del iceberg”, tras considerar que el fracaso escolar es un “fracaso” como sociedad y tiene impactos familiares “muy relevantes”. “En un mundo en el que aprender a aprender es clave para ser capaces de adaptarse a las máquinas inteligentes, no podemos permitirnos perder casi medio millón de jóvenes sin formación relevante para su vida profesional”, apuntó. Además, recordó que existen opciones de identificar los problemas de manera precoz y ayudar a los docentes, que son la clave en el sistema educativo, con herramientas y reconociendo su trabajo y función como el pilar clave del desarrollo del país.