El tamaño importa y mucho en el mundo empresarial. La competitividad y los recursos de una gran empresa le permiten afrontar con mayores garantías procesos de cambio, como el de la digitalización, mejora su presencia internacional y le proporciona un colchón frente al impacto de una crisis como la sanitaria actual, que todo lo envuelve.
Las grandes empresas a efectos de los datos que facilita la Agencia Tributaria sobre el Impuesto de Sociedades, las que facturan más de seis millones de euros (excepto entidades crédito y aseguradoras), ascendieron en 2018 a 890 en Castilla y León, y lograron facturar 1.548,12 millones de euros. Por su parte, las de reducida dimensión, con una cifra de negocios menor de 10 millones de euros y cooperativas, 57.814 en total, registraron un resultado después de impuestos de 781,4 millones. Es decir, menos de un millar de empresas lograron el doble de beneficios que cerca de 58.000.
El último informe sobre el Impuesto de Sociedades publicado recientemente y recogido por Ical, pone en evidencia además una mucho mejor evolución de los guarismos de las grandes empresas en la última década, desde 2008, cuando acababa de arrancar la crisis financiera y del ladrillo, a 2018 en plena recuperación, que las pequeñas. Y eso que el tejido de las grandes compañías mermó y los pequeños negocios crecieron.
En concreto, si en 2018, declararon este tributo 890 compañías, y 2008 eran 1.274, es decir, se perdieron en la década 384 grandes actividades; mientras que las pequeñas empresas sumaron en esos años 733, hasta las 57.814. En cuanto a la evolución de los resultados, las grandes multiplicaron por seis sus beneficios siendo menos, de 253,4 a 1.548,1 millones; mientras que las de reducida dimensión sólo lo hicieron por tras, desde los 246,1 a 781,4 millones.
Cabe destacar, que el volumen de producción de las grandes compañías, creció un 9,4 por ciento, hasta los 37.944,1 millones de euros,; mientras que el de las pequeñas empresas meró un 13,5 por ciento, hasta los 23.378,1 millones de euros. Las grandes ajustaron un 8,5 por ciento los costes de personal, con 3.369 millones, mientras que las de menor tamaño lo redujeron un 6,4 por ciento, 5.082.2 millones, lo que revela que la productividad de unas y otras está a años luz. Los resultados brutos de las grandes empresas crecieron un 375,9 por ciento, con 1.933,7 millones; y en las más pequeñas, un 137,7 por ciento, hasta los 1.068.
Cifras globales y sectores
El informe de la Agencia Tributaria indica que en conjunto, en Castilla y León, había en 2018, 72.081 empresas, un 6,4 por ciento más que diez años antes. La producción de estas compañías mermó un 3,1 por ciento, hasta los 66.951,2 millones; sus gastos de persona, bajaron un 6,8 por ciento, con 9.713 millones; y sus consumos intermedios, se contrajeron un 4,1 por ciento, con 52.002 millones.
El resultado neto alcanzó los 2.369,5 millones de euros, un 153 por ciento por encima del dato de 2008, de 936,5 millones. La cifra bruta solo creció un 130,5 por ciento, 3.080,7 millones frente a los 1.336,3.
Por sectores productivos, las sociedades del primario lograron un resultado de 114,6 millones; las industrias extractivas y de energía, 147,8 millones; y el sector industrial, 856,87 millones. Asimismo, la construcción declaró 269,97 millones de euros de beneficio neto; y el comercio, 763,1 millones. Además, las entidades financieras lograron 108,6 millones; las sociedades de servicos a empresas lograron 34,8 millones; las de servicios sociales, 44,1; y las de ocio, 29,7. El sector de las comunicaciones y la información tuvo unas pérdidas de 370 millones de euros.
El mayor número de actividades se concentró en el comercio, 19.129, y la construcción, 16.250, aunque también cade destacar las 8.665 sociedades de servicios a empresas; las 8.521 de ocio; las 7.072 industrias; las 4.341 del sector primario, y las 2.631 extractivas, entre otras.
Proyectos macrotractores
La Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale) destacó a Ical, que “en los tiempos difíciles en los que nos encontramos, debemos trabajar a corto plazo por salvar a nuestras empresas, pero de forma paralela seguir trabajando por generar más riqueza, por industrializar, por una apuesta decidida y efectiva por la innovación, la digitalización, la inversión en tecnología, la retención y atracción del talento, la internacionalización y, sobre todo, por aumentar el tamaño de nuestras empresas para que podamos ganar competitividad”.
Desde la patronal explicaron que en la Comunidad, hay empresas “muy valiosas que realizan labores interesantes, pero su pequeño tamaño las impide llegar a ser todo lo competitivas que podrían”. En este sentido, indicaron que la llegada de los fondos europeos debe ayudar a avanzar en esta línea y los recursos “han de destinarse a los proyectos de inversión necesarios para elevar permanentemente el crecimiento potencial y la competitividad del futuro”. “En la asignación de recursos resulta importante impulsar proyectos macrotractores que son imprescindibles para catalizar los grandes cambios de futuro”, sentenciaron.