Pelea, entrega y ataque. Estos son tres de los pilares del carácter del Globalia Artes Gráficas-Zamora Enamora, que volvieron a demostrarse en Vigo, en la prueba que ponía el candando a la Copa de España élite y sub-23 de este 2022, consiguiendo estar, un día más, en todas las fugas de la jornada. Además, este fin de semana Gabriel Ochando daba otro pódium al equipo en Fuenlabrada y Alejandro Rodríguez se quedaba a un paso de conseguirlo en Segovia.
No hubo un corte en la prueba viguesa en el que no estuviera uno de los ciclistas de la estructura presidida por Francisco Domínguez, destacando un inconmensurable Antonio Barbero que se pasaba escapado la primera mitad del durísimo recorrido diseñado en Galicia con un total de 180 kilómetros y 6 puertos de montaña. El almeriense con ese movimiento conseguía puntuar en el alto de Monte Alba, y en los premios especiales de Gondomar, Nigrán y A Pasaxe, antes de ser neutralizado cuando era cabeza de carrera en las rampas más duras del Monte Aloia.
A continuación, sería su compañero Ismael Guzmán el que cogía el relevo y se filtraba en un corte de mucho nivel donde estaban algunos de los actores principales de esta Copa de España, permitiéndole llegar con los favoritos a tan solo 20 kilómetros del final para conseguir finalizar una de las carreras más duras que se recuerdan y en la que acabaron menos de 60 corredores de los casi 200 ciclistas que partieron en un inicio.
Iván Rodríguez, director del equipo, se mostraba contento con la actuación de sus chicos: “Hemos vuelto a dejar claro en Vigo nuestra esencia de no conformarnos y volcar hasta el último gramo de fuerzas en una carrera extremadamente dura. Se acabó la Copa de España en la que tanta ilusión nos hacía competir, y nos vamos con tres fotos en pódiums de muchísimo prestigio gracias a esa raza que nos ha caracterizado. La pena es no haber estado más cerca de los mejores en los momentos finales, pero a veces la suerte y otras veces el haber derrochado tanto antes, nos impidió conseguirlo. Me voy muy contento y orgulloso porque, además, hemos ido de menos a más en la competición”.
Esa falta de suerte de la que hablaba Iván se volvía a evidenciar el sábado en la Clásica de San Isidro de Medina de Pomar, que a mayores tenía el premio de ser el Campeonato de Castilla y León élite y sub-23. En las carreteras burgalesas, dos de los puntales del equipo como Eder Izcara y Gabriel Ochando quedaban fuera de la pelea por caída, en el caso del primero, y un doble pinchazo en el caso del segundo. El salmantino Alejandro Rodríguez acabaría siendo el mejor, acariciando el top-20 y quedándose muy cerca de ese pódium castellano y leonés.
Ochando se redimiría al día siguiente en el Premio Primavera de Fuenlabrada al alzarse con la tercera posición del sprint que resolvió la carrera madrileña, gracias al buen trabajo en los kilómetros finales de sus compañeros José Hernández y José Rebollo. A un paso del cajón también se quedaba el domingo el propio Alejandro Rodríguez, que debía conformarse con la medalla de chocolate en la Vuelta a los Pinares Segovianos, después de una carrera que llegó muy rota, en la que, sin compañeros, supo presentar batalla por los puestos de honor hasta el último metro.