El Caja Rural Aula de Valladolid necesita un poco de magia en los últimos minutos. Las blanquiazules han empatado ante el Atlético Guardés en un partido loco que pudo decantarse para cualquiera de los equipos. El equipo se mostró valiente y atrevido pero no fue suficiente para superar el empate con el que finalizaron: 31-31.
El comienzo fue a toda velocidad, con un acierto en ataque por parte de ambos equipos. El primer parcial dejó un contundente 4-5 que releva dos juegos ofensivos apabullantes. Las primeras en abrir un pequeño hueco en el marcador fueron las visitantes. Un partido marcado por pocas pérdidas y mucho juego en los seis metros. Las blanquiazules aguantaron de la mejor forma hasta empatar de nuevo tras una gran jugada de Fiorella Corimberto.
Los goles finales de Sandra Margarida y María Paula Fernández hacían daño a la defensa blanquiazul, que no conseguía robar ante el freno en ataque del Guardés. Sin embargo, las vallisoletanas pudieron agarrarse al partido y demostrar que tenían ganas de seguir peleando. En los últimos cinco minutos entraban con un gol arriba en el marcador, dejándolo en un 29-28.
Las buenas y malas decisiones estaban presentes en ambos ataques y ningún equipo cedía ni un centímetro. A dos minutos para que sonara el pitido final, el marcador mostraba un empate que se mantuvo hasta el final.