Este viernes empieza el colegio. Las aulas se vuelven a llenar de color, sonido, historias de verano y, sobre todo, de mucha ilusión y primeras veces. Los alumnos llegan con el material recién comprado, con las ganas de estrenarlo todo y con las pilas más que cargadas, igual que los profesores, que ya llevan unos días preparándose para la famosa 'vuelta al cole'.
Los hay que tienen la fortuna de tener su colegio de siempre con los mismos compañeros y alumnos. Pero también están los que empiezan ese año después de haber conseguido su ansiada plaza. Un momento para celebrar porque, por fin, tienen un destino fijo. Es el caso de María Bote Rodríguez, quien a sus 36 años puede presumir de ser funcionaria tras unos años dando vueltas por la Comunidad.
Comenzó a opositar en 2016, pero no fue hasta el 2018 cuando le llamaron y pudo entrar en la rueda. Desde entonces ha estado moviéndose por muchas hasta que ha llegado su premio para este curso escolar 2024-2025 que nunca olvidará.
"Estoy encantada, muy contenta", asegura la protagonista en declaraciones a EL ESPAÑOL- Noticias de Castilla y León. Y es que lo que más valora es la "estabilidad" que va a tener. Desde el 2018 al 2020 ha pasado por Zamora, Soria y León. Y desde el 2020 se centró sólo en Valladolid ya que fue madre y era más complejo conciliar. Una época en la que ha pasado por distintos pueblos como Mayorga, Tordesillas o Íscar, entre otros.
Ahora, por fin, puede gritar a los cuatro vientos que ha logrado su sueño y que la plaza en el colegio de Medina de Rioseco es suya: "Ya había estado cubriendo una sustitución y sé que es un colegio muy bueno donde se trabaja muy bien. Fue una de mis primeras opciones".
Un año que no ha sido nada fácil ya que ha pasado por cuatro centros educativos y, mientras trabajaba a jornada completa, ha estado preparándose las oposiciones. "Nunca sabes si va a ser el año. En el 2019 y 2022 creía que sí y no pudo ser. Las oposiciones son muy subjetivas, les tiene que gustar lo que has preparado y cada profesor es un mundo", afirma.
Asegura que cada año que se ha presentado llevaba "más o menos el mismo trabajo", pero que depende de si "la suerte te acompaña". Y a Bote, está claro que este año le ha acompañado. Se suele decir que de los errores se aprende porque en 2022 al tribunal "no le gustó" lo que llevó y, en esta ocasión, siendo "el año que más en contra tenía todo", ha sido cuando lo ha logrado.
Lo importante es lograrlo. Una tarea nada sencilla ya que como relata María Bote "cada vez hay más gente, opositores, y menos plazas porque hay menos niños y no sacan los recursos necesarios". Sin embargo, cree que el truco está en no perder nunca la esperanza: "Mis compañeras me decían que no todo llega a la primera o segunda, en mi caso ha sido a la cuarta. La clave es seguir intentándolo".
Un día para volver a ser una niña más, llena de ilusiones y sueños y disfrutando del que para ella es "el trabajo más bonito del mundo".