El Fundación Aliados cerrará la temporada liguera, este sábado, ante el recién proclamado campeón de la competición doméstica, un Bidaideak Bilbao que tan solo ha cedido dos partidos en todo el año y que ha mostrado, gracias a la calidad de su plantilla, una regularidad que le ha hecho merecedor del título. Pero los vallisoletanos no quieren ser convidados de piedra en este último choque…
Ha sido una temporada complicada, marcada por la pandemia, en la que los vascos “se han hecho merecedores del título”, en opinión del técnico vallisoletano, José Antonio de Castro, en un formato de liga “mucho mejor y más justo” que en años anteriores, en los que se terminaba con una Final Four, que dejaba más abierto el campeonato. “Lo lógico sería que se mantuviera este sistema”, ha añadido.
El hecho de que ya no haya nada en juego, ofrece al cuadro vallisoletano esa motivación extra para tratar de sorprender al potente rival vasco y terminar el ejercicio liguero con buenas sensaciones, amén de utilizar este encuentro como test, de cara a su próxima participación en la Copa del Rey.
De Castro podrá contar con todos sus jugadores, con la excepción ya conocida de Hadiazhar, y buscará minutos de calidad en el juego, para hacer frente a un equipo que “defensivamente es muy duro y que impone un intenso ritmo de juego, ya que cuenta con grandes jugadores, que son determinantes, como su capitán, Asier García, el australiano Blair, el colombiano Jhon Hernández o Jordi Ruiz “el mejor tirador de los jugadores de clase 2-3”, Manu Lorenzo en el juego interior e históricos como Mouriz o Jasso, “que se ha convertido en uno de los pívots más seguros de la liga”.
La clave será, una vez más, aparcar la presión, que en este caso no habría, mantener una regularidad en el juego, combinando la defensa con un acertado ataque y no perder la concentración ya que “con cinco minutos malos, Bilbao cierra el partido”, ha advertido el entrenador del Fundación Aliados.