La ilusión, ganas de jugar al fútbol y forma de hacer nuevos amigos son las principales señas de identidad de los clubes y jugadores de fútbol base que regresan este fin de semana a la competición. Una Liga que será ‘más normal’ que la anterior en la que no hubo ni ascensos ni descensos y se formaron grupos reducidos por su escasa duración. Solo tres meses que sirvieron, al menos, para que los niños pudieran disfrutar de su deporte del que la pandemia por COVID-19 apartó durante un año.
365 días que se les hicieron eternos y que tanto la Delegación de Fútbol de Valladolid, como los clubes, prefieren olvidar y centrarse en la situación actual. El delegado provincial de la Federación de Fútbol de Castilla y León, Manuel Heredia, explicó como “tanto los directivos, como clubes, entrenadores o futbolistas esperamos esta temporada con más ilusión que nunca”. Partiendo de esta ilusión, desde la delegación se ha trabajado para que todo esté listo este fin de semana “para que se cumplan las expectativas que todos tenemos”.
Respecto a las limitaciones que se van a tener que realizar antes, durante y después de los partidos, Heredia explicó que “serán las marcadas por la Junta de Castilla y León”. Aunque la esperanza de los directivos era que el uso de la mascarilla desapareciera, de momento no va a poder ser así. Aunque se han eliminado algunas de las restricciones marcadas por la Comunidad, ésta aún se mantiene.
Manuel Heredia, delegado provincial de la Federación de Castilla y León de Fútbol
Además, se marcan unos aforos limitados para la entrada de padres o aficionados, en función de los niveles de alerta que existan en cada momento. Para Heredia, sobre todo el uso de la mascarilla, “no me parece buena idea y se debería poner menos trabas a los futbolistas”. Eso sí, reconociendo que “la pandemia aún no ha terminado”, pero también recalcando que “hemos demostrado, la pasada temporada, que los contagios en el fútbol base han sido prácticamente nulos”.
En cuanto a las posibles consecuencias de la pandemia en el número de equipos inscritos o de futbolistas federados, el responsable del fútbol base en Valladolid aclaró que, pese a que todo hacía pensar que se produciría un descenso, ha sido al contrario. Tomando como referencia la temporada 2019-20, la que no se pudo terminar, “se ha dado un incremento ya que pasamos de 590 a más de 600”. Un ascenso producido por la creación de una nueva categoría, la de ‘debutantes’, formada por los niños que están en las escuelas y que antes jugaban ligas privadas o torneos amistosos sin el amparo de la Delegación.
¿Y árbitros? ¿También habrá los suficientes para cubrir todos los partidos que se disputan cada fin de semana? “Entendemos que sí porque gracias al esfuerzo que hace la Delegación de Árbitros, con Pachi Badás al frente, tenemos entre 180 y 200 árbitros colegiados, con otros 25 en la recámara que están haciendo el curso de arbitraje”. Es más, Valladolid es de las pocas provincias en las que no se usa la figura del árbitro colaborador y se espera que este año tampoco sea necesario.
Heredia también explicó que las ganas de que todo vaya bien esta campaña es común. “Los clubes lo han pasado muy mal, se quedaron sin ingresos en muchos casos y sus economías se resintieron”. Una circunstancia que también sufrió la propia Delegación que recauda un dinero por cada jugador federado. “Dejamos de recibir el dinero habitual, pero hemos mantenido nuestro servicio a los clubes y hemos pagado las nóminas de nuestros trabajos sin ningún tipo de contratiempo”. Lo único que cambió fue la forma de reunirse con los clubes ya que tuvo que hacerse de manera telemática.
50 años de historia
Por su parte, los clubes, con un gran esfuerzo, como les sucede siempre en los meses de verano, ya tienen todo alisto para el inicio del curso deportivo. Como si se tratara de un colegio, ellos tienen un final de agosto y el inicio de septiembre en el que se exigen un ritmo frenético. Es el caso de la Unión Deportiva Sur, uno de los clubes históricos de la provincia que cuenta con 30 equipos inscritos y casi 500 chavales en sus filas. Un número que sube hasta casi mil, si se suman las otras disciplinas deportivas con las que cuenta la entidad.
Francisco Rodríguez en el campo Martín Luquero de la U.D. Sur
Su presidente Francisco Rodríguez Bernabé indicó que la vuelta a la competición, en unas condiciones casi habituales, hace que esperen esta temporada “con mucha ilusión en volver a vivir una campaña normal”. Y también expectantes “por las circunstancias que tiene la propia sociedad, después de la pandemia, en la que se nota un cierto grado de crispación en el ambiente y que también percibimos en el fútbol base”.
Un cambio, eso sí, que no se nota en los niños. “Ellos siguen igual, quieren jugar al fútbol, darle patadas a un balón y ser felices con su deporte; ellos sí son tolerantes, aceptan lo que les digas y no se han visto influenciados por las circunstancias”.
En definitiva, ganas de divertirse con el deporte que tanto les gusta y que, en la Sur, además, se vivirá de forma especial puesto que el club cumplió 50 años la pasada temporada “pero las celebraciones las hemos tenido, como las Olimpiadas, que posponer para cuando sea posible realizarse”. Será en esta campaña cuando lo hagan y con ese objetivo trabajan de cara a un año ilusionante y cercano a la normalidad en el que, el balón, vuelve a rodar por los campos de fútbol de la provincia.