Invertir en bolsa y tener éxito no es fácil. Olvida a todos esos que te cuentan historias de alguien (un familiar lejano, un amigo) que invirtieron y doblaron lo invertido. Claro que sí: hay gente a la que le va muy bien porque coge la buena ola, encuentra un valor que sube mucho y gana en bolsa. Por supuesto, estos inversores existen. Pero suele tratarse de personas muy preparadas, que han estudiado a fondo el mercado bursátil y las posibilidades que ofrece, y que han tenido el acierto (y muchas veces una pizca de suerte) para invertir en el momento oportuno.
Para todos los demás, invertir en bolsa es una operación de riesgo en la que se puede ganar, pero también perder, y en la que conviene estar muy preparado antes de tomar decisiones. Aprender a invertir en la Bolsa desde cero exige dedicación, paciencia y esfuerzo, pero no es imposible. Puedes consultar esta guía para invertir en bolsa, pero antes vamos a ofrecerte algunas nociones básicas para que vayas abriendo boca.
¿Cómo funciona una bolsa de valores?
La bolsa de valores es un sistema de inversión que facilita la negociación y el intercambio entre empresas que requieren financiación y ahorradores (ya sean personas u organizaciones) que disponen de capacidad financiera. Dicho de otra forma, en la bolsa los ahorradores realizan operaciones de compra y venta de valores, como pueden ser las acciones de una sociedad anónima, bonos públicos y privados o cualquier otro título mercantil o instrumento de inversión.
Gracias a la Bolsa, una empresa puede poner a la venta los títulos en que se divide su capital (participaciones en las sociedades limitadas, acciones si es una sociedad anónima), y los inversores pueden participar en el capital adquiriendo esos títulos.
El precio de los títulos es fluctuante según la mayor o menor demanda que haya para comprarlos, lo cual, a su vez, puede obedecer a factores muy diversos: la coyuntura económica general, las pérdidas y ganancias de la empresa, sus expectativas, la situación general del sector. Las ganancias o pérdidas de los inversores bursátiles están en las diferencias de precio de los títulos entre aquel al que lo compraron y el precio que tiene en un determinado momento.
Este y otros conceptos económicos podrás entenderlos mejor visitando la web de Opinatron, donde se ofrecen consejos para ahorrar, para invertir, para lograr autonomía financiera y para ganar un dinero extra.
Las grandes bolsas del mundo
Hasta ahora hemos explicado el funcionamiento general del mercado bursátil. Esta definición es aplicable a cualquier mercado de valores. Seguro que conoces algunos de los más famosos. La importancia de las bolsas se mide por el volumen de operaciones que alcanzan y por su capitalización bursátil, que es el capital total que se negocia en ese mercado.
La Bolsa de Nueva York se conoce como New York Stock Exchange (NYSE) es la más conocida. Tanto, que sabemos hasta el nombre de la calle donde tiene su sede y la hemos visto decenas de veces en las películas: es Wall Street. Se fundó en 1817 y ha sufrido dos grandes batacazos en su historia: el del crack del 29 y el Martes Negro de 1987. Sin embargo, sigue siendo la bolsa más importante, porque representa en torno al 40% del valor total de mercado a nivel mundial.
En NASDAQ, la segunda bolsa por capitalización bursátil, también está en Nueva York, se negocian los valores de algunas de las principales empresas tecnológicas del mundo, como Apple, Microsoft o Facebook.
También destacan las bolsas de Tokio, Shangái y, en Europa, la de Londres (cuyos orígenes se remontan nada menos que a 1698) y la de Fráncfort.
¿Quién vigila cómo funciona la Bolsa en España?
Todos los mercados bursátiles de los que te hemos hablado están operados por entidades privadas. Ahora bien, en España el funcionamiento de estos mercados está supervisado por una entidad pública de vigilancia: la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Este organismo (citado muchas veces sólo por sus siglas: CNMV) es el encargado de supervisar e inspeccionar los mercados de valores españoles y la actividad de quienes intervienen.
Básicamente, vela por la transparencia de estos mercados y la correcta formación de precios para proteger a los inversores. En otras palabras, se trata de que nadie haga trampas, por ejemplo gracias a que dispone de una información privilegiada.
Para que una empresa cotice en un mercado de valores (es decir, para que sus títulos se negocien por parte de los inversores) no es necesario que tenga una autorización administrativa previa. Ahora bien, sí que debe cumplir varias obligaciones.
Por ejemplo, debe aportar y registrar ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores los documentos que acrediten cuál es su régimen jurídico. También debe aportar los estados financieros auditados, un folleto informativo relativo a la emisión de sus títulos y pagar las tarifas correspondientes.
Con esta información básica, puedes seguir aprendiendo sobre bolsas y valores, siempre teniendo en cuenta que invertir supone poner en juego una cantidad de dinero, por lo que es una decisión para la que debes haberte informado todo lo posible con anterioridad.