Acor celebrará elecciones en el mes de julio, en una fecha aún por determinar, con el objetivo de “evitar perjuicios” a la cooperativa y anteponer por encima de “intereses personales y partidistas” el compromiso del Consejo Rector. Así lo anunció el presidente de la entidad, Justino Medrano, quien habló de una campaña de presión externa contra su persona y su equipo y consideró que las “divisiones internas”, que reconoció, “se debían solucionar dentro y no en la prensa”. Su vicepresidente, Ramón Bocos, incluso habló de “campaña orquestada y con una hoja de ruta marcada”.

En este sentido, para que los socios “hablen y decidan”, toma el camino de convocar elecciones tras solo dos años de legislatura. Sin concretar si se presentará de nuevo como candidato, apostó por la renovación de todos los órganos sociales tan pronto como lo permita la situación sanitaria.

Medrano trasladó este anuncio tras la celebración esta mañana de la Asamblea de Delegados de Acor, que aprobó las cuentas con un 71 por ciento de apoyo del voto social y ninguno en contra (29 por ciento de abstenciones). El beneficio ha sido de 4,38 millones de euros en el ejercicio económico 2019-2020 marcado por el incremento de la producción, la mejora del precio del azúcar y la incidencia de la crisis derivada del COVID.

Justino Medrano, quien calificó la Asamblea “de lo más pacífico, modélica y con total normalidad” pese a lo que esperaban por las noticias publicadas en prensa, justificó la convocatoria de comicios en que la cooperativa “no merece lo que está sucediendo”, por lo que apeló al socio “a que decida” y elija a las 12 personas que componen el Consejo Rector, del que han dimitido dos vocales económicos, un interventor y dos del Comité de Recursos por esas diferencias.

Si bien reconoció que su equipo ganó hace dos años unas elecciones en las que no creía vencer, Medrano señaló que Acor “tiene que trabajar en otra línea y si hay un problema dentro se debe hablar de forma interna”. “Una cooperativa no puede trabajar así. Tenemos una presión interna por el continuo desgaste de noticias. Hemos cometido errores, pero hoy la asamblea era para hablar de las cuentas de Acor y no si uno era cojo, sordo o ciego. Reconozco que ha habido diferencias pero, ¿y dónde no?”, sostuvo el presidente del a cooperativa, quien rechazó que esas divisiones hayan sido “tan grandes como para convocar elecciones”, pero “no se podía tener noticias en la prensa todos los días de ese calado”.

A su juicio, la imagen en los últimos días “no ha sido la mejor”, por lo que insistió en que se celebren las elecciones, a las que no concretó si se presentará de nuevo: “Primero tengo que coger aire para pensarlo después de esta campaña de desprestigio contra Acor. Hoy, en cambio, he visto unidad en los delegados. La cooperativa no merece estar con esos titulares en prensa. A partir de aquí, a empujar todos adelante”, sentenció, para recordar que tras cumplir su compromiso electoral de rebajarse el suelo un 60 por ciento, hace dos semanas lo ha vuelto a bajar otro 60 más. “Necesitamos un cambio donde el presidente tenga menos competencias. Yo entré por cuatro años y me quedan dos. Pero habrá elecciones. Estaré con el equipo que gane para apoyarlo en lo que haga falta. Más colaboración, mano abierta y que gane el que el socio decida”, repitió.

Resultados económicos



Así, tal y como relató Justino Medrano, la cifra de negocio de la cooperativa ascendió a 126,2 millones (un 21 por ciento más que el año anterior), aunque si se tiene en cuenta también a las empresas participadas por Acor, la facturación global ha ascendido a casi 286 millones. De todas las cifras, destaca la obtención de 196.939 toneladas de azúcar (un 52 por ciento más) en una campaña “de récord”, con 14.099 hectáreas contratadas (3.706 más que el ejercicio anterior).

La tendencia positiva se corrobora también en el ejercicio actual, que concluirá el próximo 30 de junio, y en el que según avanzó el presidente, volverán a registrarse beneficios tras una “gran campaña agrícola sin interrupciones”, con una molturación por encima de las 10.000 toneladas al día y un rendimiento en campo de 109 toneladas por hectárea.

De esta forma, la cooperativa deja atrás los dos ejercicios anteriores (2017-2018 y 2018-2019) que arrojaron unos resultados negativos de 3,5 y 13,9 millones de euros, respectivamente, que obligaron a “realizar importantes medidas de ajuste” y en los que “no se ha pedido dinero al socio”. “Hemos aguantado la crisis y tenemos capacidad para crecer”, dijo. Entre los ajustes, Medrano citó la reducción de 1,34 millones en los contratos con proveedores y de 1,31 millones en los salarios de 12 directivos, aceptado por “muchos de ellos”, según Medrano, pero no por otros, que presentaron la correspondiente demanda y que ha supuesto unos 400.000 euros en indemnizaciones. “El Consejo decidió que había que tomar esa medida de ajuste”, defendió el presidente.

