Un Pucela ridículo vuelve a las andadas en Vigo y sale muy tocado de esta jornada
Los de Pacheta pierden con claridad y justicia contra el Celta de Vigo (3-0) y encienden la alarma roja tras los resultados de los rivales. Cuatro faltas: tres amarillas y una roja al marroquí Amallah
26 febrero, 2023 18:07Noticias relacionadas
El Real Valladolid sale muy tocado de esta jornada 23. Su justa derrota en Vigo le hace quedarse fuera de la zona de descenso (de momento) pero con muchas dudas. Los resultados no han acompañado y ahora mismo el cuadro de Pacheta se sitúa en la clasificación con 24 puntos a la espera de lo que hagan Almería contra Barcelona y Getafe con Villarreal. En Balaídos, ha vuelto a ser ese equipo débil fuera de casa, con errores en defensa, sin intensidad ni presión, sin liderazgo en la portería y ni reacción en el banquillo.
Salvo el milagro de San Sebastián, el Pucela sigue siendo a domicilio un chollo para sus rivales. Un equipo que volvió a evidenciar las carencias del equipo pre-fichajes de mercado de invierno y que echó de menos a Machis. Además, todavía no se explica que Luis Pérez u Olaza sigan siendo titulares y Fresneda se mantenga en el ostracismo. La tranquilidad de pasadas jornadas vuelve a ser nerviosismo. Para colmo, el Celta empató el golaverage del 4-1 del partido de ida y el que llegó con la vitola de estrella, Amallah, fue expulsado con tarjeta roja por una entrada sin sentido. Como curiosidad, De Burgos Bengoetxea señaló cuatro faltas al Pucela que fueron sancionadas con tres amarillas y una roja.
Los primeros minutos fueron de control total del Celta de Vigo en la persona de su 'crack' Veiga. El Pucela entró en el choque de siesta, con muchos metros descubiertos en el campo, y sin tener la posesión del balón. Hasta tal punto del que en el minuto 1 Seferovic estuvo a punto de estrenar el marcador. La llegó a tocar Asenjo para mandarla a córner porque el suizo estaba solito. Un preludio de lo que sería posteriormente. Aspas también en el minuto 14 ajustó el esférico pero se topó con la madera de Asenjo, que volvía al once después de la lesión de Masip.
A la tercera fue la vencida. Seferovic no perdonó un error en cadena del Pucela, que fallaba en defensa una vez más. Un balón colgado desde la derecha que fue peinada con intención por Gabri Veiga, un jugador que dará mucho de que hablar en el futuro, y ahí se desmarcó bien Seferovic para ponerla al palo contrario también con la cabeza. Golpe para el Pucela que no había hecho nada hasta ese momento. Y así siguió durante el resto del primer tiempo. El segundo tanto obra de Veiga, cómo no, sacó todos los colores al equipo blanquivioleta. Aspas se la había dejado de tacón a Carles Pérez al que se le habían quitado cuando se quedaba muerta la pelota para que Veiga la empalara.
Y que pudo irse al descanso con varios goles en contra. Ni Asenjo demostró su nivel en portería, ni la defensa (sobre todo El Yamiq) pudo frenar a unos rivales que solo ellos con su desacierto evitaron un marcador más amplio. Aunque dos ocasiones justo antes del descanso invitaron al optimismo, pero Villar frenó los avances de Larin y El Yamiq.
Tras el tiempo de descanso, como es lógico, el Celta baja el pistón y el Real Valladolid aprovechó para tener más el balón y evitar un sonrojo mayor. Todo pudo cambiar con un gol anulado a Amallah por fuera de juego por poco de Plano en el minuto 60. En la siguiente jugada llegó el 3-0. Y los jugadores sin intensidad, indignos de esta camiseta y escudo. Los problemas vuelven a entrar porla ventana.