El Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León ensalzó la relevancia del sector forestal en el medio rural con el 46 por ciento de la industria de la madera ubicada en zonas rurales de menos de 2.000 habitantes frente al 26 por ciento situada en localidades de más de 10.000, lo que demuestra el carácter “marcadamente rural” de esta actividad y su importancia en el desarrollo económico, en la generación de empleo y la fijación de población.
Así lo establece en el informe a iniciativa propia sobre ‘El sector forestal en Castilla y León’, con el objetivo de contribuir a la promoción del uso de los recursos forestales como sector clave para impulsar la actividad económica, generar empleo y fomentar el desarrollo económico y social del medio rural.
En una estimación somera, los productos no maderables del bosque generan al año aproximadamente 50 millones de euros en concepto de producto recolectado y licencias de explotación. Esta cifra no incluye el valor real de los servicios ecosistémicos, ya que su estimación no está disponible de forma actualizada. En 2008 se estimó el valor total de los ecosistemas forestales de Castilla y León en 1.090 millones de euros. Además, Castilla y León presenta un saldo comercial positivo de productos de madera y papel, con 72 millones en 2018, sustentado por las exportaciones de chapas y tableros y artículos de papel.
De este modo, el CES establece en el informe una serie de propuestas y recomendaciones como mejorar la coordinación entre consejerías en cuestiones que afectan al sector forestal, particularmente en materia de agricultura, ganadería e industria, así como intensificar la colaboración con las confederaciones hidrográficas para restaurar la vegetación de ribera y apoyar el cultivo del chopo, pero también en la restauración de las cabeceras de cuenca y en el deslinde y gestión de las riberas de dominio público.
En particular, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente debe reforzar, según el CES, su liderazgo como responsable de la política forestal de la región, diferenciando claramente su papel como gestor en los montes de utilidad pública.
Otra de las recomendaciones que propone el CES es reforzar el papel del sector forestal en el marco de la bioeconomía, la economía circular y la economía verde dentro de la nueva Estrategia Regional de Investigación e Innovación para una Especialización Inteligente. Para ello, se debe fomentar la I+D+i en el sector forestal con el objetivo de incrementar el valor añadido de la producción en Castilla y León y llevar a cabo una digitalización real y efectiva.
Asimismo, la institución plantea reforzar el apoyo institucional a las marcas de garantía existentes de productos forestales (en las mismas condiciones que para los productos agroalimentarios), fomentar la creación de otras nuevas en las que Castilla y León presenta gran singularidad (como la resina o la madera de sabina) y poner en marcha líneas de ayuda específicas.
Además de la necesidad de contar con inventario forestal actualizado anualmente, el CES cree importante llevar a cabo una restauración forestal de la vegetación de terrenos desarbolados y otra que ponga en producción superficies de castaños, corcho, resina y piñones, propuestas orientadas a mantener la población de las zonas rurales.
Presupuesto y más estabilidad laboral
Ante uno de los “problemas más graves” que afectan a los bosques como son los incendios forestales, el CES considera necesario mejorar la formación y prevención de riesgos en el sector de la explotación forestal, así como la creación de itinerarios formativos para profesionales de maquinaria forestal y trabajadores de aserradero, además de facilitar el acceso a ayudas de modernización para el sector de la explotación forestal.
En este sentido, recordó que la ganadería extensiva constituye una herramienta “muy importante” para el control de la vegetación de cara a la prevención de incendios, y que se deben apoyar las acciones destinadas a mejorar las explotaciones, potenciando el asociacionismo en el sector y fomentando las marcas de calidad y la ganadería ecológica como fórmulas que puedan incrementar la rentabilidad económica de la actividad ganadera.
Por ello, el Consejo Económico y Social insiste en la necesidad de contar con un presupuesto para el operativo de lucha contra incendios y con una mayor estabilidad laboral para el personal de las cuadrillas.
Economía verde y sostenible
Por otra parte, se debería fomentar, además, un mayor asociacionismo entre empresas de la madera de Castilla y León para facilitar prácticas innovadoras que permitan mejorar la competitividad de las fábricas dedicadas a la industria de la madera y el papel. Resulta imprescindible, explica el CES, promover una utilización “en cascada de los recursos forestales, fomentando los flujos dirigidos hacia usos de mayor valor añadido y mayor almacenamiento de carbono”.
Para lograrlo, hay que apoyar iniciativas empresariales que incrementen y refuercen las cadenas de valor y los procesos de transformación de la madera. Conviene resaltar, además, el potencial que la biomasa tiene como alternativa energética verde en la Comunidad, así como la necesidad de fomentar y potenciar el uso forestal de la madera en la transición hacia una economía verde y sostenible.
Una de las actividades susceptibles de sumar valor añadido en el sector forestal la industria del mueble, que se enfrenta al reto de su “inmersión definitiva” en la Industria 4.0, “logrando productos más personalizados, incorporando tecnologías propias del 'Internet de las Cosas' y, a su vez, manteniendo los niveles de calidad y cantidad”. Por ello, apunta el CES, la inversión en I+D debe incrementarse para disponer de las principales innovaciones que ofrezca el mercado.
A este respecto, el CES estima conveniente fomentar y apoyar la I+D+i y el diseño de productos con el objetivo de crear nuevas soluciones que aprovechen la sustitución de materiales por madera. “Pero una las deficiencias del sector es que resulta difícil acceder a profesionales cualificados. Las empresas manifiestan que los planes de formación se quedan muy lejos de sus necesidades, por lo que sería necesario mejorar y hacerlos más atractivos para posicionar a la Comunidad como referente en formación en madera y la Formación Dual ha de contribuir a solucionar este problema”, apunta el informe.
En cuanto a los recursos forestales no maderables, el CES recomienda adecuar la normativa vigente para posibilitar la certificación en ecológico de la recogida de hongos silvestres. También, el recurso micológico se ha convertido en “protagonista” de iniciativas innovadoras de desarrollo rural y dota de un valor de gran especificidad a los sectores forestales para la promoción turística de sus recursos, en el marco de una estrategia más amplia dirigida a la gestión sostenible del recurso micológico y a la conservación de los diversos valores naturales y culturales que conforman estos paisajes forestales.
El turismo, fuente de beneficios
Debido a que la demanda social por los espacios “atractivos, seguros y de apariencia natural para la recreación y el ecoturismo está aumentando”, un tipo de turismo que depende claramente de los bosques y que genera importantes flujos financieros a las áreas rurales, el CES considera que los “esfuerzos deben centrarse en esquemas locales de desarrollo territorial sostenible, que integran el turismo en las estrategias de conservación de los recursos naturales”.
De este modo, el sector forestal obtiene beneficios del turismo para incentivar la gestión forestal, satisfacer la demanda y asumir los actuales retos socioeconómicos. Además de promover la digitalización de los espacios naturales y, en particular, todo lo referente a servicios al ciudadano y al visitante, se debe fomentar el emprendimiento en acciones de turismo en la naturaleza y recuperar espacios con capacidad de atracción de visitantes.