La pandemia provocada por la COVID frenó el ritmo de crecimiento del gasto en pensiones en Castilla y León, tras desaparecer 3.721 (se cerró el año con 612.485 beneficiarios), aunque no logró reducirlo por la revalorización del 0,9 por ciento y la subida de las prestaciones contributivas medias un 2,6 por ciento, hasta los 1.010,1 euros. Ese aumento del gasto se unió a una merma de los ingresos, que no cubrieron ni la mitad de la nómina de las pensiones contributivas, lo que derivó en un nuevo aumento del déficit del sistema.
En concreto, los datos provisionales del Gobierno de cierre de 2020, recogidos por Ical, revelan que los gastos en pensiones contributivas se situaron el año pasado en 8.091,7 millones de euros, lo que supone un aumento del 2,7 por ciento (212,3 millones más), respecto a 2019, aunque el ritmo de subida fue la mitad que el año anterior, cuando se elevaron un 5,4 por ciento.
Los ingresos por cotizaciones sociales ascendieron a 3.977,4 millones de euros, lo que supone una merma del 4,8 por ciento y 201,5 millones menos, cuando en 2019, también con datos provisionales, habían subido un 5,9 por ciento.
Estos datos suponen un nuevo incremento del déficit del sistema en Castilla y León, donde los gastos en pensiones superaron en 4.114,2 millones de euros, a los ingresos, con un aumento en relación a la cifra registrada en 2019, de 413,8 millones. El dato empeora si se tiene en cuenta que también se hizo frente con los ingresos al pago de subsidios y otras prestaciones por 238,71 millones de euros.
Las aportaciones de los 899.116 afiliados de Castilla y León que cotizaban a finales de 2020, no cubrieron ni la mitad de la nómina de las pensiones, y para equilibrar el sistema deberían haber aportado una media de 4.575 euros más al año de sus nóminas.
Provincias
León (140.711 pensiones en diciembre) perdió en un año 1.585 pensionistas, seguida por Zamora (48.159), con 751 menos; y Salamanca (80.377), que redujo la nómina en 497. Asimismo, Soria (22.267), Burgos (90.609) y Ávila (38.699), contabilizaron 272, 235 y 185 pensiones menos, por la COVID. Segovia (33.572), perdió 94; Valladolid (115.582), 58; y Palencia (42.509), 44.
Los gastos en pensiones crecieron en Segovia (414 millones de euros), un 3,2 por ciento en 2020; en Ávila (426,5), un 3,1 por ciento; en Palencia (576 millones) y Valladolid (1.747,2), un tres por ciento, en ambos casos; en Burgos (1.305,7), un 2,9 por ciento; en Salamanca (961,1), un 2,7 por ciento; en León (1.874,3) y Soria (278,6), un 2,2 por ciento, y en Zamora (507,9), un 2,1 por ciento
Los ingresos, por el contrario, bajaron en Zamora (220,4 millones de euros, un 7,3 por ciento; en Palencia (280,1 millones), 5,7 por ciento; en Valladolid (967,1), 5,6 por ciento; Soria (167,3), 5,4 por ciento; en Segovia (242,5), 4,7 por ciento; en León (698,3), 4,3 por ciento: en Salamanca (487,6), 4,2 por ciento; en Burgos (702,4), 3,8 por ciento; y en Ávila (211,3), 3,5 por ciento.
El déficit del sistema de pensiones en las provincias de la Comunidad, es mayor en León, 1.175,9 millones de euros, seguida por Valladolid, 780 millones; Burgos, 603,3; Salamanca, 473,4; Palencia, 295,9; Zamora, 287,4; Ávila, 215,2; Segovia,171,4; y Soria, 111,3.
En resumen, la sostenibilidad de este pilar social sigue siendo en definitiva uno de los grandes retos a los que se enfrenta el Gobierno y su reforma se hace más necesaria que nunca ante el agravamiento del problema del envejecimiento y la despoblación, aunque el modelo a seguir sigue enfrentando a los responsables políticos y sociales, en busca de un difícil consenso en el el Pacto de Toledo y las mesas de Diálogo Social.