El mes de agosto ha teñido ligeramente al Real Valladolid Baloncesto, y lo ha hecho con los colores de la selección española. El Club blanquivioleta ha contado con dos representantes en la convocatoria del combinado nacional del de agosto: Rubén Hernansanz, con el equipo U12, y Mario de Ana, como preparador físico del U14 masculino. Ambos han estado en la localidad de Íscar junto con otro centenar de jóvenes promesas realizando un trabajo específico de verano y con la vista puesta en el futuro.
Para el joven Rubén Hernansanz, de tan solo 12 años, ha sido una "experiencia única e increíble" la concentración con la selección española. "Estaba jugando al baloncesto en Laguna de Duero, donde vivo, y mis padres me enseñaron el móvil con el mensaje. Me quedé de piedra porque no me lo acaba de creer y me puse muy contento", cuenta el joven jugador de la Escuela Lalo García, quien, unas semanas antes, también había representado a las ardillas con Castilla y León, en el Planeta Mini 2021 de San Fernando.
Cerca de su casa, en el municipio vallisoletano de Íscar y del 6 al 10 de agosto, Rubén Hernansanz ha disfrutado de una experiencia enriquecedora junto con otras promesas y jugadores de todo el territorio nacional. "Me lo he pasado muy bien y he disfrutado. Todos los entrenadores nos han ayudado y enseñado tanto técnica individual como a nivel colectivo, y fuera de ella he conocido a gente de toda España", cuenta.
De hecho, la llamada de la selección ha puesto la guinda a una temporada extraña, pero que se ha cerrado de forma inmejorable. "Nos ha dejado un mal sabor de boca porque en la Escuela Lalo García hemos empezado tarde y nos perdimos muchos partidos por la pandemia, pero el grupo ha sido muy bueno, competitivo y al final la hemos completado. Tengo muchas ganas de comenzar con la nueva, de volver a ver a mis compañeros, de entrenar... creo que vamos a hacer un buen equipo", explica el joven pucelano.
Asimismo, el apartado anecdótico queda en el pasado futbolero de Rubén Hernansanz, quien se pasó del césped y las porterías al parqué y las canastas. "Antes jugaba al fútbol, pero siempre me había llamado la atención el baloncesto. En Primaria me atreví a probar y me divertí muchísimo, me empezó a gustar más que el fútbol y finalmente cambié de deporte por las recomendaciones de mis entrenadores del colegio. Comencé a jugar en el colegio Nuestra Señora de la Consolación – Agustinas, y también he estado en Marina Escobar", afirma el joven blanquivioleta, quien comenzará en unas semanas la campaña 2021/2022 junto con sus compañeros de la Escuela Lalo García Real Valladolid Baloncesto.
Para Mario de Ana, preparador físico del UEMC Real Valladolid Baloncesto desde la temporada pasada y de las categorías inferiores del Club desde la fundación, enfundarse el polo de la selección española no es una sensación nueva. “Siempre que recibo la llamada lo hago con alegría, orgullo, responsabilidad y la mejor disponibilidad para trabajar. Estoy encantado con el grupo humano que se ha formado porque ha sido excelente, y trabajar en esas condiciones siempre es un placer. Es todo un honor que Nacho Coque cuente conmigo y me cite”, reconoce.
Con el equipo U14, del 11 al 15 de agosto, Mario de Ana ha sido el encargado de la preparación física del grupo, y explica los objetivos de la convocatoria estival. “Queremos preparar a la generación de 2007 para su primer compromiso internacional, que tendrá lugar en dos años. Buscamos que el equipo tenga ya una experiencia previa, identificar el talento, las virtudes y las amenazas de los jugadores de cara al futuro”, detalla el zamorano.
“Hemos realizado una serie de baterías de pruebas para obtener distintas mediciones, seguir la evolución física de los chicos, detectar posibles problemas que podamos solucionar y manejar. También queremos tener un contacto más fluido con los Clubes de los jugadores para tener una mejor comunicación y relación”, expone Mario de Ana días después de sumar una nueva experiencia con la selección española.