D. Álvarez / ICAL
A lo largo de su vida, Antonio Sariol estuvo vinculado al hockey sobre patines, un deporte que primero practicó como jugador en la División de Honor y al que continuó ligado más tarde como director técnico, entrenador y formador en múltiples escuelas y clubes. En 2011, Toni emprendió un el reto de extender a nuevas zonas la práctica del deporte que amaba y el lugar escogido para su proyecto fue Ponferrada. Su repentino fallecimiento, en enero de 2014, afectó de lleno a la línea de flotación de esta iniciativa, que pudo seguir adelante gracias al empeño personal de sus hijos, Álvaro y Carla, actuales responsables del club. “Nunca nos planteamos dejarlo, ha habido momentos de flaqueza, pero nunca dudas sobre el futuro del proyecto”, explica Álvaro.
En estos diez años, el plan de promoción de esta disciplina deportiva en tierras bercianas ha ido sumando adeptos a la causa. “Primero fue un equipo, luego tres, al año siguiente éramos siete y el año pasado teníamos nuevos equipos y cerca de 90 fichas”, destaca Álvaro, que señala que, tras la pandemia, “toca reconstruir un poco”. El apoyo de las federaciones de patinaje nacional y de Castilla y León fueron una de las claves para poner en marcha este proyecto y la opción de llevarlo a cabo en Ponferrada prevaleció por su cercanía con Asturias y Galicia, así como por la existencia de varios clubes de patinaje en la zona.
En aquellos inicios, era necesario sentar las bases para el éxito del proyecto y empezar por construir unos buenos cimientos. “Poco a poco fuimos entrando en los colegios”, recuerda Álvaro, que asegura que el objetivo en ese punto era “enganchar a los niños al hockey”, un deporte muy popular en Cataluña, tierra de origen de los Sariol, pero que goza de poca difusión fuera de tierras catalanas. De la mano del Ayuntamiento, los primeros entrenamientos tuvieron lugar en la pista del antiguo colegio La Puebla, hoy rebautizado como Luis del Olmo, y se centraron en perfeccionar la técnica del patinaje, imprescindible para la práctica de esta disciplina del ‘stick’ y los patines.
Sin embargo, los planes se truncaron el 24 de enero del año 2014, cuando el ‘alma máter’ del proyecto falleció de manera repentina a los 64 años de edad. “Mi hermana siempre dice que fue como un tsunami, se nos vino todo encima”, subraya Álvaro, que señala que este episodio obligó a la iniciativa a pasar por una “fase de readaptación” en la que él, que por aquel entonces residía en Londres, y su hermana, que vivía en Barcelona, se hicieron cargo de las riendas del club y del proyecto. “El punto de inflexión fue cuando pensé: ¿y si me vengo yo? Cuando lo dije en voz alta todas las piezas encajaron”, asegura el también exjugador, que desde bien temprano ayudó a su padre en las tareas formativas con las categorías inferiores.
Con el tiempo, su hermana Carla también se trasladó a Ponferrada para compartir con los equipos de APG Bierzo su experiencia sobre los patines en varios equipos de la OK Liga femenina y en la liga de Alemania, así como en campeonatos de Europa y mundiales en los que llegó a obtener medallas. De la mano de ambos, el club ha ido “quemando etapas”, desde la primera competición en la miniliga femenina de Asturias hasta el momento actual en que el equipo alevín está clasificado para la Fase de Sector que da acceso al Campeonato de España y el equipo infantil se encuentra a un paso de conseguirlo. “Es un hecho histórico, es la primera vez que lo logramos”, celebra Álvaro.
Además, el club tiene grandes esperanzas depositadas en el equipo senior femenino, que en las próximas temporadas aspira a competir en la OK Liga Plata. “Ese equipo tiene muchas tablas”, asegura el entrenador, que remarca que la ayuda de patrocinadores privados sería el “último empujón” necesario para situar al club en la élite de la disciplina. “Toda ayuda para el proyecto es bienvenida”, recalca.
Aunque el confinamiento provocado por la pandemia significó un parón en las actividades grupales de los distintos equipos, el responsable del club valora que los integrantes de APG Bierzo no pararon de entrenar en sus casas durante todo este tiempo y pudieron afrontar con garantías el regreso de la competición, ya en este año 2021. A falta de un partido para cerrar la temporada regular, Álvaro valora que el Ayuntamiento de Bembibre se sumase a este proyecto y adaptase el pabellón a la práctica de este deporte. “Si no hubiese sido por esa pista este año no hubiéramos podido competir, hemos jugado todos los partidos en Bembibre”, señala.
Y es que la propuesta que arrancó en Ponferrada se extiende ya a las localidades gallegas de A Rua y O Barco, así como a la capital del Bierzo Alto, con la presencia del Patín Hockey Club Bembibre. “Al principio jugábamos sin líneas, sin vallas y con unas porterías que nos fabricaron en un instituto de Ponferrada”, recuerda el entrenador. El año pasado, el Consistorio instaló las vallas necesarias para que la bola se mantenga en el campo, así como un nuevo marcador y porterías, lo que permitió que las nuevas instalaciones también acogieran el pasado mes de julio el campus de verano del club.
En la capital de la comarca, el club compagina los entrenamientos en la pista de La Puebla con sesiones en el antiguo pabellón universitario de la zona alta, donde el “puzzle horario” obliga al equipo a entrenar sin vallas en algunas ocasiones. “Es algo a lo que no deberíamos estar acostumbrados, pero es lo que hay”, afirma Álvaro con resignación. Aunque se muestra agradecido con el apoyo institucional brindado por los Ayuntamientos -“Nos han mostrado sus ganas de participar en el proyecto y estamos contentos de que crean en nosotros”-, el entrenador reclama “más horas de pistas” para continuar impulsando esta iniciativa. “Sabemos que no somos el único deporte en la ciudad, pero si vamos creciendo, más caso nos harán. Nuestro papel es hacer lo nuestro y lo que puedan ayudarnos, siempre será bueno”, asegura.
Guardianes del legado
Una década después de la puesta en marcha del club, Álvaro valora que este proyecto les permita, tanto él como su hermana, disfrutar cada día dedicándose a lo que más les gusta y transmitiendo a los niños de la comarca los valores de “compañerismo, responsabilidad, compromiso o disciplina” que caracterizan a este deporte. “Fue el último gran proyecto de mi padre y a nivel sentimental es un orgullo poder continuar su legado”, explica el actual responsable del club. Una herencia que incluye contribuciones como haber formado a más de un millar de deportistas, haber colaborado en la organización de los eventos de hockey de los Juegos Olímpicos de Barcelona o haber creado el modelo de portería que se utiliza en la actualidad en las competiciones oficiales.
En ese sentido, actos como el Memorial Toni Sariol, que se celebra cada mes de enero, sirven para mantener vivo el recuerdo de su persona y para continuar promoviendo el uso de los patines y el ‘stick’ en una ciudad en la que no existía, hasta hace diez años, una tradición vinculada a este mundo. En un guiño al territorio, el club viste desde sus inicios con los colores azul y blanco que identifican a la comarca, en virtud del acuerdo firmado con la SD Ponferradina, que proporciona las equipaciones. Además, APG Bierzo también se distingue en el ámbito del deporte igualitario, ya que es el club con más licencias femeninas en el hockey patines de Castilla y León. “Si hemos llegado hasta aquí, seguro que podemos seguir para adelante”, asegura Álvaro.