Carriedo apela al Pacto de Comunidad y se muestra dispuesto a asumir "cesiones y renuncias"
El consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, ha apelado este lunes a la necesidad de alcanzar un Pacto de Comunidad para afrontar con éxito la recuperación económica, el empleo y la cohesión social en Castilla y León para lo que se ha mostrado dispuesto a asumir "cesiones y renuncias".
"No lo queremos hacer solos, nos gustaría contar para ello con un amplio respaldo de los partidos representados en esta Cámara", ha asegurado el consejero con motivo de su comparecencia a petición propia en la Comisión de Economía y Hacienda de las Cortes donde ha detallado las actuaciones de su departamento en relación con el COVID-19 y donde ha apelado a la "vital importancia" de ese pacto al que la Junta se va a dedicar "intensamente en el futuro inmediato". "La situación que estamos atravesando era impensable hace tan solo un año, tanto en lo que se refiere al impacto sanitario como al económico y social", ha asumido también.
El consejero ha iniciado su intervención con un recuerdo a las víctimas de esta crisis sanitaria con un "triple impacto" económico, social y presupuestario y ha pedido disculpas en primera persona por los errores que haya podido cometer. "Con toda la humildad, perdón por las insuficiencias y deficiencias", ha manifestado.
Dicho esto, ha planteado "tres ambiciosos objetivos" y "muy, muy necesarios" para 2020 para que la caída del PIB en Castilla y León sea de menos intensidad que la estimada para España --9,2 por ciento--; para que la tasa de paro sea inferior a la media del país, donde se augura un aumento hasta el 19 por ciento, y para que la deuda pública de Castilla y León se mantenga por debajo de la media de las comunidades.
"Son unos datos, sin duda, muy preocupantes", ha asegurado el consejero respecto a las previsiones nacionales para augurar que al final de este ejercicio se habrá perdido en España todo lo ganado de reducción de tasa de paro durante los últimos cuatro años a lo que ha añadido que a final de 2021 el PIB será "claramente inferior todavía" al registrado al acabar 2019.
"La recesión va a ser importante y nuestro objetivo es estar entre las comunidades autónomas donde el impacto sea menor, lo que es un objetivo no pequeño", ha sentenciado Fernández Carriedo para quien el reto pasa también por "caer lo menos posible", si bien ha asumido que tanto los datos de la EPA como los que se conocerán mañana del paro van a ser "muy, muy negativos".
Según ha augurado también el consejero, el mundo que saldrá de esta crisis será distinto "en muchas cosas" a lo conocido hasta ahora por lo que se acelerarán los cambios y muchas de las transformaciones que se podrían haber vivido a lo largo de la próxima década se llevarán a cabo "en apenas unos meses".
En este punto, ha apelado al coraje, a los valores y a las raíces propios de Castilla y León para afrontar los nuevos problemas y las nuevas soluciones a partir de cuatro retos: la reconstrucción de la dimensión internacional, la innovación, la eficiencia en la inversión en infraestructuras industriales y la eficiencia en el consumo energético y el fomento de las energías renovables.
"Es imprescindible avanzar hacia la I+D+i como herramientas de adaptación al nuevo escenario tras la crisis, impulsar la transferencia tecnológica hacia el sector productivo, la transformación digital empresarial con foco en la ciberseguridad, el avance en la Industria 4.0 para los desafíos del futuro, la colaboración público-privada en servicios de orientación en TIC y teletrabajo, el impulso de la sostenibilidad de las cadenas de valor y finalmente, la automatización y simplificación de las ayudas en innovación y tecnología", ha relatado entre esos retos de futuro.
Entre esos retos ha apostado también por trabajar para aproximarse al objetivo del 40 por ciento de reducción de emisiones mediante la eficiencia energética en Castilla y León para el horizonte 2030 y para consolidar a la Comunidad "como líder en energías renovables, fomentando las instalaciones de generación y el autoconsumo energético".
REDUCIR AL MÁXIMO LOS DAÑOS EN EL TEJIDO EMPRESARIAL
Respecto a la fase de la "nueva normalidad" ha explicado que los objetivos de la política económica de la Junta de Castilla y León deben ser coherentes con esos retos y ha precisado que en el corto plazo irán dirigidos a "reducir al máximo" los daños de una pérdida del tejido empresarial y poder afrontar "con cierta garantía" la recuperación de nuestra economía
Así, ha explicado que esta nueva fase implicará incorporar medidas para adaptar el tejido empresarial y la economía a nuevos modelos de actividad empresarial tras la crisis sanitaria para lo que ha fijado una serie de objetivos como procurar los recursos necesarios para acompañar a las empresas en el proceso de "deshibernación económica" tras el confinamiento sanitario.
También se ha comprometido a acompañar al tejido empresarial en el proceso de vuelta a la actividad de forma segura "para una reactivación firme y progresiva" de la actividad económica, "sin poner en riesgo repuntes en la crisis sanitaria y permitiendo así una reconstrucción de la actividad y del empleo".
Habilitar dotación de liquidez y medidas de ahorro para "reducir al máximo" en el corto plazo la destrucción del tejido productivo más débil por su capacidad para sostener su actividad "por imperativo legal" durante el confinamiento y reforzar y reorientar las estrategias de competitividad basadas en la economía del conocimiento y en la dimensión económica global, son otros de los objetivos fijados por el consejero que se ha comprometido a tomar decisiones para seguir apostando por el reequilibrio territorial en Castilla y León "a partir de una gestión eficiente de los recursos que queden para tal fin".
Finalmente se ha comprometido a perseverar en las políticas para hacer más eficientes los consumos energéticos en los ámbitos público y privado, a través del incremento de ahorros y el impulso de las energías renovables.
Por otro lado, ha informado de la Junta de Castilla y León está diseñando nuevas actuaciones para hacer frente a la crisis del COVID-19 que contemplan triplicar los fondos de liquidez que se han activado hasta ahora para las empresas, una medida "esencial" para evitar la destrucción de tejido productivo.
También contempla articular ayudas directas vinculadas a un crédito para los autónomos que mantienen su actividad con ingresos reducidos, para ayudar a más de 30.000 autónomos, y contar, a medio plazo, con un Fondo de Recuperación para empresas que se nutrirá mediante la colaboración del Banco Europeo de Inversiones.
Finalmente, ha abogado por ampliar un mes más el periodo de aplazamiento en el pago de tributos autonómicos "dadas las actuales circunstancias" con lo que se beneficiará a 114.000 contribuyentes por un importe total estimado superior a 120 millones de euros.
"Nuestro objetivo es que Castilla y León tenga un comportamiento menos negativo que la media española. Las medidas que hemos puesto en marcha y las que iniciemos en el futuro deben tener este horizonte", ha resumido el consejero que ha abogado por aprovechar la robustez de una parte del tejido productivo de Castilla y León y de la actual estructura de actividades.
"Del éxito de las medidas que apliquemos dependerá, por un lado, que la recesión tenga un impacto menor en Castilla y León y, por otro, que la recuperación sea más estable y sostenida en el tiempo, y conectada con vectores tan importantes para el crecimiento como la innovación y la dimensión internacional, ejes de la inversión y de la creación de empleo de calidad", ha concluido.