El Fundación Aliados ya tiene las miras puestas en el debut liguero que, casualmente, le enfrentará al mismo rival con el que se despidió de la anterior campaña, justo antes del confinamiento, el Fundación FDI Las Rozas, aunque los vallisoletanos confían en no repetir ese encuentro, puesto que regresaron de tierras madrileñas con una derrota.
Ya con la incorporación de Omid Hadiazhar, que va adquiriendo el nivel que suele mostrar tras varios días de trabajo con el equipo, y con la única ausencia de su compatriota, Vahid Saadatpoormoghadam, que aun no ha podido salir de Irán, y que aportará más capacidad de rotación a los de José Antonio de Castro, el Fundación Aliados ha realizado buenos entrenamientos durante la semana y la plantilla está deseando empezar a competir.
En una temporada que se presenta complicada, por la situación de crisis sanitaria, los vallisoletanos aspiran a presentar batalla y a mejorar sus prestaciones con respecto al último año, en el que las cosas no salieron como se quería. De ahí la necesidad de volver a contar con un referente ofensivo como Hadiazahar, tras la salida de Lalo Prieto, de un joven con proyección y hambre por aprender, como Jelmer Van Brunschot y del experimentado Rodrigo Pérez -exjugador de Las Rozas-, que se añaden al bloque liderado por el veterano José Luis Robles, en el que destacan especialmente Maxi Ruggeri y Adrián Pérez.
La ilusión es máxima y, además, todos los jugadores han dado negativo en las pruebas que se han realizado en Clínica Sur, un requisito obligatorio antes de iniciar la liga. Todo se presenta en las mejores condiciones, con un buen ambiente y unión en el vestuario, que serán fundamentales para avanzar día a día.