Una de las demandas se vincula con la exdirectora financiera, quien denunció que el recorte de salario y despido se debía a cuestiones de género. Una cuestión que analizó una comisión de investigación creada para tal fin y que realizó 41 entrevistas a trabajadores de las oficinas centrales y que concluyó, según explicó el director general, José Luis Domínguez, que “no existe discriminación por razón de sexo o de género en la cooperativa ni existen diferencias salariales por estas razones”.

Por otro lado, además de los ajustes con proveedores y de personal, Acor vendió la planta fotovoltaica de Tordesillas por 20 millones de euros. Esta acción contribuyó a atender las necesidades extra de financiación de 16 millones de euros para el pago de toda la remolacha que había sido contratada, de más, respecto a la campaña 18-19, y que los socios habían aprobado cobrar. “En ese momento lo pasé mal, porque estábamos hablando con los bancos y no se cerraban las operaciones de crédito suficiente”, rememoró.

Tendencia al alza del azúcar en 2021



Medrano contextualizó la situación de la cooperativa a nivel internacional y recordó que la recuperación del precio del azúcar se ha producido sobre todo en los países del sur de Europa, como España, que son deficitarios en su producción. En febrero de este año se alcanzó el precio que había en el momento de la desaparición de las cuotas en septiembre de 2017 (455 euros por tonelada). 

De hecho, desde principios de año “se aprecia una nueva tendencia al alza motiva

da por una menor superficie de remolacha en Europa” (128.000 hectáreas menos respecto a las dos campañas anteriores) y, por ende, una reducción de la producción (2,23 millones de toneladas menos, incluyendo al Reino Unido). A nivel mundial, en esta campaña se han producido cinco millones de toneladas menos que el consumo previsto.

Por todo ello, prosiguió, el socio “tiene garantizada la entrega y pago de la remolacha de esta campaña”, pues Acor tiene firmado con los bancos créditos a largo plazo que “antes no tenía”. “Eso supone más tranquilidad para el socio”, remarcó.

Límites en los resultados



El máximo responsable de la cooperativa explicó que los efectos del confinamiento y las restricciones provocados por la pandemia, con el cierre completo del canal Horeca, tuvieron una “incidencia directa en la cuenta de resultados, con una fuerte disminución en las ventas y el consumo de azúcar, lo que redujo el beneficio entre 1,4 y dos millones de euros”. También destacó el “esfuerzo” que debe realizar Acor para “garantizar que sus socios reciban unos ingresos mínimos de 42 euros por tonelada”. Exactamente, la cooperativa ha pagado 31,65 euros por tonelada de remolacha, a lo que se suman 10,35 euros aportados por las administraciones.

Las cuentas también se han visto penalizadas por el concurso de acreedores de Arento, que adeuda a Acor un total de 2,7 millones; por la planta de aceites, con unos “elevados gastos” de amortización y unas pérdidas de 2,42 millones, y por la explotación agrícola de Rumanía, también con pérdidas de 470.144 euros.

Objetivos



La cooperativa tiene actualmente en marcha diferentes proyectos que deben asentarse sobre una “sólida base contractual” en torno a unas 12.500 hectáreas de remolacha anuales, según detalló Medrano, con una campaña de unos 120-130 días de molturación y la obtención de unas 180.000 toneladas de azúcar. “La remolacha se posiciona como un elemento clave en la rotación de cultivos y debe jugar un papel relevante en la sostenibilidad que promulga la nueva PAC”, subrayó, para citar dos de los posibles proyectos que se centran en áreas como la del biogás, para la generación de biometano con inyección a la red, y biorrefineria, esta última con el posible aprovechamiento de todas las partes de la remolacha y, por tanto, cero residuos alimentarios.

En paralelo, se ha puesto en marcha el primer plan estratégico en casi 60 años de historia con el objetivo de mejorar la eficiencia en todos los procesos productivos. “Se centra en el socio, eje de todas las actuaciones”, incidió, para recordar que entre sus medidas destaca la descarbonización de la actividad, la eliminación del gas natural y el mayor uso de energías renovables.

Por último, la cooperativa continuará con la modernización de su planta de azúcar de Olmedo (Valladolid) con el proyecto GMAO (gestión de mantenimiento asistido por ordenador), el Punto 0 de recepción y transporte de remolacha en seco, la continuación del plan de digitalización en varios procesos y una instalación fotovoltaica en los tejados de la fábrica que ya se encuentra en marcha.