El Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora ha destacado que el sector agroalimentario tendrá un papel decisivo en la comunidad en el "regreso a la normalidad" en los próximos años, pero ha recalcado que para ello resultará "imprescindible" que los fondos europeos sean gestionados de una forma "eficiente y eficaz".
Así lo ha explicado este martes el decano-presidente de la entidad colegial, Juan Carlos de Margarida Sanz, en la presentación del Observatorio Agroalimentario de Castilla y León del año 2020.
Según De Margarida, el pasado año, marcado por la crisis sanitaria, económica y social, ha demostrado la capacidad del sector agroalimentario de Castilla y León, ya que ha mantenido un crecimiento --su peso en el PIB ha aumentado un 4 por ciento--, mientras el resto de sectores sufrían en muchos casos "una caída histórica".
Ello confirma, según el presidente del Colegio de Economistas,
que este sector tiene un "papel clave" en la vuelta a la "normalidad" en la economía del país.
Pero, para ello ha puesto una serie de 'deberes', que encabeza con la importancia que debe tener la gestión de los fondos europeos que llegarán en los próximos meses.
Juan Carlos De Margarida ha afirmado que "el sector agroalimentario tendrá un papel relevante a la hora de beneficiarse de las ayudas y oportunidades a desarrollar por el Plan NextGenerationEU", instando a la "transformación y digitalización de la cadena logística del sistema agroalimentario y a la conservación y restauración de ecosistemas y de su biodiversidad".
De Margarida ha advertido de "la necesidad de que los fondos europeos sean gestionados de una forma eficiente y eficaz, teniendo en cuenta: la cobertura de Internet en el ámbito rural; la sostenibilidad ambiental; la apuesta por la economía circular; o el impulso de la digitalización".
El decano-presidente ha resaltado también que será "fundamental" poder definir el proyecto del sector para garantizar "una vida digna" a las futuras generaciones de castellanos y leoneses. Así, ha marcado como objetivos garantizar el relevo generacional, la inclusión de la mujer en el mundo rural, la formación tecnológica, el desperdicio alimentario o, en otros términos, la agrupación de empresas y cooperativas para poder tener un mayor poder de decisión en el sector y en la cadena alimentaria.
El "papel" ante la despoblación
Sin embargo, ha advertido de que, al mismo tiempo del crecimiento de las exportaciones en casi un 5 por ciento y del aumento incremento de la superficie cultivada a lo largo de 2020 en un 4,5 por ciento, se ha reducido el número de trabajadores en activo en el sector, lo que denota el problema de la despoblación "nada halagüeño".
Para ello, recalca que se necesita "una verdadera política poblacional y aquí es donde puede jugar un papel la industria agroalimentaria".
El decano-presidente ha concluido que "es necesario plantearse de una forma seria qué sector agroalimentario queremos al objeto de aprovechar la vuelta a la normalidad después de la crisis sanitaria y económica, rentabilizando al máximo los fondos europeos que se destinen al sector y consiguiendo garantizar una calidad de vida digna a las futuras generaciones de castellanos y leoneses".