Las exportaciones del agro destronan a una automoción abatida por la pandemia
La balanza comercial de Castilla y León sufre la pandemia que deja números insólitos, y los productos agrarios del campo y la industria que generan no paran de crecer y destronan en exportaciones durante dos meses (abril y agosto) a una automoción periclitada por la crisis económica y la reconversión verde.
Cuatro veces ha ocurrido esto en toda la serie histórica de la Junta (hay datos desde 1988): los meses de agosto, tradicionalmente de bajas ventas, de 2015 y 2016, y este 2020, con la COVID, ya en abril y también en el octavo mes del año. En plena pandemia, con el estado de alarma declarado, el sector asumió el menor porcentaje de la historia de la tarta global de ventas al extranjero de Castilla y León, un 6,2 por ciento en abril, cuando en sus momentos más álgidos se hablaba de monocultivo industrial y superó ampliamente el 60 por ciento en numerosas ocasiones, allá por la década de los 90.
Asimismo, el peso del sector en las exportaciones de agosto fue del 16,6 por ciento, que solo supera el 16,5 por ciento de ese mes en 2013; el 15,5 por ciento de 2015 y el 14,6 de 2016. No obstante, la automoción siguió siendo el sector de mayor peso en marzo (29,1 por ciento); mayo (35,8 por ciento), junio (40,3 por ciento) y julio (37,1 por ciento).
Las ventas a terceros países de animales, vegetales, grasas y aceites y productos de la industria alimentaria sumaron en agosto de este año, 190,3 millones de euros, lo que supone el 25,9 por ciento del total de exportaciones de la Comunidad (734,7 millones), frente a los 121,6 millones de la sección de material de transporte, que asumió el 16,6 por ciento del total. La situación, inimaginable no hace mucho, se produjo también en abril en pleno confinamiento y parálisis productiva, cuando las ventas del agro fuera, en funcionamiento como sector estratégico, ascendieron a 175 millones, con el 29,3 por ciento de la tarta, frente a los 36,9 millones de la automoción, prácticamente paralizada, que solo representó el 6,2 por ciento de las ventas.
Evolución divergente
La evolución de las exportaciones agro y de material de transporte durante los meses de agosto no dejan lugar a dudas del comportamiento divergente de ambas actividades y queda claro que el sector primario es cada vez más estratégico para el futuro comercial de la Comunidad, aunque el monocultivo que fue la automoción seguirá siendo el eje central exportador de la Comunidad, más allá de estas crisis puntuales, y una actividad imprescindible y tractora para el desarrollo industrial y la digitalización de la Comunidad, para la que se exige un programa ambicioso que acelere su transformación para que España y Castilla y León sigan siendo referentes mundiales.
En concreto, en la comparativa con el año pasado, el global de las exportaciones en agosto, mermó un 9,4 por ciento; las de automoción arrastraron ese porcentaje, con un desplome del 46 por ciento, mientras que las de el agro se elevaron un 7,7 por ciento. Ese mes, incluso superaron a la automoción, las cifras de ventas de máquinas, aparatos y material eléctrico, con 148,8 millones y un crecimiento del 21,4 por ciento respecto al año anterior.
Además, las exportaciones de productos frescos y transformados del campo autonómico llevan creciendo de forma continuada desde agosto de 2009, cuando sumaron 75 millones de euros, lo que supone que en estos ejercicios, tras una crisis del ladrillo y bancaria y la actual del coronavirus, se dispararon un 150 por ciento, es decir, se multiplicaron por 2,5.
Por lo que se refiere a los datos de exportaciones sobre material de transporte, los datos revelan la inestabilidad sufrida por la automoción durante los últimos ejercicios, con máximos para un mes de agosto en 2004 (318,7 millones) y después en 2018 (252,6) y 2019 (225,6), con la recuperación, hasta los 121,6 millones de este año, cifras que contrastan con el máximo de 755 millones que se alcanzaron en marzo de 2017.
Gran impacto de la crisis sanitaria
Fuentes de Renault explicaron a Ical, que la crisis sanitaria ha tenido un “gran impacto” en la producción del sector de la automoción en Castilla y León, con factorías que “permanecieron cerradas y volúmenes que se han recuperado lentamente”. Y es que la dimensión mundial de la crisis, indicaron, “hace que sus efectos también influyan en la cartera de pedidos que se vio congelada durante cerca de dos meses, lo que hace que las exportaciones se vean minoradas”.
Con todo, expusieron que las factorías de Castilla y León “volvieron rápidamente a la actividad para tener todo a punto para fabricar los vehículos necesarios cuando el mercado comenzase su recuperación y demostrar una vez más su competitividad y profesionalidad”. “Hoy en día, se ha recuperado la normalidad absoluta y están volcadas en la producción de nuevos modelos híbridos que serán estandarte de la innovación Made in CyL”.
“La automoción tiene dos grandes ventajas: su efecto tractor sobre el resto de la economía y el retorno fiscal por cada euro invertido en el sector”, indicaron, para defender que “es fundamental un plan europeo que permita que el sector se mantenga como uno de los principales exportadores de España y uno de los mayores aportadores de la balanza comercial”.
Las mismas fuentes precisaron que junto a esto, las diferentes asociaciones que forman parte del sector han conseguido coordinarse para trabajar en un plan de choque y España es el único país de Europa que “han conseguido firmar un protocolo con las dos principales centrales sindicales” con las que “están totalmente alineadas” en la importancia del sector.
Gran recorrido
La presidenta del clúster de la industria agroalimentaria de Castilla y León, Vitartis, Beatriz Escudero, destacó que “las ventas al exterior de las empresas agroalimentarias de Castilla y León mantienen un crecimiento constante y sólido, si bien tiene aún mucho recorrido por delante”.
Escudero indicó a Ical, que en momentos de dificultad, como el actual, en los que otros sectores sufren retrocesos en su actividad exportadora, “el agroalimentario sobresale precisamente por su solidez”. “Pero insisto en que tenemos aún mucho que mejorar”, aseveró.
En todo caso, la alta ejecutiva afirmó que lo cierto es la agroindustria es una “referencia fundamental de la economía productiva de Castilla y León”. “No es que se haya convertido en un sector estratégico ahora, no, es estratégico desde hace ya bastantes años”, dijo, para sentenciar: “Es, sin duda, una seña de identidad de la Comunidad de Castilla y León. Es el alma de la ansiada recuperación del mundo rural y un buen embajador de la Comunidad en el resto de España y del mundo”.
En este sentido, constató que una de las claves, la “fundamental”, dijo, de esta línea de crecimiento ha sido “la decidida apuesta por la innovación como herramienta para mejorar constantemente en términos de competitividad”.