La Asociación de Ayuda a la Dependencia y Enfermedades Raras- integrada por 300 familias- y las AMPAS de los Centros de Educación Especial de Castilla y León se ha pronunciado este jueves para pedir que los centros de educación especial continúen como se conocen hasta el momento dado que son los "únicos que cubren todas las necesidades" que sus hijos tienen.
Haciendo memoria, en 2019 ya hicieron una manifestación por la defensa de los colegios de educación especial y es que, recientemente, el Comité de Naciones Unidas enviaba un informe alertando de que "ciertas comunidades autónomas continúan adoptando leyes que perpetúan la Educación Especial segregadora". Cabe recordar que la LOMLOE ya marcaba que estos se irían convirtiendo en centros asistenciales, "eliminando el carácter educativo" y que estos centros servirán, simplemente, "de referencia y apoyo". Por este motivo, han querido hacer un llamamiento a la sociedad para que sean conscientes de lo que sucederá con estos jóvenes.
Son muchos las familias que verán cómo sus hijos no podrán seguir en los centros de educación especial en 2030 y algunos ya empiezan a padecerlo actualmente. "Lo que pretende el comité es cambiar la visibilidad de la sociedad, esa inclusión", añade. Y no solo eso, sino que critican que el Gobierno esté trabajando "de forma silenciosa" para evitar crear alarma social.
Añaden que en ese informe aparecen palabras como "abolir, erradicar, prohibir" y que la discapacidad es "una limitación, no es algo dulce, lo vemos en nuestro día a día". Por ello, piden que los centros educativos se mantengan como se conocen hasta el momento ya que, para ellos, la escolarización "es un terror" y no quieren "ponerse en manos de personas que no saben cómo es criar a un hijo con discapacidad".
En este sentido, los alumnos pasarán progresivamente a los centros ordinarios y estos "no cubren todas las necesidades que nuestros hijos tienen". Y es que los padres y madres recuerdan que en los centros especiales tienen "pedagogía terapéutica, fisioterapeutas y que es importante unir la educación con la sanidad".
"Es mi derecho atender a mi hijo y considerar en qué centro cumple sus necesidades, sin modificaciones. La transformación que se va a hacer de aquí a 2030 no sabemos cómo será. Dudamos de que todos se doten de recursos y es importante que las familias sepan en qué línea se está trabajando porque desconocemos cuáles serán los criterios de los centros asistenciales y si cumplirán las necesidades que nuestros hijos tienen", afirmaba una de las portavoces.
Otro de los asuntos que más le preocupan en este cambio es la inclusión de los pequeños y es que en los centros de educación especial "el acoso es inexistente". Sin embargo, en centros ordinarios "suelen ser objeto de burlas" y llegan a los centros especiales en edad adulta "destrozados". Aclaran que se necesitan aulas con 5 o 6 alumnos para que "puedan garantizar el bienestar del aprendizaje de nuestros hijos y fomentar su autonomía personal", a la par que matizó que también en estos espacios hay contenidos curriculares como matemáticas, lengua o conocimiento del medio.
Por último, matizaron que, actualmente, el alumnado con necesidades especiales tiene cubierta su educación hasta los 21 años algo que cambiará drásticamente si los centros de educación especial desaparecen o se merman sus funciones, lo cual podría derivar en que a los 16 años ese alumnado quedase “fuera del sistema educativo”.