Tensión y mucho sufrimiento. Eso ha sido lo que se ha vivido en el José Zorrilla durante los 90 minutos de partido entre el Real Valladolid y el Getafe, en el que los nervios también han desempeñado un papel protagonista. Un encuentro decisivo que, además de ser el último de la Liga, ha marcado el futuro del conjunto blanquivioleta de cara a la próxima temporada.
Finalmente, no ha podido ser. El Pucela se jugaba el descenso y, aunque la jornada ha terminado con un 0-0 en el marcador, lo cierto es que el equipo de Pezzolano está lamentando lo ocurrido en el campo, pues los resultados del resto de los equipos que han luchado por asegurar su permanencia en primera división han llevado al Valladolid a disputar la próxima temporada en segunda. El empate a tres entre el Almería y el Espanyol ha sido el golpe definitivo.
La rabia y la tristeza de los jugadores del Real Valladolid son sentimientos compartidos con una afición que, aunque no ha parado de animar y ha depositado toda su confianza en el conjunto, sintiéndose segura de la capacidad del equipo de conseguir su plaza en primera, hoy lamenta el peor resultado, el regreso a segunda del equipo de Ronaldo. Pese a ello, el orgullo por el esfuerzo desempeñado parece seguir patente.
Daban las 21:00 horas cuando ha comenzado un partido en el que el Getafe ha asumido la primera posesión del balón buscando rápidamente el gol. Sin embargo, esto no se ha hecho realidad gracias a la buena defensa de los de Paulo Pezzolano.
Recién entrado el minuto 17 se producía el primer cambio en las filas del Valladolid, que ha supuesto la salida de Javi Sánchez y, por consiguiente, la entrada de David Torres.
A mitad de la primera parte ninguno de los dos equipos había conseguido aproximarse a las porterías rivales en reiteradas ocasiones, aunque sí es cierto que las quinielas beneficiaban al Valladolid por la presión que estaba generando al contrincante.
Hubo intento de Larin, que preparó su disparo ante un nervioso David Soria. Sin embargo, acabó en mano. Tras ello, el Getafe optaba por pausar el ritmo del partido despertando el enfado del público local, mientras que los jugadores protestaban un penalti por mano de Alderete, aunque sin éxito.
Sí consiguieron una falta que sacó Aguado y remató Darwin Marchís, pero que no terminó en celebración. Sin duda, un momento de mucha tensión, como el vivido tan solo cinco minutos después con el remate de Jaime Mata, finalmente, salvado por Masip.
Recién anunciados los cuatro minutos de añadido, el Getafe se ganaba la primera tarjeta amarilla del partido después de que Juan Iglesias agarrase a Darwin Machís, tras lo cual llegó la segunda para el equipo madrileño con otra para Mitrovic.
Pero el Valladolid no quedó exento, ya que terminó el primer tiempo con una amarilla para El Yamiq.
La segunda parte empezó con el resultado inicial, un empate a cero que hacía aumentar la presión hacia el cuadro vallisoletano. Las ganas por el tanto no disminuyeron, pero sí lo hizo de forma gradual la intensidad.
No obstante, la dinámica era la misma, un Pucela adueñándose del balón, aunque con desesperación por su imposibilidad de acceder al área rival, mientras el Getafe intentaba aprovechar el mínimo despiste de los blanquivioletas.
Llegó una nueva oportunidad para Larin, pero también fallida. Tras ello, Pezzolano volvía a apostar por los cambios, siendo Rosa y Sergio León los sustitutos de Kike y Luis Pérez en el minuto 63, y Escudero y Kenedy los de Olaza y Darwin Machís en el 70.
A punto de entrar en el minuto 80, los locales ganaban precisión consiguiendo llegar en reiteradas ocasiones a la portería contraria, lo que les hizo ganar confianza y pensar en que la salvación estaba más cerca que nunca. Aun así, esto nunca sucedió y el partido terminó con un 0-0 que les impide mantenerse en primera y que ha generado un ambiente de absoluta tristeza y desolación en el José Zorrilla.