La selección española de fútbol ha vuelto a ilusionar a un país. Es un dato irrefutable que ha quedado reflejado durante esta Eurocopa de Alemania que acaba de terminar. Los de Luis de la Fuente no partían como favoritos en todas las quinielas, aunque demostrando un juego de equipo, se han alzado con el título.
Se trata del cuarto entorchado europeo para la Roja, tras las victorias de 1964, 2008 y 2012, demostrando que hay una nueva generación que puede dar más de una alegría al deporte nacional.
Durante esta Euro, los Lamine Yamal -premio al mejor joven-, Nico Williams -MVP de la final-, Rodri -mejor jugador del torneo-, Cucurella, Dani Olmo -máximo realizador-, Morata, Carvajal, Unai Simón u Oyarzabal, entre otros, han ilusionado a un país entero con su juego de toque, intenso y directo. Cualidades que ya se han podido ver en la pizarra de Luis de la Fuente a su paso por las categorías inferiores.
Y Castilla y León no iba a ser menos. En todas las provincias salieron a las calles ataviados de camisetas y bufandas de la selección con la esperanza de que levantaran un trofeo más.
El día en lo deportivo no podía haber empezado mejor con la victoria de Alcaraz en la hierba de Wimbledon, donde el murciano levantó su cuarto grande, y cuatro Eurocopas esperaba sumar la selección española con el apoyo de 11000 aficionados en Alemania y miles más en todas las ciudades y pueblos de España.
Palencia se echó a la calle y llenó una de sus plazas para animar desde primera hora a la selección, como también hicieron en otras capitales como Salamanca, abarrotando la plaza mayor, Valladolid, en la Acera Recoletos, Zamora, Segovia, junto al Acueducto o Soria. Más problemas tuvieron en Burgos, donde el Ayuntamiento se disculpó por los "problemas técnicos ocasionados en el montaje de la pantalla gigante de la plaza Mayor"
Todos y cada uno de los aficionados que se congregaron ante las pantallas gigantes sufrieron y vibraron a partes iguales. Saltaron con el gol en la segunda parte de Nico Williams a pase de Lamine Yamal, y lamentaron el tanto del empate.
Pero en los instantes finales, todos los castellano y leoneses saltaron de alegría cuando Mikel Oyarzabal lograba el gol que, a la postre, daría la victoria ante Inglaterra en la final.
La fiesta tuvo que esperar hasta el pitido final. Un final de infarto con Dani Olmo sacando una pelota sobre la línea en el minuto 89, pero cuando el árbitro francés pitó, la alegría inundó a los aficionados en Castilla y León que hicieron temblar las plazas de las ciudades y llevar la alegría a sus calles hasta altas horas de la noche.