Iberaval cerró 2019 con 1.487 nuevos socios, lo que aproxima a la entidad a las 29.000 empresas asociadas y la acerca al objetivo que se ha marcado en su nuevo Plan Estratégico de alcanzar los 32.000 socios al cierre de 2022.
Así se ha puesto de manifiesto en el Consejo de Administración celebrado hoy por la entidad en las instalaciones de la empresa Cillar de Silos, socia de la sociedad de garantía (SGR), con sede en la localidad burgalesa de Quintana del Pidio, señalan desde la sociedad a través de un comunicado remitido a Europa Press.
La reunión, que tiene como motivación el reto fijado por Iberaval (https://www.iberaval.es/oficina-virtual/) de acercar su actividad aún más al territorio, ha servido para analizar y formular las cuentas de la entidad correspondientes a 2019, con vistas a la próxima Junta General de la SGR, que se celebrará el 1 de abril en Burgos, así como para analizar el Informe de Gestión relativo a la actividad de la Sociedad.
La celebración de este Consejo de Administración en Cillar de Silos pretende reconocer el papel que juegan esos cerca de 29.000 socios con que cuenta Iberaval en la actualidad. De ellos, el diez por ciento proceden de la provincia de Burgos, concretamente 2.897, agregan desde la sociedad.
Al cierre del pasado año, Iberaval contaba con un capital social de 63,5 millones de euros, con un reparto que encabezaban los socios partícipes -esto es, las pymes, autónomos y emprendedores que acuden a la sociedad de garantía para financiarse-. Estos socios representan, cuantitativamente, el 99,5 por ciento del total de asociados, y aportan el 62 por ciento del capital.
Por su parte, los socios protectores o institucionales suponen el 38 por ciento restante, y tienen como principal representante al Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE) de Castilla y León, que contribuye al 11,8 por ciento de todo el capital social de Iberaval.
CILLAR DE SILOS
Cillar de Silos es una bodega familiar, fundada en 1994 por los hermanos Roberto y Óscar Aragón, que comercializa vino tinto, blanco y rosado a través de la marca homónima, Torresilo y La Viña de Amalio, en los principales mercados vinícolas de todo el mundo.
La empresa contó con el respaldo de Iberaval para recuperar siete bodegas subterráneas y cinco lagares, en lo que en el siglo XVI fue un polígono industrial en Quintana del Pidio, así como para sumar procesos innovadores en la elaboración y crianza de los caldos a su operativa, concluye el comunicado.