El Fundación Aliados vuelve a disputar una nueva edición de la Copa del Rey, lo que supone todo un mérito, puesto que la liga cada vez está más igualada y el nivel de exigencia es mucho más elevado. Los vallisoletanos siguen ahí y por ello su motivación es máxima en la competición del K.O, a pesar de todos los obstáculos que deberán superar.
El equipo dirigido por José Antonio de Castro llega a esta importante e ilusionante cita con las bajas de Rodrigo Pérez, Jelmer Van Brunschot y Óscar Domínguez, que se encuentran confinados tras haber dado positivo en Covid el pívot holandés, en el anterior test al que fue sometida la plantilla morada, lo que obliga a los otros dos jugadores a permanecer aislados, ya que comparten vivienda con el afectado.
El resto de jugadores se encuentran en perfectas condiciones, incluidos los dos jugadores vinculados, Francis Sánchez y Paco Quíles, que viajarán con el Fundación Aliados a Albacete para aportar su trabajo en la Copa del Rey y contribuir a cumplir el objetivo del equipo que no es otro que “dar todo” y “tratar de llegar lo más lejos posible”.
Como primer rival, el cuadro vallisoletano tendrá el sábado 5 dejunio (11.30 horas) al Amivel de Málaga, un equipo al que han logrado vencer en los partidos de liga pero que, como el resto de los participantes en la competición copera, irán con la máxima ambición, por lo que no será una tarea fácil lograr el pase a semifinales, donde el ganador se medirá al que se imponga en el duelo BSR ACE Gran Canaria-Bidaideak Bilbao (19.30 horas).
Los andaluces cuentan en sus filas con el bloque de la anterior campaña, comandado por los mexicanos Efrain Martínez, Esparza y Cristen, el portorriqueño Carlos Manuel Martínez, un buen tirador, y con Blair y Orogbemi, quien también actúa como entrenador, y que se ha reforzado con uno de los mejores “unos” de la liga como es Abdi Jama, otro gran artillero. Pero el Fundación Aliados aspira a echar el resto en esta competición y a demostrar que es un rival peligroso y sin miedo a nada.