El Fundación Aliados ha comenzado con ganas e intensidad su pretemporada, ya que además este año se ha visto reducida en una semana, al comenzar la liga de División de Honor el 1 de octubre -en el Pilar Fernández Valderrama ante Gran Canaria-, si bien no está la plantilla al completo. Aun no han podido incorporarse los argentinos Adrián Pérez, Maxi Ruggeri y Franco Alessandrini, pero todos ellos llegarán a Valladolid la próxima semana.
Por tanto, las sesiones de trabajo han sido iniciadas por el gran capitán, José Luis Robles, el también incombustible Jonatan Soria, el holandés Jelmer Van Brunschot, el canadiense Westley Johnston y el norteamericano de origen mexicano Fabián Romo, una de las incorporaciones del conjunto morado para este ejercicio.
En el caso del australiano Clarence McCarthy-Grogan, los trámites burocráticos impedirán que llegue antes del mes de noviembre, lo que supondrá un pequeño handicap para un Fundación Aliados que, un año más, volverá a estar dirigido por José Antonio de Castro, quien cree que esta temporada se van a “divertir”, ya que hay buenos refuerzos y estos, además, “permiten más variantes ofensivas”.
Es consciente de que será fundamental “mejorar la faceta defensiva”, puesto que la pasada campaña el equipo se mostró “muy irregular” en la misma, y eso pasó una importante factura, en forma de dolorosas derrotas, algunas totalmente inesperadas, fruto de falta de concentración y de consistencia en su zona.