El VRAC Quesos Entrepinares se encuentra inmerso en plena planificación de la que será la temporada 2022/2023 en el rugby español. De inicio, el club parte con siete bajas con respecto al pasado curso. A la ya anunciada del histórico Pablo César Gutiérrez, también dejan de pertenecer a la disciplina azulona Daniel Stöhr (que cierra una etapa de siete años en el VRAC), así como Adrián Noriega, Nathan de Thierry, Zee Mkhabela, John – Wessel Bell y Álvar Gimeno, que buscarán nuevos retos profesionales.
Habrá caras nuevas en el proyecto encabezado un curso más por Diego Merino. La primera, el neozelandés Michael Stringer, centro que puede actuar también de zaguero, de la generación de 1998 y de 188 cm y 95 kg. Formado en Waimea College, será la primera aventura internacional de este joven jugador oceánico, que durante toda su carrera en categoría absoluta ha militado en Waimea Old Boys, con convocatorias con el seleccionado de Tasman en 2020 y 2021, con quien se proclamó campeón de la prestigiosa Copa Mitre. Precisamente con Tasman participó en una gira norteamericana, con partidos en Houston y Seattle, a principios de 2020.
Diego Merino ve a Stringer como un jugador que “viene a cubrir la baja de Nathan. Estuvimos siguiéndole la temporada pasada y valoramos hace meses su incorporación, pero finalmente no pudo ser”. El técnico del VRAC cree que el nuevo centro “puede ayudar mucho en la organización y distribución de juego al 10, así como generar mucho peligro gracias a su calidad individual, destreza y físico”. En opinión de Merino, “en una Liga que ha subido mucho el nivel en defensa puede ser un factor importante”. El entrenador del Quesos también ve con buenos ojos el interés que Michael ha puesto en llegar al equipo. “Ha mostrado mucho interés en venir a jugar al VRAC y eso es algo muy positivo”.