Era su estreno en unos Juegos Paralímpicos y la burgalesa Marta Fernández lo hizo a lo grande. La nadadora se ha convertido en la reina de la piscina en Tokio con la conquista de tres medallas, una de cada color. Oro, plata y bronce que ya luce en su palmarés a sus 27 años. Ha conquistado un oro (50 braza SB3), una plata (50 mariposa S5) y completó su colorida colección con un bronce que la deja como la más laureada de la cita, tanto a nivel masculino como femenino, de la delegación nacional.
Un objetivo cumplido y que tiene detrás mucho trabajo. “Este sueño es el resultado no solo de mi trabajo, sino el de todas las personas que me rodean. Desde mis padres por no dejar que me rindiera nunca, hasta el de todos los técnicos, entrenadores y personas que me ayudan a diario para que pueda nadar y lo haga en las mejores condiciones", reconoce en declaraciones a El Español Noticias CYL.
Convertirse en la reina de la piscina y además en la abanderada de la ceremonia de clausura es algo que Fernández está asimilando poco a poco. “Aún no me creo todo lo que está pasando. Creo que con los días iré digiriéndolo, pero son muchas emociones", afirma emocionada la burgalesa.
Tres medallas, pero está claro que la que mejor sabe es la de oro. Una escena que tiene todavía en su memoria. “Cuando vi que había conseguido el oro saqué todo lo que tenía, meses de entrenamiento, viajes, competiciones".
Una parálisis cerebral para derribar barreras
Y tras los Juegos de Tokio, Marta ya es leyenda. Nacida con parálisis cerebral, un problema que afectó a ella pero no a su melliza, los médicos recomendaron a sus padres la natación como herramienta para la rehabilitación de la burgalesa. Desde bien pequeña se puso a nadar, luchando contra todas sus limitaciones físicas y demostrando sus ganas de romper barreras, unas barreras que ha terminado de derribar en Japón.
En su día a día, Fernández puede caminar, aunque a veces tiene que usar la silla de ruedas, “no puedo llegar a una estantería y llevo mucho tiempo sin poder atarme los cordones, pero siempre busco la manera de hacer las cosas”. Sus padres le educaron exactamente igual que a sus hermanos. La burgalesa se entrena desde hace nueve años en el Centro de Tecnificación Deportiva Río Esgueva en Valladolid a las órdenes de Raúl Carrasco, su entrenador desde hace seis años, quien es testigo de cómo se supera cada día.
La vida ha cambiado para Marta Fernández, que después del agua, se incorpora a la plaza de funcionaria del Estado en Valladolid tras aprobar las oposiciones el año pasado después de estudiar la carrera de Administración y Dirección de Empresas. Para la reina de la piscina no hay ningún tipo de barreras.