De toda la vida. En esa frase se podría resumir a Fernando García, conocido por todos como Garci, un entrenador vallisoletano de fútbol sala que ha dedicado la friolera de casi cuatro décadas a este deporte. Sus primeros pasos como jugador se dieron en el 1985, un año más tarde hizo lo propio como míster. Hoy, 37 años después, la Federación de Castilla y León de Fútbol le ha otorgado el reconocimiento a una trayectoria en los XXIX Premios delegación provincial. Y sí, los propios galardones tienen menos años que la carrera de este experimentado entrenador.
"Es una alegría que después de tantos años se acuerden de uno, encima más en fútbol sala, que aquí en Castilla y Léon está un poco abandonado", agradece Fernando, que a su vez asegura que "no es un trofeo de uno, es de toda esta gente que hemos estado juntos, en especial Javier Vaquero, que ha estado conmigo toda mi vida". "Gusta que te reconozcan que por lo menos hayas estado ahí intentándolo", añade.
Su primer contacto con la bola redonda no se dio sobre una pista, fue sobre el césped. En el mítico equipo de Asklepios, un club "muy especial" porque renegaban del "balón en largo". "Yo era muy técnico jugando y desde el primer momento me enganchó, me gustó el fútbol sala. Empecé a dedicarme más al futsal y aquí seguimos", señala Garci a este periódico.
Una pasión por el fútbol sala que le ha llevado a estar unido a este deporte de por vida. Como entrenador su trayectoria ha estado ligado desde hace varios años al Covaresa, pero por circunstancias del contexto y económicas este ha ido uniéndose a otros clubes de la ciudad. Primero fue con el Maristas, que dio como resultado el Covaresa Maritas. Unos años después desembocó en la absorción con el Valladolid Fútbol Sala y por último llegó la unión de las uniones con el otro gran club de la provincia, el C.D. Tierno Galván.
Valladolid Tierno Galván
Fruto de ello nació lo que hoy es el Valladolid Tierno Galván (VTG). En su día fue comparado con el Barça-Madrid, por supuesto a nivel de deporte base y provincial, pero Fernando deja claro que entre estos dos clubes siempre se han llevado "muy bien". "Cuando conoces de verdad lo que es el fútbol sala sabes que prácticamente quedábamos como club ellos y nosotros. Este deporte fue a menos y pensábamos que había que unirse e intentar hacer algo más serio a nivel regional y nacional", señala el entrenador vallisoletano.
Nada grande fue jamás conseguido sin peligro, decía Nicolás Maquiavelo. Y es que lo logrado por el Valladolid Tierno Galván no es nada más y nada menos que haberse convertido en el club más reconocido de Castilla y León a nivel de desarrollo de fútbol base y su nombre ya aparece con asiduidad año a año en los torneos a nivel nacional. Y al final porque ambos decidieron arriesgarse.
Aumento de nivel de los jugadores
Este crecimiento a escala de club, metodologías, trabajo y desarrollo va a parar en un aumento exponencial en el nivel de los jugadores. "Siempre ha habido jugadores buenos, pero ahora son más específicos de futsal y son mucho mejores", asevera Fernando García.
Sin embargo, hay ciertos aspectos que no cambian aún con la mejora de estos factores. El primero de ellos es que los grandes equipos y canteras prefieren ir a buscar a los jugadores a comunidades como Murcia, Madrid o Galicia. Valladolid y Castilla y León suelen estar más defenestrada en este sentido.
Entre toda esta torna de jugadores que han pasado por el club en las últimas décadas, hay uno de ellos que ha hecho historia. Pablo Sanz, un joven de 17 años jugador del Valladolid Tierno Galván que se ha convertido en el primer vallisoletano (masculino) en ir a la selección española (sub-17) a cualquier categoría.
"El año pasado estuvo conmigo y tiene unas cualidades impresionantes. Es el carácter que tiene, su hermano mayor también lo tiene. Son muy competitivos y muy fuertes mentalmente", explica Garci a este periódico.
Ahora bien, Fernando indice en ese problema de que las grandes canteras y equipos no vengan con tan habitualmente a esta Comunidad a pescar jugadores. "Desde Valladolid es difícil tirar para arriba", aclara.
El experimentado entrenador tiene claro que uno de los problemas es que "el fútbol" ha comido al futsal. "En las chicas directamente no existe, no hay chavalas que vengan a jugar este deporte salvo alguna que se cansa del fútbol 11", asegura. En lo que respecta al masculino, Garci achaca el problema a que hay pocos clubes realmente competitivos. "Los chavales pueden surgir, pero si no salen más clubes... tenemos un problema de competitividad", afirma el vallisoletano.
Una carrera que, aunque no pone una fecha exacta, tiene su fin en el horizonte, pero sin barreras temporales, según ha confirmado a este periódico. "Llevo cinco años dejándolo porque lo que quiero es ir a ver a mi hija que juega en Pontevedra en Primera División", explica. Esto y el querer disfrutar más del fútbol sala como aficionado son los motivos que llevan a esta decisión. Sin embargo, la falta de entrenadores jóvenes todavía le ata a los banquillos, ya que lo que Fernando pretende es "echar una mano a los demás como me la han echado a mí". "De momento aquí seguiremos", sentencia.
Cuatro décadas de carrera deportiva que han llevado a este experimentado entrenador vallisoletano a convertirse en un icono del deporte de esta ciudad. Fernando García, uno de los de toda la vida.