Casi una tercera parte de los salarios de Castilla y León proviene de empresas radicadas fuera de la Comunidad
Un tejido empresarial con raíces en Castilla y León es fundamental frente a decisiones de matrices foráneas que puedan derivar en nuevas deslocalizaciones en un contexto de crisis global por la pandemia de COVID-19. En este sentido, Castilla y León es la segunda autonomía española de régimen común con el mayor porcentaje de trabajadores y masa salarial asumida por empresas radicadas fuera de su territorio.
La estadística de Mercado de trabajo y pensiones en las fuentes tributarias de 2019, recogida por Ical, revela que compañías con sede fuera de la Comunidad, tenían empleados en Castilla y León, a 274.083 personas, el 27,8 por ciento del total, un porcentaje que solo supera la otra Castilla, con un 29,5 por ciento de sus trabajadores. Por el contrario, empresas radicadas en Madrid, el centro económico nacional, asumen 1,88 millones de puestos de trabajos en otros territorios autonómicos.
En cuanto a la masa salarial, las retribuciones globales que declararon los trabajadores de Castilla y León, ascendieron a 19.563,86 millones de euros, de los que 5.973,12 fueron abonados por empresas ubicadas fuera de la región, el 30,5 por ciento del total, porcentaje que solo superan los castellano-manchegos, con un 33,1 por ciento. En el extremo opuesto, las empresas instaladas en Madrid, asumieron 39.629,3 millones en salarios fuera de la región; y las de Cantabria, 1.199,2 millones.
Malos datos
“No son buenos datos”, sentenciaron desde la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale), cuyos responsables denunciaron, en declaraciones a Ical, que la Comunidad, “está siendo objeto de deslocalizaciones y de disminución de la demografía poblacional y empresarial, además de padecer, un año más, unas recortadas dotaciones presupuestarias para la inversión en infraestructuras, y una aún débil apuesta por la ciencia y la tecnología o la internacionalización empresarial”.
La patronal denunció que este movimiento migratorio de producción y talento “está generando pérdidas de productividad” y reiteró sus demandas en el ámbito del Diálogo Social, de “medidas con el fin de atraer, retener y fortalecer el talento, además de impulsar el necesario redimensionamiento empresarial”.
La organización que preside el soriano Santiago Aparicio advirtió de la necesidad de apoyar el emprendimiento desde todos los ámbitos y apeló además como “imprescindible” a “definir una política de atracción, retención y retorno del talento de carácter transversal y sectorial”.
Asimismo, denunció que existe un “grave problema” de falta de ajuste entre la cualificación demandada por el mundo empresarial y la que ofrecen los jóvenes, lo que “requiere de consensos que propicien reformas valientes, difíciles y urgentes, siendo necesario hacer grandes esfuerzos de trabajo, de generosidad y de diálogo de todas las partes involucradas”.
“Ahora es el momento”, advirtieron los empresarios, porque Castilla y León “tiene una importante e interesante proyección a futuro”. Y es que como recordaron desde Cecale, Castilla y León tiene un el papel vertebrador para el resto de España y de conexión con Europa, donde “la logística y distribución tienen aún un largo recorrido”.
“Todo este elenco de oportunidades imprime una importante e interesante proyección a futuro a Castilla y León, pero que debe ser arropado por un entorno más favorable a la inversión empresarial, unido a una mejora en comunicaciones que ayude a florecer nuevos negocios y un abaratamiento del coste del suelo”, sentenciaron. “No tenemos que inventar. Castilla y León tiene la materia prima, pero necesita un modelo de desarrollo territorial holístico y a largo plazo”, indicaron.
Solución práctica
Asimismo, Cecale defendió que la solución los problemas “debe ser práctica, y pasa, por generar más riqueza, por industrializar, por una apuesta decidida y efectiva por la innovación, la inversión en tecnología, la retención y atracción del talento, la internacionalización y por aumentar el tamaño de nuestras empresas para que podamos ganar competitividad”. “Podemos tener empresas muy valiosas que realizan labores interesantes, pero su pequeño tamaño las impide llegar a ser todo lo competitivas que podrían”, constataron.
Presión fiscal
Los empresarios también denunciaron que en Castilla y León, la presión fiscal es mayor que en determinadas comunidades autónoma, cuando es “un factor clave para la inversión empresarial, lo que nos hace estar en desventaja”.
Así, reiteraron que es imprescindible, más en estos momentos de crisis, avanzar en la unidad de mercado y, sobre todo, “coordinar de manera urgente las políticas tributarias estatales, autonómicas y locales, así como suprimir muchos de los impuestos autonómicos surgidos en los últimos años, que provocan distorsiones en el mercado interior y comprometen la competitividad y viabilidad de los sectores productivos a los que afectan”.