El Fundación Aliados cayó, en un decepcionante partido, ante un Gran Canaria que llegó a Valladolid sin sus piezas principales –ya que no viajaron ni Salazar, ni Jorge Sánchez ni Hollerman- pero que, a pesar de estas notables ausencias, fue capaz de doblegar a un rival con poco carácter, sin ideas, que no encontró la efectividad en el juego interior, ni a través del lanzamiento exterior, y cuyas lagunas defensivas aprovecharon los insulares para amarrar la victoria.
A pesar de que el cuadro isleño se presentó sin sus artilleros y referentes indiscutibles de juego, no dejaron pasar ni un error a los locales, que plantearon una buena defensa en el primer cuarto, la cual no estuvo acompañada por un buen ataque, de ahí que, tras los diez minutos iniciales, el marcador reflejara un paupérrimo 8-8.
El marcador se mantenía igualado, entre dos equipos que no mostraban demasiada mordiente ofensiva por lo que, cualquier detalle, suponía decantar la balanza de un lado o de otro y, en este caso, fue la efectividad de Twigt y Mankanbo la que dio ventaja a los visitantes antes del descanso (22-24).
Johnston y Van Brunschot no lograron hacer valer su poderío físico en la pintura para hacerse con las riendas del encuentro y, además, la fortuna no acompañó a los vallisoletanos en el tiro a media y larga distancia. Por ello, Gran Canaria, a poquito que dio de más, pudo ir haciéndose con el control del juego y sujetar el triunfo en el tramo final de la liga.
El Fundación Aliados desperdició la ocasión de ganar a uno de los grandes de la competición y, con ese sabor agrio de la derrota, deberá rematar la liga enfrentándose a Mideba e Ilunion, que pugnan por el título nacional. Otros dos huesos duros de roer, en el tramo final de la temporada.