Las cosas de estas competiciones inventadas y tan modernas. Después de haberse apuntado tan solo seis equipos en Castilla y León para la llamada Copa RFEF, resulta que la final se juega en el Campo Municipal Luis Ramos de Guijuelo, entre el equipo local y el Burgos Promesas. El marcador fue de 0-2 para los burgaleses pero, por eso de las carambolas, o como quieran llamarlo, el CD Guijuelo jugará la fase nacional por la condición de filial del equipo de Burgos.
Hasta ahí el relato oficial. De por medio quedan 90 minutos, mas cuatro de añadido, de un partido en el que no se jugaba a nada. Parecía que las áreas estaban en otro planeta. En todo el partido, tan solo dos ocasiones de gol, una para los visitantes, en el minuto 42 en el que Larry logró abrir el marcador en una jugada de despiste de los locales que la clavó por toda la escuadra. No hubo más ocasiones de gol hasta el minuto 85, cuando el Guijuelo falló un gol a bocajarro, tras un gran esfuerzo de Trapero que consigue ceder a Cristóbal, pero el disparo consigue atajarlo el meta visitante. Y esas fueron las ocasiones de gol.
Un partido insípido
Bueno, también una jugada en el área local, en otro despiste defensivo, gracias al que el visitante Heras se queda solo y es arrollado por el meta local Johan Guzmán, que el árbitro no dudó en señalar la pena máxima. Y ahí quedó sentenciado el partido, porque no la eliminatoria que, como decíamos, pasará el Guijuelo.
Un partido insípido. De patadones. Con escaso juego y, visto lo visto, sin interés, salvo las probaturas de los entrenadores, como si se tratase de un entrenamiento más.