Hay resultados que reflejan fielmente lo que es un partido. Y otros, como el que este miércoles se ha vivido en el Estadio José Zorrilla, que distorsionan la imagen de un encuentro y no hacen justicia a lo vivido. En esta jornada 33, en el duelo entre Real Valladolid y Levante, saldado en tablas, ese 0-0 duele porque los de casa hicieron méritos más que de sobra como para llegar al final con una ventaja cómoda y atras tres puntos en lugar de uno.
Los locales quisieron manejar los tempos del partido ante un conjunto granota que a través de transiciones rápidas buscaron generar peligro. La mucha calidad de los visitantes se vio frenada por el buen hacer del Pucela, que buscaba mantener el balón, presionar, y hacer daño, con especial incidencia en las bandas donde las duplas Antoñito-Hervías y Nacho-Waldo profundizaban.
No obstante, también se vivieron en esta primera parte minutos de imprecisión por parte de ambos equipos, que no lograron llegar con claridad a la portería rival en los 45 minutos. La más clara de este periodo llegó a las puertas del tiempo de descuento en una jugada de Waldo, que desde el lateral del área sacó un centro raso hacia la media luna para la llegada de Alcaraz, cuyo disparo se marchó por muy poco.
El gol, esquivoNada tuvo que ver la segunda con la primera mitad. Tras el descanso se vivieron los mejores minutos del Real Valladolid en el regreso de competición, un equipo vertical, desbordante, incisivo, seguro, y que una y otra y otra y otra vez llegaba al área rival con peligro. ¿Qué faltó para que fuese redondo? El gol, que inexplicablemente no llegó.
Detallar todas las oportunidades de las que gozó el Pucela haría que estas líneas se prolongasen hasta la extenuación ya que fue un goteo constante que se incrementó según avanzaba el cronómetro hasta llegar al clímax, en el minuto 96, que esta vez cayó cruz.
Pero en un partido en el que el gol no quiso llegar es relevante todo el trabajo que hubo detrás. Sí, el gol lo eclipsa todo, pero en esta ocasión el medio aportó tanta belleza como el fin. Los blanquivioletas hilaban jugadas hasta llenarlas de arte, y entonces solo un remate fallido hacía el borrón. Pero el equipo de Sergio González continuó su baile e iba contando opciones claras.
El partido crecía en tensión según se enfilaba el final. Masip apareció dos veces, con grandes paradas, para mantener a los suyos; en el otro lado Aitor Fernández, guardameta del Levante, fue el único de detener con sendas intervenciones brillantes el triunfo del Pucela. Escoció la primera, con la pierna en un disparo de Ünal dentro del área; y se clavó la segunda, en el último suspiro del partido, después de un penalti que primero no se pitó por fuera de juego pero que tras la revisión del VAR se señaló hacia los once metros. Mismos protagonistas, mismo resultado, esa pierna maldita del portero granota que ha privado al Real Valladolid de uno de sus triunfos más merecido.
No hay tiempo para lamentar este punto escaso a la luz del gran partido realizado y ya la mente está puesta en el sábado (4 de julio, 19.30 horas), cuando el Pucela recibe al Deportivo Alavés.
Ficha técnica:
Real Valladolid: Masip; Antoñito, Olivas, Salisu, Nacho; Alcaraz, Míchel (San Emeterio, min. 83); Hervías (Toni, min. 74), Plano, Waldo (Guardiola, min. 63); Ünal
Levante UD: Aitor; Coke (Miramón, min. 69), Postigo, Vezo, Toño (Clerc, min. 69); Rochina (Hernani, min. 63), Vukcevic, Campaña, Bardhi; Mayoral (Morales, min. 79), Roger (León, min. 79)
Árbitro: Medié Jiménez (C.T. catalán) amonestó a Waldo y Míchel, y al visitante Bardhi
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 33 de LaLiga Santander disputado en el Estadio José Zorrilla, a puerta cerrada, el 1 de julio de 2020.